COMERCIO: Panamá aspira a ser centro regional de distribución

La zona libre (franca) de Colón, en el litoral caribe de Panamá, se propone dar el salto y convertirse en un centro de distribución regional de mercancías para ponerse a tono con la globalización de la economía.

Con negocios de importación y reexportación de mercaderías por más de 11.000 millones de dólares en 1997, la zona franca panameña es la principal zona libre comercial de América y la segunda en el mundo luego de Hong Kong.

Colombia, con 36,4 por ciento de las compras, Jamaica con 10 por ciento, Costa Rica, con 8,4 por ciento, Ecuador, con 5,8 por ciento, y Nicaragua y Haití, con 5,7 por ciento cada uno, son los principales clientes de la zona libre de Panamá.

Sus principales abastecedores son Hong Kong, con 25,4 por ciento, Estados Unidos, con 13,2 por ciento, Japón, con 8,6 por ciento, Taiwan, con 7,3 por ciento, Corea del Sur, con 6,6 por ciento, e Italia, con 6,3 por ciento.

Las alrededor de 1.600 empresas nacionales y extranjeras radicadas en la zona libre panameña están habilitadas para importar y reexportar mercaderías hacia terceros países sin pagar impuestos en este país.

Pero la desregulación arancelaria en aplicación en casi todos los países del área, incluido Panamá, que bajó sus aranceles a un promedio de 7,5 por ciento, redujo las ventajas de comprar en la zona libre de Colón, según voceros de los empresarios locales.

Nidal Waked, presidente de la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón, dijo que, a pesar de eso, las empresas radicadas allí ofrecen la posibilidad de que un comprador pueda comprar en varios comercios en una sola mañana mercancías que menos de 24 horas estarán embarcadas hacia su país.

"El único lugar en el mundo donde se puede surtir un contenedor con una variedad tan grande de productos es la zona libre de Colón", dijo Waked, quien recordó que sus empresarios cuentan con una experiencia de 50 años en el movimiento internacional de mercancías

La estatal gerencia de la zona libre convocó para este martes la segunda Expoferia Mundial de la Zona Libre de Colón, con el propósito de promover esas ventajas, atraer nuevos clientes y reforzar los lazos con los actuales.

El gerente de esa entidad, Ricardo Alemán, afirmó que además de la experiencia de 50 años a la que aludía Waked, Colón tiene la ventaja de contar con un aeropuerto para aviones de carga y cuatro puertos para el trasiego de contenedores entre los océanos Atlántico y Pacífico.

Alemán recordó que esa infraestructura se complementa con otro enorme puerto en el sector Pacífico, el canal interoceánico y una autopista en construcción entre Colón y la capital, lo cual, en su conjunto, constituye un sistema multimodal de transporte "que posiblemente no tenga ninguna otra zona franca del mundo".

Un contenedor que parta de cualquiera de los cuatro puertos de Colón por carretera o por ferrocarril tarda menos de dos horas en arribar al puerto de Balboa, en el Pacifico, o a la carreterra interamericana que une Panamá con el resto de América Central.

Alemán dijo que Panamá se propone aprovechar esas ventajas y "convertir la zona libre en un centro mundial de redistribución de mercancías" para toda América Latina y el Caribe.

Sin embargo, Waked considera que primero habría que "limpiar la mala imagen" que se le ha hecho a la zona libre de Colón.

El funcionario afirmó que los usuarios son los más interesados en que la zona libre este alejada de escándalos, como el narcotráfico o el lavado de dinero en que se han visto involucrados algunos comerciantes del lugar en los últimos años.

Una declaración de procedencia del dinero en las transacciones por encima de 10.000 dólares exigida por los comercios, junto con la instalación de una oficina especializada en prevenir y reprimir la falsificación de marcas son algunas de las medidas destinadas a evitar el uso de la zona libre para actos ilícitos.

A pesar de que los comercios instalados no pagan impuestos por la importación y reexportación de mercanías, la zona libre de Colón aportó en 1997 10 por ciento del producto interno bruto de Panamá, de 7.800 millones de dólares, en pago de salarios, alquiler, servicios y otros gastos.

Pero no todo es color de rosa. Un sindicalista dijo que el aislamiento de la zona libre de los 85.000 habitantes de la ciudad de Colón ha convertido ese lugar "en una isla de riqueza dentro de un mar de pobreza".

Mariano Mena, secretario general de la Central General de Trabajadores de Panamá, alabó el esfuerzo de los empresarios para colocar a la zona libre entre las mejores zonas francas del mundo, pero los exhorto a "distribuir la riqueza entre los pobres y los desempleados de Colón".

A pesar que la zona libre genera alrededor de 14.000 empleos, cerca de 50 por ciento de la población económicamente activa de Colón son desempleados o subempleados. (FIN/IPS/sh/mj/if/98

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