El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la operadora privada de turismo de Ecuador Metropolitan Touring anunciaron en esta capital una alianza estratégica para trabajar por la preservación del archipiélago de Galápagos, Patrimonio Natural de la Humanidad.
WWF desarrolla proyectos de conservación en unos 130 países y tiene 5,5 millones de contribuyentes en todo el mundo.
Metropolitan Touring, que durante 30 años ha promovido al archipiélago como principal destino turístico del país, creó la Fundación Galápagos Ecuador, una organización no gubernamental con sede en Quito que recogerá fondos para destinarlos a la conservación de las islas.
Con el apoyo de WWF, la Fundación buscará donaciones para financiar proyectos de conservación de las especies en peligro y capacitar a la población local en el manejo de turismo conservacionista.
El archipiélago está situado en el océano Pacífico, a 1.000 kilómetros del territorio continental de Ecuador, e integrado por una decena de islas principales y más de 1.000 pequeñas e islotes. Las islas tienen un frágil ecosistema, con especies animales y vegetales únicas en el mundo.
La observación de animales y plantas de las islas ayudó al científico Charles Darwin en el desarrollo de su teoría de la evolución de las especies.
Las islas Galápagos fueron desde refugio de piratas en los siglos XVII y XVIII hasta colonia penal ecuatoriana, y durante la segunda guerra mundial se instaló allí una base militar estadounidense.
En los últimos 20 años, la inmigración ha creado serios problemas para la conservación del ecosistema. La tasa de crecimiento de la población del archipiélago se ha ubicado en alrededor del seis por ciento, más del doble del promedio ecuatoriano. Las islas tienen hoy más de 6.000 habitantes.
La explosión poblacional ha generado serios problemas como la explotación pesquera irracional y la introducción de plantas y animales extraños que diezman las especies endémicas.
Una de las especies amenazadas son las tortugas gigantes, a las cuales debe su nombre el archipiélago, porque los chivos y perros salvajes introducidos por el hombre se comen los huevos que depositan. En algunas islas ha debido realizarse un complejo proceso para rescatar variedades de tortugas en extinción.
También han resultado víctimas de los cambios los tiburones, cuya mansedumbre frente al hombre fue siempre motivo de asombro, y los delfines, que caen presos en las redes de barcos atuneros industriales y son mutilados o muertos.
A fines del año pasado y a principios del actual los pesqueros industriales protagonizaron una verdadera batalla contra un proyecto de ley que discutía el Congreso, para establecer una zona de reserva marina de 40 millas alrededor de las islas, en las cuales solo se aceptaría la pesca artesanal.
Miguel Pellerano, el representante residente de WWF en Ecuador, dijo que la organización mundial decidió apoyar a la Fundación Galápagos por la necesidad de impulsar proyectos que controlen los impactos negativos de la influencia masiva de personas sobre los ecosistemas del lugar.
La lejanía del continente hace que el aumento de la población cree también conflictos de desarrollo. Los pobladores se dedican básicamente a la pesca artesanal, el turismo y de manera marginal a la ganadería, pero su crecimiento ha hecho que desmejoren servicios como los de salud pública, saneamiento y educación.
En los últimos 15 años, el destino de las islas ha sido motivo de fuertes enfrentamientos entre conservacionistas y desarrollistas.
Los primeros sostienen la necesidad de preservar el carácter único del archipiélago, con sus especies y ecosistemas intocados, mientras los segundos reclaman primacía a las necesidades de la población.
El vicepresidente de Metropolitan Touring, Luis Maldonado, destacó que la alianza con WWF permitirá impulsar proyectos que conjuguen tanto la preservación de la naturaleza, que es la riqueza fundamental de las islas, como una mejor calidad de vida para la población. (FIN)/IPS/amr/ag/en/98