ESPAÑA: Nacionalismo divide otra vez al País Vasco

El País Vasco se divide otra vez entre nacionalistas y españolistas, situación que este martes se evidenciará con la salida de los socialistas de la coalición que gobierna en esa región, presidida por el nacionalista moderado José Antonio Ardanza.

La crisis se venía incubando desde hace dos semanas, pero se precipitó este lunes con una votación en bloque de todos los sectores nacionalistas en el Parlamento Vasco, contra el acatamiento de la Constitución española.

Esta es la tercera ocasión en la que los dos partidos moderados, el Nacionalista Vasco (PNV) y Eusko Alkartasuna (EA, escisión del anterior) hacen un frente común en el parlamento regional con la coalición Herri Batasuna (HB), próxima a la organización separatista ETA.

Todos los partidos políticos con representación parlamentaria, tanto en Madrid como en el País Vasco, rechazan el uso de la violencia de ETA. Y todos se comprometieron en julio de 1997 a aislar políticamente a HB mientras esa coalición no condene la violencia.

El 4 de julio de 1997 ETA secuestró y asesinó de dos balazos en la nuca a Miguel Angel Blanco, un joven concejal de un pequeño pueblo vasco. Desde entonces mató a otros seis, sin que en ningún caso HB condenase los atentados.

No obstante, a fines de mayo el PNV y EA votaron junto con HB una propuesta parlamentaria reclamando al gobierno central que dejara sin efecto la dispersión de los presos de ETA en varias ciudades españolas y que los recluyera en cárceles próximas a sus domicilios.

A mediados de junio volvieron a votar juntos una ley del deporte, en función de la cual el País Vasco podría constituir sus propias federaciones para intervenir en torneos internacionales. El centroderechista Partido Popular (PP) considera inconstitucional esa ley.

En la votación de este lunes el tema resultó más conflictivo, pues se trataba de una enmienda presentada por el PP y el PSOE al reglamento del Parlamento Vasco, que de haber sido aprobada hubiera obligado a los parlamentarios de esa región a jurar la Constitución española al asumir sus cargos.

Esa Constitución fue aprobada en 1978 en un referendo, pero en el País Vasco la mayoría votó en contra. A esa votación se aferran el PNV y EA para oponerse a la enmienda.

El secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo, advirtió horas antes de la votación que si el PNV y EA volvían a votar juntos con HB, sería imposible seguir gobernando con los dos primeros, con los que integra el actual gobierno de coalición.

El líder del PNV, Xabier Arzallus, recibió esas declaraciones con indiferencia y amenazó con romper otros pactos de gobierno, municipales y provinciales, si el PSOE sale de la coalición regional que sostiene al gobierno de Ardanza, también del PNV.

En el fondo de la polémica, además de la política de los partidos democráticos ante ETA y sus atentados, se encuentran las elecciones regionales, convocadas para el 25 de octubre. Las encuestas muestran un aumento de la intención de voto para el PP, aunque sin llegar a amenazar la primacía del PNV.

En esas condiciones, los socialistas podrían ganar votos saliendo de la coalición gobernante, como anunció Redondo que lo harán.

El problema consiste en que por primera vez desde que se aprobó la Constitución, en 1978, el espectro político del País Vasco se divide en dos campos diferenciados: los nacionalismos de todos los matices, de un lado, y del otro el PP y el PSOE, los dos mayores partidos que defienden la unidad española.

En una postura también de acatamiento de la Constitución se ubica la coalición Izquierda Unida (IU), pero que agrega una propuesta para constituir a España en un Estado Federado, con el País Vasco integrado en él. (FIN/IPOS/td/ag/ip/98

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