Las negociaciones para resolver el conflicto limítrofe entre Perú y Ecuador se mantienen en un esquema pendular y hoy reaparecieron desalentadores indicios que podrían frustrar el acuerdo final, inminente hace sólo dos semanas.
"El acuerdo podría quedar en el camino si no se allanan algunas discrepancias que subsisten entre los dos paises", dijo este martes el canciller de Perú, Eduardo Ferrero, en declaraciones desde Washington a una radioemisora de Lima.
"No quiero ser pesimista y considero que aun en el caso, no deseado, de una frustración del acuerdo que buscamos, se han logrado avances importantes, y yo diría irreversibles, en dirección de una solucion aceptable por los dos paises", afirmó.
Las declaraciones de Ferrero se produjeron luego de participar en un encuentro con su colega de Ecuador, José Ayala, al que asistieron representantes de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos, países garantes del Tratado limítrofe cuyos gobiernos consiguieron detener la guerra de 1995.
Por otro lado, la televisión peruana difundió en la noche del lunes parte de una rueda de prensa concedida en la capital de Ecuador por el canciller interino de ese país, Diego Ribadeneira, quien aclaró la naturaleza de las discrepancias pendientes.
Luego de exponer una versión positiva sobre el avance de las negociaciones respecto de uno de los temas centrales, el derecho de su país de navegar en el río Amazonas, Ribadeneira señaló que en el tema concreto de la cuestión limítrofe aún no se logra un acuerdo.
Subsisten discrepancias sobre la línea definitiva en dos tramos de la frontera común, afirmó y comentó que una de las sugerencias técnicas formuladas por los países garantes es aceptada por Ecuador pero no por Perú y en la otra ocurre lo contrario.
La intervención de los países garantes ha dividido las negociaciones en cuatro áreas: solución de las discrepancias limítrofes, derecho de navegación de Ecuador por el río Amazonas, cooperación e integración fronteriza y establecimiento de un mecanismo de seguridad para evitar futuros incidentes bélicos.
El tema de la cooperación ha avanzado notablemente, porque se trata de planear como gastar 2.000 millones de dólares que aportarían un conjunto de países encabezados por Estados Unidos, si Perú y Ecuador ponen fin a su largo conflicto territorial, el más candente de América Latina.
La cuestión del mecanismo de seguridad sólo podrá ser abordado si se firma el acuerdo de paz y límites, de modo que no se esperan avances antes de tiempo.
El tema de la navegación ecuatoriana por el río Amazonas emana del Tratado fronterizo suscrito en 1942, pero no se puso en práctica porque desde 1950 Quito desconoce el referido convenio que les concedió ese derecho.
En la década del 50, antes que descubriera los ricos yacimientos de petróleo en sus selvas orientales, la salida hasta Brasil y el océano Atlántico por el río Amazonas no tenía la importancia geopolítica que representa actualmente para Ecuador.
En las conversaciones de paz iniciadas en 1995, el tema de la navegación por el Amazonas se presentaba espinoso por la exigencia de Ecuador de obtener de Perú un corredor territorial, con soberanía, hasta un punto navegable del río o, al menos, del río Marañón.
Lima no admitió modificación alguna del Tratado limítrofe de 1942 por los dos países, y propuso que el derecho de navegación ecuatoriana se realice por el Putumayo, importante río navegable que nace en Ecuador y desemboca en el tramo peruano del Amazonas.
Quito habría sopesado la importancia y factibilidad de la solución por el río Putumayo y no insiste en el tema de la soberanía por corredor o puerto alguno en el Amazonas, sino en el ejercicio pleno de su derecho de navegación.
"Ecuador va a tener un derecho a navegar libre, gratuito, continuo y perpetuo, y tendrá centros de comercio y navegación en donde podrá ejercer actos de comercio e inclusive de industrialización", dijo Ribadeneira.
Pero no precisó si los centros de comercio e industrialización aludidos estarían en territorio peruano o brasileño.
"Lo importante no es el derecho a poner una bandera para decir que es soberana, sino ejercer el derecho práctico, pragmático y tangible", afirmó.
Un aspecto importante de las dificultades que tienen los gobiernos de Ecuador y Perú es la presentación de la fórmula de solución ante sus respectivas poblaciones, muy sensibilizadas por las tres guerras e imnumerables incidentes armados que ha producido el conflicto fronterizo en este siglo.
Los dos gobiernos destacan la importancia para sus países de poner fin a la situación de virtual "preguerra" o "paz armada", que ha perturbado sus presupuestos con fuertes compras militares y reconocen las ventajas de la integración comercial reclamada por sus poblaciones fronterizas.
Según encuestas realizadas en Ecuador por el instituto independiente Market y divulgados en Lima, el 70 por ciento de los ecuatorianos respalda a su gobierno en las conversaciones con Perú y aprueba que se arribe a un acuerdo definitivo "en un marco de paz y dignidad".
En Perú, el relativo desgaste de la popularidad del presidente Alberto Fujimori ha sido aprovechado por los partidos opositores para movilizar a un sector de la población en contra de las negociaciones.
La oposición impulsó una huelga general en Iquitos en contra de la concesión de puerto franco para Ecuador, que hubiera estado bajo soberanía y administración peruana, presentándolo como un enclave del país vecino en gestación.
El partido Aprista se opone a los planes de integración y cooperación fronteriza, porque incluye proyectos de nuevas carreteras, "por las que se meterán los ecuatorianos".
El diario izquierdista La República denunció este martes la intención de reconocer derecho perpetuo de navegación a las naves ecuatorianas en el río Amazonas, pero no menciona que ese derecho forma parte del Tratado de Río de Janeiro, que Perú le exige reconocer a Ecuador. (FIN/IPS/al/ag/ip/98
