El gobierno de Cuba aprobó la creación de cinco nuevas empresas mixtas y procura obtener capital extranjero para garantizar el despegue del turismo, en su carrera por alcanzar los dos millones de visitantes en el 2000.
"Los años pasan y no debemos perder oportunidades", dijo la viceministra de Inversión Extranjera y Colaboración Económica, Marta Lomas, sobre la necesidad de dar una respuesta inversionista a los planes de crecimiento de ese sector.
"En una fase de recuperación de la economía nacional" se debe "afinar" la promoción de inversiones "para que se dirija hacia aquellos sectores donde pueda ser mas beneficiosa", advirtió la funcionaria en declaraciones a la prensa cubana.
En el sector turístico funcionan más de 40 asociaciones mixtas con capital extranjero cuyos actividades van desde la construcción hasta la administración hotelera, pero se desconoce cuáles son las empresas cuya creación se anunció.
La organización Sol Meliá, la mayor cadena hotelera de España y la tercera de Europa, anunció este mes que a inicios del próximo año, con la explotación de cuatro nuevos hoteles, estará operando en Cuba 12 que reúnen más de 3.000 habitaciones.
La cubana Hoteles Horizontes informó el día 9 que conversa con varias firmas de España, Francia, Italia y Canadá interesadas en participar en la constrcción y restauración de hoteles.
Unos 30 agentes de turismo de Estados Unidos asistieron en mayo a la XIX Convención de Turismo Cuba '98. Se trató de la primera participación de empresarios de ese país en la bolsa turística cubana.
La mayor de las islas del Caribe apostó totalmente por el turismo a raíz de la desaparición del bloque socialista, con el que Cuba sostenía el 75 por ciento de su comercio en condiciones favorables de intercambio.
Entre 1990 y 1997 la prioridad otorgada al desarrollo de este sector permitió crecimientos promedios anuales de 19,8 por ciento de la cantidad de visitantes, 29,3 por ciento de los ingresos y 11,4 por ciento de los visitantes.
El turismo, pionero en la apertura a la inversión extranjera en Cuba, es considerado el elemento más dinámico en el proceso de recuperación de la economía que transita por el octavo año de crisis.
El sector del ocio desplazó al azúcar como primera fuente de ingresos a las arcas del Estado y podría jugar un papel cada vez más importante en la economía de la isla por su efecto multiplicador hacia otros sectores.
La solidez de Cuba como destino turístico en el Caribe quedó demostrada, según expertos, tras la crisis de los balseros de agosto de 1994, que concluyó con el éxodo de unos 30.000 cubanos desde las costas de la isla.
La inestabilidad política provocó una caída en los arribos. Pero, según informes oficiales, el sector se recuperó de inmediato con crecimientos en el trienio 1995-1997 de 24,3 por ciento.
Las explosiones de poca intensidad en instalaciones turísticas registradas en 1997 no causaron perjuicios importantes al flujo de visitantes, que superó el millón de personas.
El Ministerio de Turismo reveló que hasta el 19 de mayo el crecimiento fue de alrededor de 35 por ciento medido en arribos diarios de turistas. En el balneario de Varadero, principal polo turístico a 140 kilómetros de La Habana, crece 60 por ciento.
Cuba pretende atraer 1.430.000 millones de visitantes en 1998, un crecimiento de 22 por ciento. Hasta el 10 de mayo habían llegado a la isla 523.000 personas, según el viceministro de Turismo, Eduardo Rodríguez de la Vega.
La viceministra de Inversiones Extranjeras afirmó que en el caso cubano no se trata sólo de construir hoteles y campos de golf, pues también se debe impulsar la producción agrícola e industrial y los servicios, lo cual incrementará el valor agregado del turismo.
"Esperamos que en el futuro se nos unan nuevos inversionistas que aporten productos y servicios de calidad y competitivos en la industria del ocio mundial", dijo Lomas, quien rehusó hacer pronósticos sobre el futuro de las inversiones.
En Cuba hay más de 340 asociaciones con capital extranjero. La apertura externa se regula por la Ley para la Inversión Extranjera de 1995 que, según expertos y empresarios extranjeros en la isla, carece aún de flexibilidad.
Lomas opinó que las leyes sobre inversiones no deben cambiarse en plazos cortos porque podría crearse incertidumbre y confusión en el empresariado. Pero, al mismo tiempo, reconoció la posibilidad de modificaciones cuando las condiciones cambian. (FIN/IPS/da/mj/if/98