El presidente Bill Clinton inició esta semana la primera visita oficial en nueve años de Estados Unidos a China, comenzando el recorrido en la ciudad de Xian, símbolo del nacimiento del gobierno autocrático en el gigante asiático.
En su primer discurso en suelo chino, Clinton dijo que el respeto de los derechos y las libertades individuales de cada ciudadano ha determinado la fuerza de Estados Unidos, y esto es "importante para la nueva China".
La visita, que durará nueve días, ha sido foco de polémica en Estados Unidos, donde muchos en especial critican la recepción oficial realizada el viernes en la plaza Tiananmen en Beijing, donde en 1989 el ejército chino masacró a cientos de estudiantes demócratas.
Clinton dijo al arribar el jueves estar entusiasmado por la visita a la ciudad histórica de Xian, la cual, afirmó "aún es el corazón de China".
Xian, hogar del primero y más despiadado emperador de China, Qinshihuang, fue antigua capital del imperio unificado. Clinton visitó la tumba del tirano, custodiada por un ejército de soldados de terracota.
Irónicamente, cuando hace ocho meses el presidente chino Jiang Zemin visitó Estados Unidos, recorrió los sepulcros de la democracia norteamericana.
El simbolismo de las visitas a los sitios sagrados de la democracia por el presidente de un país donde la libertad democrática está tan recortada no escapó a los ojos del público estadounidense.
Pero el viaje de Clinton a China ofrece contrastes aún mayores, ya que comenzó en Xian, hogar de Qinshihuang, el cruel fundador del sistema imperial chino, quien el año 220 antes de Cristo unificó cinco estados en guerra, bajo el poder centralizado y un régimen de terror.
La segunda escala en suelo chino fue en Beijing, donde se realizó una solemne ceremonia de bienvenida junto a Tiananmen.
En la víspera de la llegada de Clinton a China, el líder desplazado Zhao Ziyang exhortó en una carta al Partido Comunista Chino a admitir que la sangrienta represión del 4 de junio de 1989 fue un error.
Zhao, el segundo hombre más poderoso de China, permanece bajo arresto domiciliario desde 1989, acusado de simpatizar con los estudiantes masacrados por el ejército chino.
Legisladores estadounidenses opuestos al "compromiso integral" de Clinton con China, criticaron al presidente por aceptar la recepción en la plaza de Tiananmen.
"Si no hubiéramos tomado medidas resueltas para reprimir el alzamiento político de hace nueve años, China no se hubiera podido transformar en lo que es, un factor de estabilidad económica y social en la región", declaró el portavoz de la cancillería, Tang Guoqiang, con respecto a la masacre de Tiananmen.
China pretende ser vista como una potencia regional responsable y reconocida como un actor internacional con creciente poder.
Para subrayar ese mensaje, Beijing preparó cuidadosamente el itinerario de Clinton para exhibir lugares históricos que resaltan la estatura de China como un poderoso y antiguo estado, y como una economía moderna.
El factor económico será destacado durante la visita de Clinton a los centros financieros de Shanghai y Hong Kong.
"El futuro bueno o malo de las relaciones chino- estadounidenses depende en gran medida de la correcta comprensión de China en Estados Unidos", aseguró Liu Jinghua, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales.
"Muchos estadounidenses piensan que un ascendente y nuevo poderoso estado podría entrar en conflicto con la superpotencia existente y perturbar el orden político del mundo", indicó Wang Shaoguang, profesor asociado del Departamento Político de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
"Están nerviosos ante la aparición de una nueva potencia, pero la mejoría de las relaciones chino-estadounidenses debe servir como una refutación de esos temores", añadió.
En el contexto de la visita de Clinton, la prensa oficial china presentó teorías que prevén un poderoso eje chino-estadounidense.
"Cada vez más personas comprenden que en el próximo siglo, China podría ser más importante que Rusia, Japón o Europa, mientras Estados Unidos seguirá siendo la única superpotencia", comentó el diario Tiempos Económicos de China la semana pasada.
La ambición de China de convertirse en otro protagonista mundial es evidente en el sector económico.
"El estatuto de China en la economía internacional es de gran importancia", continuó el diario, arguyendo que Beijing y Rusia deben incorporarse al Grupo de los Siete (G-7). "Debería ser el G- 7 más dos".
El G-7 está integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón, los siete países más industrializados del mundo.
"La estabilidad de la región de Asia y el Pacífico es determinada en gran medida por la estabilidad de las relaciones chino-estadounidenses", opinó Chu Shulong, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas.
"Podemos decir que China y Estados Unidos, a ambos lados del Pacífico, son el motor que impulsa el crecimiento de la economía de Asia y el Pacífico, o al menos un factor importante de su desarrollo", manifestó Chu. (FIN/IPS/tra-en/ab/ral/lp-aq/ip hd/98