La caída de las exportaciones y la inversión externa aumentan el pesimismo en torno al impacto de la crisis asiática en la economía de Chile, mientras el presidente Eduardo Frei intenta atraer capitales de la bolsa de Nueva York.
Frei y el ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, encabezaron un seminario realizado el miércoles y jueves en Wall Street sobre el Bono de Infraestructura, un nuevo instrumento del estado chileno para atraer inversiones en obras públicas.
Frei viajó a Nueva York para participar en la sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas sobre drogas, y aprovechó para llevar a cabo varias actividades con la comunidad bursátil y de negocios de Estados Unidos.
Las gestiones del presidente coincidieron con renovadas preocupaciones en torno al efecto de la crisis asiática en Chile, a la luz del último informe del Banco Central, difundido el lunes pasado en Santiago, sobre el período enero-abril.
El comercio exterior, principal sostén de la economía, registró en el cuatrimestre un comportamiento negativo, con un aumento de las importaciones de 10,3 por ciento y una caída en las exportaciones de 9,8 por ciento, respecto de enero-abril de 1997.
Las ventas a Asia registraron la mayor baja, de 28,7 por ciento, con caídas también en los embarques hacia América del Norte y el Mercado Común del Sur (Mercosur), de 5,7 y 7,6 por ciento, respectivamente.
Las exportaciones a América Latina en general crecieron siete por ciento, y a la Unión Europea 3,1 por ciento, pero estos desempeños no logaron contrarrestar la tendencia de la balanza comercial, que llegó a su séptimo mes consecutivo de déficit.
Las autoridades esperaban un comportamiento negativo de la balanza comercial para este año, con un saldo en contra del orden de los 1.000 millones de dólares, pero la tendencia es a superar esa meta con un déficit acumulado al 15 de mayo de 669,2 millones.
La inversión extranjera tuvo en abril una disminución de 71,5 por ciento, comparada con igual mes de 1997, en tanto la caída del ingreso de capitales en el período marzo-abril fue de 35 por ciento, siempre de acuerdo con el Banco Central.
El retroceso de la inversión se debe fundamentalmente a las caídas en el mercado financiero, en especial en lo que respecta a los ADR (American Depositary Receipts) de empresas chilenas que se transan en la bolsa de Nueva York.
Para el economista Guillermo Patillo, de la Universidad de Santiago de Chile, la baja en las inversiones financieras es un reflejo claro de la crisis asiática, aunque no debería configurar una tendencia de largo plazo.
En todo caso, los expertos discrepan sobre el tiempo que la llamada "fiebre amarilla" ejercerá su efecto negativo en la economía chilena. El economista Vittorio Corbo, de la Universidad Católica, trazó un cuadro crítico hasta 1999.
Según Corbo, el año próximo será peor que el actual y el producto interno bruto (PIB) del país sólo crecerá entre cuatro y cinco por ciento, un porcentaje inferior al previsto para 1998, de 5,5 por ciento.
El experto contradijo así un informe presentado el lunes pasado por el Consejo de Cooperación Económica del Pacífico (PECC), según el cual el PIB chileno crecería en 1999 en torno a seis por ciento.
El PECC, una organización no gubernamental vinculada con el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), integrado por 20 países, estimó que el crecimiento de las economías de este bloque será en 1998 de sólo 2,6 por ciento.
El PECC está integrado por Australia, Brunei, Chile, China, Colombia, Hong Kong, Indonesia, Japón, Corea, Malasia, México, Nueva Zelandia, Perú, Filipinas, Rusia, Singapur, Taiwán, Tailandia, Estados Unidos y Vietnam.
Las tribulaciones en la cuenca del Pacífico, originadas en la crisis cambiaria y bursátil de los tigres asiáticos, influirán este año fuertemente en la economía mundial, aunque el PECC prevé una recuperación a partir de 1999.
De la continuidad de la crisis asiática dependerá también en gran medida el comportamiento de la economía chilena, que tenía hasta 1997 en los mercados de Japón y el sudeste de Asia a los mejores clientes de sus exportaciones.
Uno de los rubros del comercio exterior chileno más afectados por la crisis es el cobre, cuya permanente tendencia a la baja obligó al gobierno de Frei a utilizar el martes, por tercera vez en el año, un fondo especial para estabilizar los ingresos que reporta al fisco.
Chile es el mayor productor mundial de cobre, producto que el año pasado originó alrededor de 40 por ciento de los ingresos de la balanza comercial del país. (FIN/IPS/ggr/mj/if/98