debilitamiento de la moneda japonesa provoque un nuevo colapso general en Asia.
El yen pasó de 142 a 139 unidades frente al dólar poco después que el Banco de la Reserva Federal de Nueva York interviniera en el mercado monetario con una transacción que fue estimada en 2.000 millones de dólares. El martes se había cotizado a 144,92 unidades por dólar.
Altos funcionarios esperan que los beneficios de tal medida se sientan este jueves en Asia, donde las monedas permanecieron en general estables.
El dólar de Singapur y el nuevo dólar de Taiwan, el peso de Filipinas, el baht de Tailandia y el won de Corea del Sur aumentaron levemente el martes, pero el ringgit de Malasia cayó de 4,04 a 4,05.
Mientras, la rupiah de Indonesia comenzó el día a 15.000 por dólar, alcanzó una baja histórica al llegar a 17.000 y terminó la jornada a 16.525.
El yuan de China, también en la lista de observación de los analistas financieros como un potencial catalizador de devaluaciones competitivas, cerró levemente a la baja.
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el secretario del Tesoro, Robert Rubin, tienen previsto viajar la semana próxima a Beijing, donde presionarán a las autoridades chinas para que mantengan su promesa de no devaluar el yuan.
Clinton declaró este miércoles a la prensa que la estabilidad de todas las economías de Asia interesa a Estados Unidos.
En las últimas semanas, el yen cayó a su nivel más bajo en ocho años, generando temores de que la creciente recesión de Japón cause problemas no sólo a sus vecinos asiáticos, que luchan por reponerse de la crisis del año pasado, sino también a otras regiones. Japón es la segunda mayor economía del mundo.
Las naciones asiáticas que luchan por salir de sus problemas económicos mediante las exportaciones -en especial Tailandia, Indonesia y Corea del Sur, que acordaron paquetes de rescate con el Fondo Monetario Internacional- se vieron obstaculizadas por el debilitamiento de la economía y la moneda japonesas.
La recesión japonesa provocó tres grandes consecuencias. En primer lugar, los productores asiáticos no pudieron incrementar sus exportaciones a Japón.
Así mismo, la caída del yen representó una presión adicional sobre los gobiernos asiáticos para que devaluaran sus monedas con la esperanza de retener la ventaja competitiva al mantener bajos los precios de sus exportaciones.
Finalmente, la situación también sirvió para aumentar el precio de las importaciones, incluidos artículos básicos y materiales utilizados para confeccionar los productos de exportación.
El desempleo y la pobreza aumentaron en toda la región, y sólo en Indonesia, con 200 millones de habitantes, unos 20 millones de niños corren el riesgo de tener que abandonar sus estudios, advirtieron el martes el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo.
La intervención de Estados Unidos, por orden del Departamento del Tesoro, tuvo la intención de contrarrestar esa tendencia.
El fortalecimiento del yen frente al dólar también podría servir para enlentecer el crecimiento del déficit comercial estadounidense, y por tanto, para proteger a los productores de Estados Unidos, según analistas económicos.
En Nueva York, las acciones asiáticas presentaron señales de recuperación del yen.
El índice compuesto de Corea del Sur aumentó 8,5 por ciento, seguido por el de Hong Kong, con 6,35 por ciento, Bangkok y Singapur, con cinco por ciento cada uno, Yakarta, con 4,11 por ciento, y Kuala Lumpur, con 3,19 por ciento.
Las bolsas europeas también abrieron al alza este miércoles, aunque la situación de Tokio tuvo pocos cambios.
La acción estadounidense tuvo lugar pocas horas antes del viaje previsto a Tokio del subsecretario del Tesoro, Lawrence Summers, para mantener conversaciones de emergencia con funcionarios japoneses sobre la forma de reavivar la economía de Japón y fortalecer el yen.
Summers se reunirá con el ministro de Finanzas Hikaru Matsunaga y el viceministro Eisuke Sakakibara, y se espera que inste al gobierno a adoptar medidas "drásticas", trascendió en Washington.
"Durante mucho tiempo expresamos gran preocupación por la debilidad del yen y de la economía japonesa, que casi no tuvieron crecimiento en los últimos seis o siete años. La respuesta fundamental a problemas fundamentales es la política económica", declaró el secretario del Tesoro, Rubin.
Dirigentes políticos asiáticos también expresaron una inquietud similar. Esta semana, el viceprimer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, acusó a Tokio de "arrastrar los pies", pero añadió que Washington también debe ayudar más a las atribuladas economías de Asia.
Tokio anunció este miércoles que acelerará la implementación de un "programa de estímulos" por valor de 117.000 millones de dólares, integrado por recortes impositivos, gasto gubernamental y préstamos comerciales a bajo interés.
El programa generaría un crecimiento de dos por ciento del producto interno bruto y aseguraría la recuperación económica para el otoño boreal, sostuvo el gobierno del primer ministro Ryutaro Hashimoto al anunciar las medidas en abril.
Sin embargo, analistas de Washington creen que los beneficios de ese programa de estímulos serán efímeros. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/ml-aq/if/98