El ritmo creciente del desempleo, que en abril alcanzó a 1,6 millones de personas en el área metropolitana de esta ciudad o 18,9 de su población económicamente activa, decidió a muchos trabajadores de Brasil a probar suerte con un negocio propio.
El número de personas que consultaron al Servicio Brasileño de Apoyo a la Pequeña Empresa (Sebrae) en el primer cuatrimestre de este año porque desean abrir una empresa aumentó 37,3 por ciento en relación al mismo período del año pasado.
Hasta principios de mayo, el Sebrae atendió a 35.670 personas, que fueron orientadas por técnicos sobre los procedimientos necesarios para la apertura de empresas.
El presidente del Sebrae de Sao Paulo, Sílvio Rosa, afirmó que el aumento de la búsqueda de orientación es un reflejo de la crisis del empleo.
"Después de la casa propia, tener el negocio propio es el principal sueño de los brasileños, y hoy la mayoría de los que concurren al Sebrae son personas que ahorraron recursos durante toda su vida para invertirlos en una nueva empresa", dijo.
La privatización de empresas públicas, la tercerización de servicios y la reducción de cargos en las grandes empresas son factores que hacen a los trabajadores decidirse por el negocio propio, según Rosa.
"Esos sectores no generan más los empleos que la sociedad necesita, y la salida consiste en buscar una actividad alternativa", afirmó.
Una encuesta realizada en marzo por el sindicato de los metalúrgicos a 1.108 empleados de Volkswagen que se adhirieron al programa de renuncia voluntaria de la empresa comprobó la tesis de Rosa.
De todos los encuestados, 50,5 por ciento manifestaron que pretendían abrir un negocio con el dinero de la indemnización y poco más de 20 por ciento que buscarían otro empleo. El resto pretendía vivir de la jubilación.
El número de trabajadores independientes aumentó junto al índice de desempleo, según el economista Sérgio Mendonça, del Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos, que participa en la elaboración de un estudio sobre el empleo en el gran Sao Paulo.
El estado de Sao Paulo responde por casi la mitad del producto interno bruto de Brasil y poco más de la mitad de la producción industrial nacional.
"Desde que iniciamos la investigación, hace 13 años, el contingente de autoempleados creció 70 por ciento", afirmó Mendonça.
Según el economista, los independientes representan hoy 20 por ciento de los siete millones de trabajadores ocupados del gran Sao Paulo, y es esa categoría la que presenta una mayor tendencia a abrir el negocio propio.
El Sindicato de Pequeñas y Medianas Industrias de Sao Paulo (Simpi) también registró un aumento en la apertura de empresas.
Desde comienzos de este año, la institución registró 300 aperturas por mes en el estado, 15 por ciento más que en el mismo período del año pasado.
La dificultad para conseguir un puesto en el mercado formal de trabajo contribuyó a ese crecimiento, explicó Pedro Zuquini, director de Economía del Simpi.
"El trabajador termina por buscarse otra actividad que garantice su subsistencia. Es ahí que se atenúa la línea que separa al empleado del microempresario", dijo, y advirtió que el mayor riesgo para el empresario principiante es la falta de preparación para el mantenimiento de la actividad.
"Generalmente quien decide abrir un negocio no tiene noción del tiempo que le llevará recuperar su inversión, no cambia de estilo de vida y, cuando el dinero se le acaba, entra en pánico y baja la cortina", explicó.
Según el economista, ese es el motivo principal que lleva a 70 por ciento de las nuevas empresas a cerrar en el primer año de actividad.
Otro problema señalado por Zuquini es la falta de acceso a la tecnología, que pone a los nuevos empresarios en malas condiciones para mantener el precio y la calidad de sus productos en un mercado cada vez más abierto a la competencia internacional.
"La recapacitación profesional y la apertura de líneas de crédito para esos empresarios es fundamental para el éxito de sus empresas", destacó.
Según el economista, si se dieran esas condiciones sería posible crear más de dos millones de pequeñas empresas en el país y generar seis millones de puestos de trabajo.
Las pequeñas empresas también tienen el mayor potencial de generación de empleos, de acuerdo con los dirigentes del Sebrae de Sao Paulo, que invierte para mejorar la competitividad de las nuevas empresas y garantizar su supervivencia.
La institución brinda apoyo jurídico para iniciar un negocio y cursos de formación que incluyen análisis de viabilidad económica, punto comercial, público meta y competencia.
"La prioridad es evitar que el trabajador que invierte todo lo que consiguió ahorrar corra el riesgo de quebrar y eliminar así los empleos que haya creado", resaltó Sílvio Rosa, presidente de la entidad. (FIN/IPS/tra-en/awm/ml/lb/98