Emilio Massera, ex jefe de la Armada de Argentina condenado e indultado por violaciones de derechos humanos, pidió disculpas por haber afirmado que hay generales homosexuales al intentar una defensa del detenido ex dictador Jorge Videla.
Massera, quien integró en nombre de su fuerza la junta militar que inauguró la última dictadura (1976-1983) y que presidió Videla, manifestó estar arrepentido por sus dichos sobre los generales y pidió perdón a quienes se hubieran sentido ofendidos.
El ex comandante de la Marina, destituido tras su condena en 1985, se rectificó a través de su abogado Carlos Bianchi, quien aseguró que su cliente "se fue de boca" al hacer el día 12 declaraciones periodísticas que fueron difundidas la noche del lunes pasado.
Massera, a quien la justicia podría citar a declarar en la causa judicial que investiga la sustracción de menores en la dictadura militar por la que está detenido Videla, afirmó que no tiene temor de ir preso.
Si él fuera preso como Videla, "aplaudiría", declaró el marino destituido, quien defendió al ex comandante del ejército de la dictadura como "un caballero, un amigo que se hizo responsable de sus actos".
"Soy incondicional de Videla y lo defenderé siempre", agregó el ex comandante de la Armada. Ofuscado, afirmó también que hay "movimientos" de militares disgustados con la detención del ex presidente, y él mismo dijo estar "engranado" con la noticia aunque ya no forma parte de las Fuerzas Armadas.
Luego dijo en tono irónico que "hay algunos generales homosexuales que no saben lo que dicen".
"Yo no estoy en contra de los homosexuales y no quiero ir preso por discriminar, pero creo que hay algún comandante homosexual", afirmó.
Luego, sostuvo que el actual jefe del ejército, general Martín Balza, autor de una conocida autocrítica sobre la represión ilegal, y el de la Marina, almirante Carlos Marrón, "son comandantes ridículos".
La diputada opositora Graciela Fernández Meijide, madre de un desaparecido, consideró que las declaraciones de Massera fueron "una lamentable provocación", y sostuvo que tanto "esa bravuconada como su arrepentimiento posterior muestran su gran debilidad y aislamiento en la sociedad".
Dirigentes del gobernante Partido Justicialista (peronista) también desautorizaron el martes a Massera, en especial los que fueron señalados por el ex jefe de la Marina como integrantes del gobierno previo al golpe de Estado de 1976 que, según dijo, habían ordenado la represión.
La orden de aniquilar el accionar de la subversión, como establecía el decreto del gobierno civil al que aludía Massera, no habilitaba a las fuerzas armadas a torturar, secuestrar niños o asesinar, aclaró el senador Antonio Cafiero, en coincidencia con otros dirigentes justicialistas.
El presidente Carlos Menem negó que haya malestar en las Fuerzas Armadas, como sugirió el ex militar al referirse a "cabildeos" y "movimientos" entre militares, y sostuvo que el juez federal Roberto Marquevich, que arrestó a Videla hace una semana, está "actuando correctamente".
Marquevich debe decidir si dicta la prisión preventiva o libera a Videla, considerado autor mediato en los años 70 de los delitos de sustracción y ocultamiento de menores, supresión de estado civil y falsificación de documentos, todos cometidos al parecer de forma sistemática.
Para la detención, el magistrado se basó en cuatro causas referidas a cinco menores secuestrados por el ejército, en las que ya hay detenidos y procesados.
Entre ellos algunos apropiadores de menores que asistieron a los partos clandestinos de las detenidas embarazadas y luego los adoptaron de manera ilegal.
Los militares secuestraron, torturaron y asesinaron a miles de prisioneros. Los organismos de derechos humanos sostienen que hubo 30.000 desaparecidos, de los cuales 300 eran menores secuestrados o nacidos durante el cautiverio de sus padres.
Norma Osatinsky, una sobreviviente de la prisión clandestina que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada, aseguró que allí hubo al menos 17 nacimientos entre 1977 y 1978, y que los niños eran separados de sus madres.
Los testimonios permitirían a la justicia avanzar en las causas de menores sustraidos que caen dentro de la jurisdicción de la Marina, y por eso Massera podría ser citado a declarar como imputado, igual que Videla.
El delito de sustracción de menores no fue considerado un hecho sistemático del régimen en 1985, cuando la Cámara Federal condenó a los ex jerarcas a reclusión perpetua. Por el contrario, la justicia absolvió a los ex comandantes por esos delitos porque los casos que pudieron probarse fueron aislados.
No obstante, en los últimos años aumentó considerablemente el volumen de información sobre menores secuestrados, y la justicia avanzó en el procesamiento de militares involucrados. Las leyes de amnistía de 1987 no liberan a los militares de estos delitos que se siguen cometiendo mientras las víctimas no aparezcan.
Mientras tanto, los ex comandantes fueron indultados por Menem en 1990 y están en libertad. "Cuando fueron absueltos por robo de menores en 1985 no importó tanto porque, de todos modos, eran condenados a reclusión perpetua", recordó esta semana el entonces asistente del fiscal, Luis Moreno Ocampo.
Ahora, la justicia quiere probar, mediante una serie de documentos con instrucciones militares y la consideración de un mayor número de casos, que el secuestro y apropiación de niños era parte del plan criminal de la dictadura.
Los abogados debaten ahora si los ex comandantes indultados pueden ser castigados por estos delitos. (FIN/IP/mv/mj/hd/98