Los candidatos a la Presidencia de Colombia, el oficialista Horacio Serpa y el opositor Andrés Pastrana, fueron poco convincentes en su primer debate por televisión, dedicado por ambos a convencer a los indecisos.
El debate del domingo fue, en opinión de algunos analistas, repetitivo en conceptos y de poca profundidad en problemas fundamentales como la paz y el manejo de la economía.
"Podría decirse que el resultado de las dos intervenciones es un empate por lo bajo", dijo este lunes a IPS Luis Valencia, investigador de la Universidad de los Andes, principal centro privado de educación superior.
Valencia afirmó que la participación de los dos candidatos "no estuvo orientada a convencer a un posible elector, sino a seducirlos con imágenes y poses", lo que puso en un segundo plano cualquier contenido.
Pastrana, del Partido Conservador, trató de proyectar la imagen de un político joven "cuyo caballo de batalla es el cambio", mientras Serpa, del gobernante Partido Liberal, se mostró como un demócrata de origen popular y experimentado en el manejo del problema de la paz, sostuvo Valencia.
"No pasó nada extraordinario" en el debate pues "ninguno estuvo en términos generales superior al otro", dijo Rodrigo Pardo, politólogo y ex canciller.
Pardo observó también coincidencias en asuntos como la extradición de nacionales a otros países, el mantenimiento de la prohibición del consumo de drogas y el control a la evasión de impuestos.
El decano de la Facultad de Economía de la Univesidad de Los Andes, Santiago Montenegro, afirmó que los dos candidatos "fueron superficiales" en materia económica.
Montenegro destacó apenas el acuerdo cuyo anuncio formuló Serpa para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales con el fin de ampliar la oferta de trabajo y crear 600.000 nuevos empleos.
Pero la propuesta "es un poco populista y merece más análisis, pues podría afectar la competitividad", observó el catedrático.
Montenegro afirmó que la fórmula de Pastrana consistente en rebajar impuestos a los empresarios que generen más empleos no es clara, ya que no explica cómo afrontar los problemas macroeconómicos que esta estrategia puede generar.
Pastrana planteó que durante la campaña electoral que concluye con la segunda vuelta el día 21 se debatirá entre el "continuismo" de Serpa y el cambio que él mismo representa.
El candidato liberal, a su vez, afirmó ser la persona que "de verdad va a hacer transformaciones en Colombia, por su origen social, sus ideas democráticas y su lucha permanente por la convivencia y las instancias sociales".
La experta en asuntos electorales Patricia Pinzón destacó la influencia en este primer debate de los periodistas escogidos para intervenir.
Los jefes de la campaña de Serpa escogieron a Darío Arismendi, director de la cadena radial Caracol y considerado defensor del gobierno de Ernesto Samper, mientras los de Pastrana eligieron a Mauricio Vargas, columnista de la revista Cromos y reconocido opositor.
Para Pinzón, el hecho de que los candidatos participaran en la elección de los periodistas contribuyó a que el debate fuese "acartonado y poco emotivo".
La experta opinó que Pastrana aprovechó "como se esperaba" su experiencia de varios años como director de telenoticiero, mientras Serpa se centró más en los asuntos pero manejó con menos fuerza "la comunicación de sus propuestas".
Pinzón afirmó que Serpa trató de proyectar "su perfil de estadista, ganado por la experiencia de 30 años de ejercicio en el servicio público", mientras Pastrana se mostró agresivo y hostil frente a su adversario.
Serpa, con 3.630.000 votos, y Pastrana, con 3.600.000, fueron elegidos para comparecer en la segunda vuelta electoral el 31 de mayo, y libran una batalla para conquistar cerca de tres millones de votos de la independiente Noemí Sanín.
Sanín, líder del movimiento pluripartidista Opción Vida, dejó en libertad a sus electores para la segunda vuelta. Estos votos definirán la presidencia, ya que entre Serpa y Pastrana solo hay 30.000 votos de diferencia. (FIN/IPS/yf/mj/ip/98