Colombia propondrá a la sesión especial de la Asamblea General de la ONU sobre el problema de las drogas que comenzará este lunes una lucha equilibrada tanto contra el consumo como contra la producción de estas sustancias.
El gobierno colombiano tiene el objetivo de "concientizar a la comunidad internacional de la corresponsabilidad que le compete" para atacar el consumo de la misma manera y con la misma fuerza que a la producción de drogas, explicó a IPS el canciller Camilo Reyes.
Colombia llevará a la sesión especial, denominada "Cumbre sobre las Drogas" por la asistencia de numerosos mandatarios, entre ellos 14 de América Latina y el estadounidense Bill Clinton, cinco documentos, "dos de los cuales tienen fundamental importancia por su carácter político", dijo Reyes.
El funcionario afirmó que su país "hizo un trabajo muy intenso para lograr que la concepción sobre la cual se ha trabajado durante 20 años y se ha evolucionado" fuera acogida por el resto de los países en la comisión de expertos preparatoria de la cumbre.
Los documentos que se llevan a la conferencia que se desarrollará del 8 al 10 de junio están concebidos en el marco de los conceptos de "integralidad, de corresponsabilidad, de equilibrio y multilateralidad" con los que ha venido trabajando Colombia en los últimos años, señaló Reyes.
La propuesta colombiana fue acogida por el Buró Ministerial del Movimiento de Países No Alineados (NOAL) que se reunió en Cartagena, Colombia, entre el 17 y el 20 de mayo.
En esa oportunidad, los países del NOAL plantearon la necesidad de controlar tanto la demanda como la producción de drogas, así como toda la cadena de funcionamiento del narcotráfico.
El presidente de Colombia, Ernesto Samper, quien viajó éste sábado a Nueva York, ciudad sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), hablará ante la Asamblea General este lunes.
Samper presentará una declaración política sobre su concepción de lo que debe ser la lucha antidrogas y otra en la que se plantean los principios rectores para la reducción de la demanda, que es uno de los temas principales de la sesión especial.
Estas posiciones cuentan con el respaldo de un buen número de países con los que fueron discutidas, según Reyes.
"Fue una batalla muy grande porque, obviamente, los países que tenían el problema del consumo se mantenían en que el problema era del que producía", recordó el canciller colombiano.
En esta sesión especial, convocada por el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de las Drogas (PNUFID), se examinará también el tráfico de precursores para la fabricación de sustancias ilícitas y la producción de fármacos sintéticos.
También se analizarán los problemas relatiivos al blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico, la cooperación judicial, la eliminación de los cultivos ilícitos y el desarrollo de cultivos alternativos.
En relación con la reducción de la demanda, los representantes de 130 gobiernos en la reunión preparatoria celebrada en Viena en marzo aprobaron un proyecto de declaración con miras a que su aprobación por la Asamblea General.
En la declaración se enuncia una estrategia mundial completa encaminada a atacar simultáneamente todos los aspectos relacionados con el problema de la droga y se propone como meta una gran reducción de la oferta y la demanda de drogas ilícitas para el 2008.
Este objetivo, en opinión de Ricardo Vargas, investigador del Centro de Educación y Cultura Popular (CINEP) de Colombia, es aventurado y está concebido en la vieja política de la guerra antidrogas trazada por Estados Unidos, que no ha dado ningún resultado.
Para la reducción de la demanda las propuestas de Colombia están orientadas a que todos los países se comprometan a programas muy concretos de educación dirigidos a los colegios, universidades y los padres de familia.
Colombia propone como punto de partida para reducir la oferta programas de desarrollo alternativo dirigidos a los pequeños cultivadores que "que por no tener otros recursos se han dedicado a estos productos ilícitos".
Pero, en opinión de Vargas, para desarrollar una verdadera estrategia nacional sobre drogas, se debería partir del consenso de los sectores involucrados en el problema.
Vargas sostuvo que el problema de la producción y la destrucción de los cultivos ilícitos es usada por Colombia "como comodín político y publicitario" a la hora que querer mostrar resultados en la lucha antodrogas.
Expertos colombianos afirman que el desarrollo alternativo implica un programa integral de mejoría de las condiciones de vida de estos campesinos, para lo que se requiere del apoyo y financiación internacional y nacional. (FIN/IPS/yf/mj/ip/98