El Acuerdo de Complementación Económica (ACE) entre Perú y Chile favorecerá al sector de la pequeña y microempresa, que ocupa a 80 por ciento de la población económicamente activa de este país, según fuentes empresariales peruanas.
El presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas de Perú, Manuel Sotomayor, precisó que el esquema de integración comercial suscrito el lunes pasado en Lima favorecerá el ingreso al mercado chileno de tres productos peruanos muy dinámicos: textiles, pesqueros y cemento.
El primero de éstos, corresponde casi íntegramente a la pequeña y a la microempresa.
La balanza comercial es actualmente favorable a Chile, que exporta a Perú productos por unos 290 millones de dólares al año, y compra de este país por 132 millones de dólares.
Hay también una creciente presencia empresarial chilena en Perú, especialmente en el área de comercialización y de servicios, incluyendo entre estos últimos el de la provisión de energía eléctrica a Lima.
Los dos países tienen políticas económicas parecidas, y en cierto modo el modelo adoptado por el presidente de Perú, Alberto Fujimori, está inspirado en la experiencia chilena de las últimas décadas, según admite el propio mandatario peruano.
Durante la dictadura del general Augusto Pinochet, Chile abrió su economía y redujo sus aranceles a un nivel promedio de 10 por ciento, en tanto que Fujimori realizo una apertura similar desde 1991, y estableció aranceles con un promedio de 14 por ciento, con tendencia a bajarlos.
Chile y Perú, situados en la costa del océano Pacífico, competían hasta hace poco para atraer inversiones del sudeste asiático, aunque es probable que por ahora aguarden el desenlace de la crisis financiero en esa región.
Perú es miembro de la Comunidad Andina, y como tal participa de las negociaciones de integración con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), en tanto que Chile ya suscribió un acuerdo de asociación con ese bloque y estableció convenios bilaterales con los cinco países andinos.
El ACE, firmado tras tres años de negociaciones por el canciller de Chile, José Miguel Insulza, y el ministro de Industria de Perú, Gustavo Caillaux, comenzará a regir el 1 de julio.
A partir de esa fecha serán desgravadas 2.500 partidas arancelarias, que corresponden a 65 por ciento de las exportaciones peruanas y 35 por ciento de las chilenas.
El proceso de liberalización arancelaria será progresivo, concluirá en el año 2016 y avanzará en un esquema de cinco listas: inmediata, cinco, 10, 15 y 18 años.
Sotomayor, quien participó en las negociaciones que dieron origen al ACE, comentó que aunque Chile es un país pesquero, los productos pesqueros peruanos tienen un excelente mercado en ese país, en tanto que las ventajas comparativas del cemento peruano favorecen su penetración en ese mercado.
Según Sotomayor, la ubicación de las plantas cementeras peruanas origina un menor costo de transporte que el producto chileno.
La inclusión del cemento y de los textiles peruanos en las listas de desgravación inmediata y próxima originó resistencias en los empresarios chilenos, pero finalmente se allanaron.
Sotomayor destacó la importancia social del sector textil en Perú, pues en su mayor parte es ejercido por microempresas, de estructura familiar, que han originado el llamado "fenómeno Gamarra", en alusión al nombre de la calle de Lima donde se ubican más de 5.000 microfábricas y tiendas.
"El sector textil peruano es el universo de la microempresa y pequeña empresa, y se realiza con costos y calidades capaces de competir con cualquier lugar del mundo, aún los del sudeste asiático, a las que hay vigilar únicamente si vienen con precios de dumping", manifestó el analistça Lino Cornejo.
En relación al tema textil en el acuerdo ACE, indicó que los empresarios chilenos del sector hicieron dura resistencia al convenio.
"De las 12 partidas referentes a los hilados, las tres más importantes porque generan la mayor exportación de Perú a Chile, entraron en la lista de desgravación inmediata, en tanto que las restantes se ubicaron en la lista de desgravación total a tres años", señaló Cornejo.
El empresario chileno Cristóbal Valdez, quien integró la comitiva del canciller chileno, admitió que el acuerdo de complementación económica es conveniente para ambos países, pero expresó algunas reservas.
"La oferta exportable chilena a Perú asciende a unos 5.700 productos, pero muchos de ellos no tendrán ventajas en el mercado peruano ni cuando ingresen con arancel cero", dijo Valdez, quien expresó su esperanza de que se acorten los plazos de desgravación de los llamados productos "sensibles". (FIN/IPS/al/ag/if/98