Miles de personas se lanzaron hoy a las calles en Chile, en una desbordante manifestación de júbilo popular, para celebrar la clasificación del seleccionado de fútbol a octavos de final en la Copa del Mundo de Francia.
Los manifestantes desoyeron en Santiago las advertencias de las autoridades y confluyeron en la céntrica Plaza Italia desde el momento mismo que en Nantes finalizaba, con un empate a un gol, el partido entre Chile y Camerún.
Con este resultado, los chilenos alcanzaron el segundo lugar en el grupo B del torneo, clasificándose así para los octavos de final de un campeonato mundial, por primera vez desde 1962, cuando jugaron como locales y alcanzaron el tercer puesto.
Con tres empates en su grupo, Chile completó tres puntos, mientras Italia encabezó la clasificación con siete puntos, relegando a los últimos lugares a Austria, con dos, y a Camerún, con sólo una unidad.
Los comentaristas coincidieron en que Chile tuvo este martes un cometido mediocre, para alcanzar una angustiosa paridad con el equipo africano, que pudo alzarse con la victoria pese a sufrir la expulsión de dos jugadores.
Sin embargo, el empate y la consiguiente clasificación fueron considerados un acto de justicia por el buen desempeño anterior de la selección chilena en sus partidos con Italia, del día 11, y Austria, del miércoles 17.
Chile estuvo a punto de derrotar por dos a uno a los italianos, que consiguieron emparejar con un polémico penal a su favor, y Austria logró el empate a un gol cuando restaba menos de un minuto para el final del cotejo.
"Se acabó el infortunio y por fin la suerte estuvo con nosotros", fue un comentario recurrente entre los miles de fanáticos que a pie o en automóviles se lanzaron a las calles para celebrar la clasificación.
Las avenidas y los paseos peatonales del centro de Santiago se llenaron de manifestantes que lucían la roja camiseta del seleccionado, estaban envueltos en banderas de Chile o mostraban sus rostros pintados de blanco, azul y rojo.
Las fuerzas antimotines de la policía de Carabineros se desplegaron sobre todo en el sector de Plaza Italia, que une a la Alameda Bernardo O'Higgins con la Avenida Providencia, en frecuentes e infructuosos intentos de despejar el lugar.
Los alcaldes de Santiago y Providencia, Jaime Ravinet y Cristián Labbé, hicieron el lunes sendas exhortaciones a los aficionados para que se abstuvieran de celebraciones en áreas céntricas y en particular en Plaza Italia.
Las autoridades advirtieron que las masivas concentraciones de público dan facilidades para la acción de "vándalos y delincuentes" que provocan desórdenes y atentados contra los bienes públicos y locales comerciales.
Cerca de las 19:00 GMT se comenzaron a producir graves desórdenes en la Plaza Italia, donde se concentraron unas 12.000 personas. Un policía resultó herido con una pedrada en el rostro y reporteros de un canal de televisión sufrieron la destrucción de algunos equipos.
El presidente Eduardo Frei reiteró los llamados a celebrar pacíficamente la clasificación y abstenerse de manifestaciones en las calles céntricas, luego de felicitar al seleccionado que tiene como capitán al delantero Iván Zamorano.
El encuentro Chile-Camerún fue seguido a través de la televisión desde su inicio, a las 10:00 horas de Chile (14:00 GMT), por prácticamente todo el país, con suspensión de actividades en los centros de trabajo, colegios y universidades.
Las actividades laborales y educativas se suspendieron de hecho en varios lugares al término del encuentro, ya fuera para facilitar las celebraciones como por razones de seguridad, al cerrarse establecimientos comerciales y de enseñanza.
Como segundo en el grupo B, el equipo chileno debe enfrentar el sábado en París nada menos que a Brasil, actual campeón del mundo y puntero del grupo A.
Ambos equipos se enfrentaron en la última fase de una Copa del Mundo en las semifinales de 1962. Los brasileños, que serían a la postre los campeones, triunfaron por cuatro goles a dos.
A 36 años de ese encuentro, Brasil vuelve a aparecer como gran favorito, en tanto para Chile no queda más opción que confiar en un virtual milagro, luego de la esforzada clasificación alcanzada este martes en Nantes. (FIN/IPS/ggr/ag/cr/98