EEUU: Alarma ante futuro vertedero nuclear en frontera con México

Estados Unidos planifica la construcción de un vertedero de desechos nucleares en esta localidad de la frontera con México, pasando por alto la oposición de la comunidad local, ambientalistas y autoridades mexicanas.

El vertedero de Sierra Blanca está situado en el extremo occidental del estado de Texas, en una de las regiones económicamente más pobres de Estados Unidos, y donde alrededor de dos tercios de los residentes son de origen latinoamericano, en general mexicanos.

"Nos escogieron porque es el camino de la menor resistencia política", dijo Bill Addington, propietario y empresario local. "Es un caso típico de injusticia ambiental".

A sólo 30 kilómetros de la frontera con México, ambientalistas advierten que el propuesto vertedero está en una zona proclive a terremotos y situada sobre una reserva de agua, un recurso escaso en el clima seco del desierto de Chihuahua.

Muchos miembros del Congreso mexicano afirman que el basurero nuclear viola el acuerdo de La Paz de 1983 entre México y Estados Unidos, el cual prohibe la construcción de este tipo de proyectos dentro de los 100 kilómetros de la frontera con el país vecino.

A comienzos de este año, la Comisión Permanente del Congreso mexicano votó unánimemente contra el basurero.

La semana pasada, una delegación de 14 congresistas mexicanos opuestos al basurero intentaron sin éxito visitar al gobernador de Texas, George W. Bush, hijo del ex presidente estadounidense.

"No podemos permitir que Estados Unidos construya vertederos en nuestra frontera", dijo Norberto Corella, senador mexicano de Baja California.

"¿Qué sentido tiene entrar en acuerdos internacionales si van a ser violados? Haremos lo que sea necesario para detener este proyecto", aseguró el senador mexicano.

La delegación dijo que se opondrá al acuerdo propuesto en el contexto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), o ante un foro internacional como la Organización de Estados Americanos o la Organización de las Naciones Unidas.

La Comisión de Conservación de Recursos de Texas deberá decidir en julio sobre una licencia para el proyecto. Pero muchos dicen que la aprobación será una formalidad, porque los comisionados y el gobernador, quienes deben aprobar el proyecto, están mayoritariamente a su favor.

Además de guardar basura radiactiva de reactores de Texas, el vertedero tomará desechos de estados del norte. Legisladores federales en la Cámara de Representantes y el Senado debaten la aprobación de un compacto interestatal que permita que el vertedero reciba desechos nucleares de Maine y Vermont.

Autoridades en ambos estados alegan que el almacenamiento de basura en Sierra Blanca será más barato y más seguro, sin realizar una evaluación de impacto ambiental, según acordó el gobernador Bush, quien dijo que el pacto atraerá millones de dólares a Sierra Blanca y el estado.

Bush ha afirmado que el compacto Texas-Maine-Vermont es la única forma de proteger a Texas de que se vea forzado a tomar desechos de todo el país.

Pero Diane D'Arrigo, activista del Servicio de Información Nuclear, con sede en Washington, alegó que "nadie puede forzar a la construcción de un vertedero".

Mientras Bush y otros afirman que el compacto atraerá millones de dólares al pueblo de sólo 700 personas, otros políticos afirman que es un clásico ejemplo de "racismo ambiental".

Paul Wellstone, senador estadounidense de Minnesota, dijo que "el vertedero es parte de un patrón nacional de discriminación en la ubicación de la basura y la contaminación" en comunidades sin influencia política ni recursos financieros.

La industria de energía nuclear afirma que los desechos radiactivos de bajo nivel, como los que se almacenarán en Sierra Blanca, son en general guantes y botas utilizadas en instalaciones médicas.

Pero Addington y D'Arrigo afirman que todos los desechos de plantas de energía atómica a excepción del combustible agotado son catalogados como de bajo nivel.

Otros críticos, incluyendo autoridades mexicanas, alegan que uno cada dos sitios de basura radiactiva en Estados Unidos han registrado filtraciones.

"¿Quién puede garantizar que dentro de 1.000 años no habrá una filtración?", preguntó Héctor Murguía, senador mexicano de ciudad Juárez. "La frontera no distingue entre el agua y los manatiales entre Estados Unidos y México".

La basura industrial no es nueva en Sierra Blanca. Desde 1992, tres cargas de tren por semana de desechos de alcantarillado de Nueva York fueron arrojados en un área de 36.000 hectáreas fuera de la localidad.

En base a la composición promedio de los desechos fangosos, utilizando cifras del Departamento de Calidad Ambiental de Nueva York, Addington calculó que en un año la Merco Joint Venture Company, contratada por el estado de Nueva York, deposita en el área miles de kilogramos de arsénico, cobre y plomo.

"Debido a los desechos de Merco, el valor de las propiedades en el área cayó, y la gente tiene dificultades para vender su tierra", agregó Addington.

"Ya tenemos el mayor vertedero de fango del mundo, y ahora este basurero nuclear nos amenaza, y si esto continúa, otras instalaciones de procesamiento de materiales radiactivos podrían quedarse en nuestro pequeño pueblo", alertó.

Aunque los planes para el propuesto vertedero nuclear de Sierra Blanca sean derrotados, otros basureros en Estados Unidos también están cerca de la frontera, uno en California y otro en Nuevo México. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lp/en ip/98

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