/BOLETIN-DROGAS/ BRASIL: Gobierno reacciona ante difusión de drogas en escuelas

El gobierno de Brasil decidió crear un órgano central de combate a las drogas, luego de evidenciarse una ofensiva del narcotráfico en escuelas y universidades.

El asesinato hace dos meses en Sao Paulo de la subdirectora de un centro de enseñanza que había castigado a un alumno por vender drogas a sus compañeros desnudó el cerco de los narcotraficantes en torno de centros de educación en algunas ciudades.

Una ola de denuncias reveló la permanente amenaza que ronda a los estudiantes, maestros y profesores, especialmente en los barrios periféricos de la región metropolitana de Sao Paulo.

El mayor peligro está dado por el "crack", pasta básica de cocaína cristalizada para fumar, que provoca rápidamente dependencia.

Reprimido en sus tradicionales reductos, como las "favelas" (barrios marginados y hacinados), el narcotráfico diversificó sus locales de venta y los centros de educación son un blanco preferencial, explicó Bo Mathiasen, representante adjunto del Programa de Naciones Unidas para el Control Internacional de las Drogas.

Dos por ciento de los alumnos de enseñanza primaria y secundaria han consumido cocaína y 7,6 por ciento marihuana por lo menos una vez en la vida, según una investigación realizada en 1997 por el Centro Brasileño de Información sobre Drogas Psicotrópicas (CEBRID).

Diez años antes, el índice era de sólo 2,8 para la marihuana y 0,5 por ciento para la cocaína. El CEBRID realizó su investigación en ciudades grandes y medianas que presentan un total de 40 millones de estudiantes. Uno por ciento se traduce por 400.000 consumidores.

En la Universidad de Sao Paulo, la mayor del país, 7,1 por ciento de los estudiantes matriculados habían probado cocaína el año pasado.

En cuanto a la marihuana, compite con el cigarrillos. En efecto, 31 por ciento de los estudiantes de la Universidad de Sao Paulo fumaron alguna vez marihuana, frente a 43 por ciento en el caso del tabaco, según otra encuesta, del Grupo Interdisciplinario de Estudios de Alcohol y Drogas.

Veinte por ciento de los estudiantes de la Universidad de Sao Paulo son consumidores habituales de marihuana, frente al 27 por ciento que fuma cigarrillos habitualmente.

Las drogas no han penetrado sólo los centros de enseñanza, sino la sociedad en su conjunto. El departamento especializado en narcóticos de la policía de Sao Paulo calculó que un décimo de la población metropolitana, es decir, 1,6 millones de personas, son adictas a la cocaína y la marihuana.

La policía de Sao Paulo tiene registrados a 100.000 narcotraficantes y 5.000 locales de venta. Cerca de 80 por ciento de los 247 niños y adolescentes asesinados el año pasado en la región metropolitana de Sao Paulo estaban relacionados con las drogas ilícitas.

Ese crecimiento del consumo entre los jóvenes es uno de los mayores desafíos de la Secretaría Nacional Antidrogas, que será creada en los próximos días.

El anuncio fue realizado el lunes por el presidente Fernando Henrique Cardoso, en la sesión especial de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre narcóticos.

Cardoso reconoció que la acción limitada a la represión "se comprobó insuficiente". Prometió "redoblar los esfuerzos de prevención" y también de recuperación de los drogadictos, que son "víctimas de lo que es probablemente la mayor enfermedad social de nuestro tiempo".

La secretaría prevista, vinculada directamente a la Presidencia, buscará coordinar la gestión de numerosos organismos dedicados al tema en el gobierno central, como la Policía Federal y el Consejo Federal de Estupefacientes.

La reorganización de la acción gubernamental antidrogas no rendirá frutos si se mantiene el énfasis en la represión, advirtió Fabio Mesquita, de la Universidad de Sao Paulo, quien teme, por ejemplo, que algún militar o policía sea puesto al frente de la nueva secretaría.

Mesquita es uno de los cuatro brasileños que, junto a un millar de personalidades de todo el mundo, firmaron una carta abierta dirigida al secretario general de la ONU, Kofi Annan, para criticar la actual estrategia de combate a las drogas.

"Un mundo libre de drogas", como propone la ONU, es una ilusión y sólo fortalece la acción represiva, que agrava la violencia y ha llevado a prisión "a más de un millón de personas en el mundo", sin evitar el crecimiento del problema, explicó Mesquita, un médico especializado en el tratamiento de adictos.

El mundo tiene que aprender a convivir con el fenómeno del consumo de las drogas, tratando de reducirlo principalmente con la prevención y la asistencia a los adictos, que son "victimas del sistema", concluyó. (FIN/IPS/mo/ff/ip/98

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