La pérdida de popularidad del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, que amenaza su reelección en octubre, se sumó a los factores económicos internos y externos que están provocando fuertes oscilaciones en las bolsas del país.
Esta es una semana perdida, previeron algunos operadores, ante la divulgación durante el fin de semana de una encuesta que apunta sólo 34 por ciento de intenciones de voto para el presidente y 30 por ciento para el principal opositor, Luiz Inacio Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores (PT).
Un sondeo anterior, a fines de abril, indicaba una amplia ventaja de Cardoso, de 41 contra 24 por ciento, sobre Lula, ex obrero metalúrgico, que se presentará a las elecciones como candidato de una coalición de izquierda.
La encuesta, hecha por Datafolha, órgano del diario Folha de Sao Paulo, acentúa una tendencia antes apuntada por otros institutos especializados. Todos coinciden en que, si se mantienen las actuales condiciones en la primera vuelta, el 4 de octubre, se iría a una segunda, el 15 de noviembre.
La incertidumbre se agrava porque en las áreas metropolitanas, que tienen la opinión pública más influyente, Lula aventaja a Cardoso por 37 por ciento contra 26 por ciento. El ex sindicalista obtiene ventaja también entre los electores con enseñanza superior.
En consecuencia, la caída de las bolsas ya era esperada este lunes debido al factor político.
Pero el desempeño negativo de 2,44 por ciento en Sao Paulo y de 1,64 por ciento en Río de Janeiro se explica también, según los analistas, por el derrumbe de 10,24 por ciento en Moscú y la nueva ola de bajas en Asia, encabezada por Tokio, con 2,23 por ciento.
Un artículo del diario estadounidense The Wall Street Journal, que afirma que los problemas asiáticos superan las peores evaluaciones, y la dificultad rusa en obtener nueva ayuda del Fondo Monetario Internacional son apuntados como motivos adicionales para la jornada negativa en las bolsas.
Pero el mercado de capitales muestra gran nerviosismo en todo el mundo desde el mes pasado, pero acentuado en Brasil. La bolsa de Sao Paulo alternó caídas récord y alzas en días seguidos. El miércoles pasado llegó a caer 4,93 por ciento para recuperarse en las horas siguientes y cerrar con alza de 3,3 por ciento.
La reducción de la tasa básica del Banco Central para 21,75 por ciento no fue considerada por el mercado. El gobierno no logró refinanciar su deuda a las tasas y plazos pretendidos y tuvo que reducir estos últimos.
Las reservas cambiarias del Brasil se redujeron en cerca de 1.300 millones de dólares durante mayo, estimó Tendencias Consultoría, que cuenta con destacados economistas, incluso ex ministros.
Esas pérdidas, sin embargo, no deben preocupar, según Roberto Padovani, de Tendencias, porque responden a la reducción de los intereses y otras medidas del Banco Central, como restricciones al ingreso de divisas para financiar la agricultura, pero que son aplicadas en el mercado financiero por la alta remuneración.
Pero el ex director del Banco Central, Alberto Furuguem, agregó otro motivo de temores. La deuda externa deberá superar los 200.000 millones de dólares este año y sólo en intereses Brasil tendrá que pagar unos 15.000 millones de dólares.
El problema es que el servicio total de la deuda fue equivalente a 74 por ciento de las exportaciones el año pasado, casi el doble del inicio de esta década, señaló. Eso obliga al país a exportar cada vez más y también influye en el mercado de acciones, tal cual el creciente déficit fiscal, concluyó.
Pero el ex ministro de Economía Marcilio Marques Moreira estima que el actual nerviosismo no se prolongará. El panorama externo debe mejorar y el presidente Cardoso recuperará su popularidad al reanudarse el crecimiento económico en el segundo semestre, previó. (FIN/IPS/mo/ag/ip-if/98