GUINEA-BISSAU: Tropas extranjeras defienden la capital

Tropas de Senegal y Guinea-Konakry ingresaron a Guinea-Bissau y se apostaron en la capital para sofocar una cruenta rebelión contra el gobierno del ex jefe del ejército Ansoumane Mane, pero el control del país es incierto.

Ochocientos soldados del vecino Senegal se encuentran en las afueras de Bissau, cerca del aeropuerto, listos para penetrar en zonas controladas por el líder insurgente.

Cuatrocientos soldados de Guinea, vecino austral de Guinea- Konakry, tomaron posiciones de defensa en la ciudad y en torno al palacio presidencial. Las fuerzas insurgentes se encuentran atrapadas en el medio.

La situación se ve agravada por la escasez de alimentos y la fuga de cientos de civiles de la capital. Los informes brindan versiones diferentes sobre quién ejerce el control.

Mane emitió una declaración en la que solicitó el retiro del presidente Joao "Nino" Vieira y se declaró a sí mismo presidente interino hasta la celebración de nuevos comicios.

Las fuerzas de Mane controlan el aeropuerto y al menos dos bases militares en Bissau. Pero el gobierno aún controla el palacio presidencial, la radio y la televisión, los ministerios y otros centros de poder.

Una de las bases militares ocupadas por Mane se encuentra en el acaudalado suburbio norteño de Bra, sede de varias misiones diplomáticas de países industrializados. El martes, la embajada rusa recibió seis granadas mientras las fuerzas del gobierno intentaban recuperar la base.

Los combates aumentaron el miércoles de tarde cuando se cancelaron negociaciones entre ambas partes previstas para la mañana.

La mayor parte de los diplomáticos occidentales abandonaron la zona de Bra el miércoles, en un extenso convoy de automóviles, cada uno con sus banderas nacionales.

En un arreglo negociado por el embajador francés, Vieira garantizó a los diplomáticos y sus familias dos horas de seguridad para su traslado a la zona portuaria de la capital, alejada de los combates, desde donde podrían ser evacuados del país.

Pero algunos funcionarios diplomáticos permanecieron en Bra. "Los proyectiles caen por todos lados. Los combates ahora son totales", dijo uno de los tres empleados que quedan en la embajada de Estados Unidos.

El movimiento por la ciudad se dificulta debido a que numerosas calles se encuentran bloqueadas por unidades del ejército de ambos bandos.

Las versiones sobre el número de víctimas varían, pero las fuentes confirmaron que hay cadáveres en las calles y el hospital se encuentra repleto de heridos.

Los combates estallaron el domingo, cuando soldados leales a Mane atacaron fuerzas del gobierno, que había ordenado la detención del ex comandante.

Mane fue acusado de vender armas a insurgentes de Senegal que luchan por la autonomía de Casamance, región austral en la frontera con Guinea-Bissau.

El lunes, el parlamento tenía previsto iniciar una investigación que habría involucrado a varios altos oficiales del ejército.

Excepto por un golpe de Estado prácticamente incruento en 1980, que derrocó al presidente Luiz Cabral, Guinea-Bissau era uno de los lugares más pacíficos de Africa. "Nunca pensamos que esto pudiera ocurrir aquí", dijo un ciudadano.

La democracia multipartidaria se instaló en 1991, aunque el gobernante Partido Africano de Independencia de Guinea y Cabo Verde se encuentra en el poder desde que, en 1974, venció en la cruenta guerra de independencia contra Portugal.

El gobierno, que aplica una política de liberalización económica, es considerado incompetente y corrupto por amplias capas de la población, y el país está cerca del colapso económico.

En el último año hubo una prolongada lucha de poder por el control del partido de gobierno, la cual se temió que se tornara violenta. Pero, según un diplomático occidental, el partido ahora apoya al presidente Vieira.

"La rebelión no cuenta con apoyo popular. La causa del alzamiento es la frustración del ejército", dijo el diplomático.

En el último año, la inflación aumentó vertiginosamente tras la conversión del peso a la moneda francófona regional, el CFA, pero los salarios de los soldados no se incrementaron de manera acorde.

El ex presidente Cabral confirmó a una radio extranjera el miércoles que los bajos salarios habían sido una de las causas de la rebelión de los soldados, pero también indicó que el "conflicto se estuvo cocinando desde hace tiempo". (FIN/IPS/tra- en/dh/pm/aq-mj/ip/98

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