Brasil exportó 989.689 sacos de 60 kilos de café en grano el mes pasado, 30,4 por ciento menos que en mayo de 1997, y los ingresos cayeron más aún, acompañando la negativa tendencia de los precios.
Los 161 millones de dólares obtenidos en mayo representan una reducción de 45,7 por ciento respecto de igual mes de 1997, según la información divulgada este martes por la Federación Brasileña de Exportadores de Café (FEBEC).
+ El promedio de 163,01 dólares por saco pone fin a 14 meses de precios superiores a 184 dólares. Brasil es el primer productor y exportador mundial de café.
La FEBEC anunció para este mes la recuperación del volumen de exportación de café, que llegaría a 1,15 millones de sacos. Pero los precios continuarán en descenso, hasta ubicarse en promedio en 130,43 dólares el saco.
Esas previsiones se basan en registros de venta, certificados de origen y embarques en los primeros dias del mes, además de la consulta directa a las empresas exportadoras, explicó Francisco Ourique, secretario general de la FEBEC.
La Asociación Brasileña de Exportadores de Café (Abecafé), otra organización del sector, calculó en un millón de sacos las ventas externas de mayo. Se trata del mejor resultado de este año, según sus datos.
El volumen total exportado desde principios de enero hasta fines de mayo fue de sólo 4,3 millones de sacos, 34 por ciento menos que en igual período de 1997. Los ingresos llegaron a 855 millones de dólares, una caída de 27 por ciento respecto de los primeros cinco meses del año anterior.
En cuanto a los precios del café brasileño, Abecafé señaló un promedio de 213,58 dólares por saco en febrero y de 175 dólares en mayo.
Brasil obtuvo en 1997 una baja producción de café, que redujo el volumen de exportación del grano y promovió desde marzo de ese año el alza de precios. Pero ese ciclo ha llegado a su fin.
La cosecha de 1997 fue sólo de 22 millones de sacos, según la Abecafé, o de 18,8 millones, de acuerdo con los datos del Consejo Deliberante de la Política Cafetera, que reúne al gobierno y los caficultores y los industriales y exportadores de café.
Pero la información preliminar de la cosecha que empieza ahora anuncia la normalización de la producción. La previsión oficial es de 31,17 millones de sacos, un volumen suficiente para atender tanto la demanda externa como la interna.
La expectativa de esa buena cosecha contribuyó a la caída de precios en los dos últimos meses, aunque el café nuevo sólo estará efectivamente en el mercado a partir de julio, según Ourique.
Este es también un periodo de intranquilidad en el mercado internacional, pues la cercanía del invierno austral crea el riesgo de heladas en los cafetales de Brasil, cuya producción tiene peso decisivo en el mercado mundial.
Las heladas podrían interrumpir la recuperación de la cosecha, cuya calidad también ha mejorado, advirtió Gilson Ximenes, presidente del Consejo Nacional del Café, que representa a los 200.000 caficultores del país.
La baja oferta brasilea actual se debe a severas heladas ocurridas en 1994, a las que se sumó la sequía en algunas regiones productoras. Desde entonces, el país enfrenta problemas para mantener el nivel de sus exportaciones.
Las existencias en manos del gobierno, colocadas en el mercado en subastas periodicas, ayudaron a sostener la oferta en el mercado interno, pero están almacenadas desde hace muchos años y no son adecuadas para la exportación. La cosecha que empieza este mes debe normalizar la capacidad exportadora del país.
El café es uno de los cultivos que más empleos genera en el medio rural brasileño. Ocupa a cinco millones de personas, según las asociaciones empresariales. (FIN/IPS/mo/ff/if/98