La policía de Guyana utilizó gases lacrimógenos y perdigones para dispersar una nueva manifestación en esta capital por supuestas irregularidades de las elecciones generales de diciembre, que otorgaron la victoria al Partido Popular Progresista (PPP).
Las protestas, que obligaron a cerrar a los negocios del centro de Georgetown, ocurrieron menos de tres semanas después de que una investigación de los comicios revelara irregularidades menores.
La manifestación del lunes, organizada por el Congreso Nacional del Pueblo (PNC), principal partido de la oposición, fue similar a otras realizadas por la misma causa a fines de diciembre y en enero.
Entonces, las protestas diarias trastornaron la vida económica y social de Guyana, provocando la intervención de líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom).
Caricom organizó una investigación de los comicios y consiguió que los partidos políticos accedieran a realizar una reforma constitucional y a firmar un acuerdo de paz.
Pero la situación política se deterioró una vez más tras la interrupción de las negociaciones entre el PNC y el PPP. Según el partido de gobierno, la investigación habría confirmado que la victoria le correspondió en los comicios del 15 de diciembre.
El PNC, por su parte, sostiene que los problemas identificados por la comisión investigadora, como que cuatro por ciento de la población pudo votar sin los documentos obligatorios de identificación, son evidencia de que las elecciones no fueron libres ni justas.
El gobierno exige que el PNC ocupe las 25 bancas que le corresponden entre las 65 del Parlamento, con el fin de reformar la controvertida Constitución del país.
Pero el PNC afirma que sólo aceptará a cambio de que el PPP, dominado por la población de origen indio, acepte discutir sus objeciones sobre la discriminación racial, el mal gobierno y la injusta concesión de licitaciones públicas.
La tensión ha ido en aumento desde que la semana pasada se interrumpieron las conversaciones entre los dos principales partidos políticos.
Algunos de los partidarios más radicales del PNC aprovecharon el viaje realizado a Suriname la semana pasada por sus dirigentes, entre ellos el líder Desmond Hoyte, para lanzar la última ronda de manifestaciones.
A su vuelta al país, Hoyte se vio obligado a respaldar las protestas, que comenzaron en la sede del partido en Georgetown.
La policía y los bomberos fueron llamados para apagar un incendio en el ala occidental del Ministerio de Finanzas, en el centro de Georgetown. El edificio de madera resultó con daños graves.
La policía confirmó que envió unidades antibombas al Ministerio el lunes, alertada por una llamada anónima que advertía sobre la existencia de una bomba en el lugar.
Pero la bomba no fue hallada. Varios sectores del gobierno fueron objeto de amenazas de bomba en lo que parece ser una repetición del período poselectoral de diciembre y enero.
Las protestas obligaron a cerrar los mercados municipales y la mayor parte del sector comercial de Georgetown. Nadie resultó con heridas graves tras el enfrentamiento con la policía.
"Los manifestantes están repitiendo la tendencia del año pasado", señaló Sharief Khan, director del diario estatal Chronicle.
"Atacaron al fotógrafo Rajesh Chintaman y a la reportera Michelle Elphage", añadió Khan. Chintaman sufrió la pérdida de tres dientes y resultó herido en el rostro. Además, los manifestantes le quitaron sus cámaras a un equipo del canal de televisión estatal GTV-11.
Khan apeló a las organizaciones de medios de comunicación del Caribe para que condenen los ataques contra los periodistas y obtuvo el respaldo de sus colegas de Trinidad y Tobago.
"Es totalmente inaceptable. Demuestra una vez más la necesidad de unirnos como trabajadores regionales de los medios de comunicación para resistir este tipo de ataques", instó Dale Enoch, presidente de la Asociación de Medios de Trinidad y Tobago. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/aq-ml/ip/98