La cancillería de Guyana afirmó que el rechazo de la diplomática haitiana Danielle Benjamin como nueva representante residente del PNUD no tuvo nada que ver con su raza, pero una organización africana sostiene lo contrario.
Las razones del rechazo de Benjamin como la nueva representante del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) se relacionan con su competencia para el cargo, explicó el canciller Clement Rohee.
Sin embargo, la Asociación Africana de Desarrollo Cultural sostuvo que la decisión gubernamental tuvo todo que ver con cuestiones raciales.
Dado que esta afirmación procede de una organización que no habla mucho de temas raciales, las acusaciones parecen más creíbles, según observadores.
Se trata de la segunda vez que el gobernante Partido Popular Progresista (PPP), apoyado tradicionalmente por la comunidad de origen indio, rechaza la nominación de un diplomático negro de la Organización de las Naciones Unidas.
En 1993, el gobierno del PPP rechazó la nominación de Francis Blain, de Gambia.
No obstante, la Asociación Africana sostiene ahora que sólo dejó pasar esa medida porque el gobierno, que se había instalado hacía pocos meses, recién estaba estableciéndose y procuraba la aceptación de 11 refugiados angoleños que habían llegado al país en diciembre de 1992.
El gobierno desea que el representante del PNUD se maneje con firmeza en temas relacionados con la movilización de recursos y los asuntos de la mujer, indicó Rohee a IPS.
"Esto no tiene nada que ver con raza ni con nacionalidad", aseguró el canciller.
"Todo el mundo olvida que las convenciones nos permiten rechazar o aceptar un diplomático. Se dice que somos muy blandos y que solemos ceder para complacer a la oposición, pero esta vez no cederemos", advirtió.
En una nación donde siempre existió tensión racial entre negros e indios, la controversia no pudo producirse en peor momento.
Hace sólo una semana, importantes empresarios solicitaron al gobierno que haga algo para poner fin a la tensión entre las principales comunidades étnicas, que existió durante largos años y alcanzó ahora un punto crítico.
La mitad de los guyanenses desciende de trabajadores procedentes de India, un tercio de ex esclavos africanos y el resto son indígenas, mestizos, chinos y europeos.
Los empresarios temen que se produzcan episodios similares a los de los años 60, cuando los disturbios raciales dejaron como saldo 150 muertos, daños a la propiedad por millones de dólares y emigraciones masivas a Estados Unidos y Gran Bretaña.
La polémica se produce también cuando están por publicarse los resultados de una investigación sobre los resultados de las últimas elecciones, ya que tanto el PPP como el Congreso Nacional del Pueblo, principal partido opositor, se adjudicaron la victoria en los comicios del 15 de diciembre.
Mientras la comisión investigadora se prepara para presentar sus conclusiones, varios comercios de Georgetown comenzaron a cerrar por temor a una repetición de las manifestaciones callejeras que paralizaron la economía en diciembre y enero.
La policía y el ejército están alertas, aunque ambos partidos involucrados señalaron que no tienen interés en recurrir a la violencia. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/ml/ip-pr/98