El gobierno de Chile prepara un paquete de medidas ante la crisis asiática que podría implicar la postergación de tareas previstas en la agenda social y el aplazamiento de compras de equipos bélicos.
Por encargo del presidente Eduardo Frei, el ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, presentará en los próximos días un conjunto de propuestas cuyo objetivo será garantizar los equilibrios económicos mediante el ajuste de la demanda interna.
El creciente impacto de la crisis asiática en el mercado cambiario, la actividad bursátil y la balanza comercial fue analizado el miércoles por Frei y su consejo de ministros, que, contrario a lo esperado, no adoptaron decisiones inmediatas.
En el mercado bursátil y en medios empresariales se esperaba que el gobierno acordara recortes en el presupuesto del estado para disminuir el gasto y que ratificara el envío de un proyecto de ley para la rebaja del arancel externo único.
La falta de anuncios de medidas concretas repercutió en una débil actividad bursátil, con una caída de 0,18 por ciento en el índice selectivo de acciones, en tanto el dólar continuaba su incontenible curso ascendente.
El Banco Central hizo el miércoles una de sus mayores intervenciones indirectas en el mercado cambiario, al sacar a la venta más de 150 millones de dólares de sus reservas, pero sólo logró moderar el alza, sin contenerla.
El dólar superó la barrera "hasta ahora inviolable" de los 456 pesos y la cotización interbancaria llegó a los 456,90 pesos, mientras algunos expertos aseguran que para fin de año el precio podría superar los 480 pesos y acercarse a los 500.
El incremento de la cotización del dólar aparece como el factor más destacado del impacto de la crisis en Chile, uno de los países latinoamericanos más expuesto al llamado "efecto dragón" por su alto volumen de comercio con Japón y el sudeste asiático.
"El mercado quiere hechos, no promesas", dijeron este jueves analistas financieros, como Ignacio Briones, de CB Capitales, y Valentín Carril, de Santander Investment, que criticaron la "falta de señales claras" desde el gobierno.
El Secretario General de Gobierno y vocero presidencial con rango de ministro, José Joaquín Brunner, sólo señaló que se adoptará "un conjunto de medidas de austeridad fiscal", pero que el gasto social "no va a experimentar ningún tipo de recorte".
El Diario, rotativo especializado en economía, sostuvo este jueves que el énfasis en los equilibrios implicará un desplazamiento a segundo plano de la agenda social que Frei anunció en marzo y reiteró el 21 de mayo.
Las tareas previstas en el frente social apuntan no solo a nuevas disminuciones en los índices de pobreza, sino también a atacar fenómenos como el incremento del desempleo juvenil y el deterioro de las condiciones de vida de los jubilados.
El gobierno enfrenta también el desafío de contrarrestar la creciente ampliación en la brecha entre ricos y pobres, que sitúa a Chile como uno de los países de peor distribución del ingreso en América Latina, a pesar de sus éxitos en disminuir la pobreza.
Una de las propuestas fundamentales de corto plazo de Frei, la de aumentar los montos de las pensiones de los jubilados desde septiembre, no podrá, sin embargo, fructificar, ya que la derecha niega sus votos en el Senado para aprobar la ley respectiva.
El argumento de la oposición, mayoritaria en la cámara alta, es que en las actuales condiciones de crisis resulta inapropiado un aumento de impuestos como el que se propone para financiar los incrementos de pensiones.
Desde filas gubernamentales, el diputado socialista Alejandro Navarro propuso postergar las compras de equipos previstas para las Fuerzas Armadas como una fórmula viable para enfrentar la crisis asiática.
"Si va a haber algún tipo de restricción (en el gasto) social, vamos a exigir lo mismo para el mundo castrense", dijo Navarro.
Las mayores compras de armamentos programadas en Chile para el corto plazo corresponden a la Fuerza Aérea, que debe reemplazar viejos cazas-bombarderos por aviones que comprará en los Estados Unidos, Francia o Suecia. (FIN/IPS/ggr/mj/if/98