El entierro del dictador Ferdinando Marcos en el Cementerio de los Héroes de la capital de Filipinas previsto para el 11 de julio reabrió viejas heridas y polarizó al público en momentos de grave crisis económica.
El acalorado debate sobre la sepultura del otrora hombre fuerte en un cementerio militar donde también reposan artistas y ex mandatarios explotó cuando el presidente electo Joseph Ejército Estrada, quien asumirá el cargo el día 30, acordó la celebración de la ceremonia con la familia de Marcos.
Estrada, viejo simpatizante del dictador, exhortó al pueblo a "perdonarlo", a respetar al muerto y a enterrar el pasado con él para permitir que la nación avance.
Esto despertó un ola de protestas de grupos contrarios a Marcos, entre ellos miles de víctimas de violaciones de derechos humanos durante su régimen y de activistas y opositores que rechazan la política de "reconciliación sin justicia" que, dicen, caracteriza a Estrada.
Pero la imagen del fallecido dictador mejoró a medida que pasó el tiempo.
La familia Marcos y sus asociados son acusados de robar miles de millones de dólares de las arcas estatales filipinas. Imelda Marcos, ex primera dama célebre por sus obras de caridad, fue condenada por esa razón, pero su caso está en proceso de apelación.
El dictador murió en su exilio estaodunidense en 1989. Sus restos retornaron a Filipinas y ahora reposan en una cripta con aire acondicionado en su provincia natal, Ilocos Norte.
Los opositores a Estrada afirman que enterrar a Marcos en el Cementerio de los Héroes constituiría una burla a los activistas que sufrieron en carne propia el abuso de poder en sus manos y que con su acción contribuyeron a desalojarlo del poder.
"Estrada comenzó con el pie equivocado. Por lo general, un nuevo presidente trata de unir al pueblo. Pero comenzaremos su gobierno divididos", dijo a IPS el ex senador y abogado especializado en derechos humanos René Saguisag.
La ex presidenta Corazón Aquino, cuyo esposo, el senador opositor Benigno Aquino, fue asesinado por militares en 1983, se unió a la campaña contra el entierro de Marcos en el Cementerio de los Héroes.
La muerte de Benigno Aquino despertó grandes protestas que derivaron a la postre en la caída de Marcos en febrero de 1986.
Estrada, que se comprometió a achicar la brecha entre ricos y pobres, asumirá el gobierno en momentos en que la economía sufre los efectos de la crisis financiera en el sudeste de Asia. Una tormenta política como la que él mismo ocasionó cuando aprobó el entierro de Marcos en Manila es lo último que necesita.
"Dividir al país en torno al cadáver de un dictador caído en desgracia no parece un paso en la dirección correcta. Esta medida solo contribuye a instalar incertidumbre sobre el tipo de liderazgo que se avecina", observó el jefe de redacción del periódico Businessworld, José Galang.
Los viejos enemigos de Marcos crearon un nuevo movimiento y comenzaron a juntar firmas con el objetivo de presionar a Estrada para que revierta su posición en torno al entierro.
El Cementerio de los Héroes "tiene un gran simbolismo y debe reservarse a aquellos a quienes la nación filipina quiere homenajear por toda la eternidad", sostiene el documento respaldado por miles de firmas.
"Marcos fue responsable de incontables violaciones de derechos humanos y de la destrucción del sistema democrático de gobierno", agrega.
Pero los simpatizantes de Marcos comenzaron su propia campaña de recolección de firmas para respaldar la decisión de Estrada.
Mientras tanto, el presidente electo, alentado por la fuerte votación que recibió el 11 de mayo, se mantiene firme en su decisión, aunque aclaró que Marcos no recibirá honores de Estado ni militares.
"Seamos cristianos. Si podemos perdonar a los japoneses que violaron a nuestras mujeres y mataron a millones de filipinos, no veo por qué no podemos perdonar al presidente Marcos", dijo Estrada, un ex actor.
Su decisión de efectuar el entierro el 11 de julio a pesar de la fuerte oposición le valió acusaciones de "matón", papel que le tocó cumplir en numerosas películas.
"Estrada introduce en la presidencia una cultura de mantón, una mentalidad ajena a la tradición de la presidencia y repulsiva a la democracia", anotó Armando Doronila, columnista del diario Philippine Daily Inquirer.
"Esta mentalidad de gángster es un alerta temprana de que se avecina una era de enfrentamiento en la que los pobres serán manipulados para respaldar acciones y decisiones controvertidas del nuevo gobierno, a menos que se conciba el poder presidencial como instrumento de consenso nacional", sostuvo Doronila.
La opinión del público hacia Marcos ha mejorado en los últimos años a causa del fracaso de sus sucesores en el gobierno, Corazón Aquino y Fidel Ramos, para acabar con la pobreza, según la firma encuestadora Social Weather Stations (SWS).
En 1986, cuando cayó Marcos, una mayoría relativa de los filipinos, 47 por ciento, consideraban que el dictador no era un presidente patriótico. En 1995, 57 por ciento afirmaban que sí lo era.
En 1986, 51 por ciento sostenían que Marcos era un "ladrón de la riqueza de la nación". Nueve años más tarde, la opinión pública giró a su favor y una mayoría de 49 por ciento no creía que hubiera robado fondos públicos.
"Lo que la encuesta revela no es el carácter de Marcos sino el carácter del pueblo filipino", dijo el presidente de SWS, Mahar Mangahas.
Otra encuesta realizada por SWS en 1997 reveló que la mayoría respaldaba el entierro de Marcos, aun en el Cementerio de los Héroes, 52 por ciento porque fue un veterano de la segunda guerra mundial y 22 por ciento porque era un ex presidente. Solo 23 por ciento se oponían.
Ex soldados, presidentes, artistas y otras celebridades pueden ser sepultados en el Cementerio de los Héroes, de acuerdo con las regulaciones militares. Marcos, en efecto, será enterrado entre otros dos presidentes, si se cumplen las previsiones.
Los que se oponen irán, al parecer, a los tribunales para impedirlo. "El Cementerio de los Héroes no es para quienes vivieron y murieron por causas injustas", sostuvo Saguisag.
El senador Heherson Alvarez, cuyo hermano, un dirigente estudiantil, fue asesinado por el régimen de Marcos, dijo que aún era muy temprano para perdonar los pecados del fallecido dictador.
"La memoria está aún demasiado fresca. Creo que postergar el entierro sería una decisión más sabia", dijo el legislador. El presidente electo demuestra insensibilidad ante las víctimas de violaciones de derechos humanos y es usado por Imelda Marcos, agregó.
"¿Por qué Imelda Marcos mantuvo los restos de su marido sin sepultar? Porque tenía un plan político al respecto, que consiste en esperar que se olviden las fallas del dictador para enterrarlo como un héroe", sostuvo Alvarez.
Los asesores de Estrada propusieron como solución dividir el Cementerio de los Héroes y rebautizar el predio donde será enterrado Marcos "Cementerio de los Ex Presidentes", y el resto como "Cementerio de los Soldados".
"Podrían rebautizarlo 'Cementerio de los Héroes y los Ladrones'. Por lo menos, así no tendremos que explicar al mundo por qué alguien que debió huir a Honolulú en 1986 está hoy en el Panteón de los Héroes. Sería una decisión que tendría la virtud del candor", concluyó Saguisag. (FIN/IPS/tra-en/idc/ral/mj/ip/98