/BOLETIN-AMBIENTE/ ENERGIA: El proteccionismo en Florida golpea a Venezuela

Venezuela sufrió el revés de que la orimulsión, el combustible que inventó para producir electricidad, fuera rechazado por las autoridades del estado de Florida, Estados Unidos, a pesar de las ventajas económicas y ambientales que ofrecía.

Por seis votos contra uno, el gabinete del estado de Florida rechazó el jueves el proyecto de la empresa eléctrica Florida Power and Light para emplear orimulsión en una nueva planta con capacidad para generar 1.600 Megavatios.

"Es una decisión política y no económica, técnica o ambientalista", señaló Carlos Borregales, presidente de la empresa venezolana Bitor, que manufactura la orimulsión. "No se consideraron los informes de dos audiencias públicas que nos favorecían", deploró.

La comisionada del gabinete del estado de Florida, Sandy Mortham, reconoció que "en realidad la evidencia muestra una cosa, pero la gente tiene otra visión y eso es lo que importa", lo que calza con un recordatorio que hizo Borregales: en esa península habrá elecciones regionales a fines de año.

Las autoridades de Florida habrían querido dar una imagen de celo por el entorno, pues grupos ambientalistas recogieron hasta 15.000 firmas para oponerse a la orimulsión. También se opuso la empresa ferrocarrilera CSX, que cuida los intereses de su asociada y proveedora, la industria del carbón.

La decisión altera el proyecto de Florida Power and Light, que se dirigiría ahora hacia combustibles tradicionales, aunque tanto esa empresa como Bitor, filial del grupo estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), intentarán una apelación en julio.

La orimulsión es un sustituto del carbón como combustible para plantas termoeléctricas.

Es una emulsión (líquido con partículas de sustancias insolubles en suspensión) con aproximadamente dos partes de hidrocarburos pesados, abundantes en la venezolana Faja del Orinoco, y una de agua, más elementos que dan fluidez a la mezcla.

Se trata de un combustible desarrollado por investigadores al servicio de PDVSA, y para su manufactura ya opera una planta con capacidad para cinco millones de toneladas anuales, que despacha cargamentos a Alemania, Canadá, China, Gran Bretaña, Dinamarca, Italia y Japón.

Mientras Florida Power and Light preparaba inversiones de 250 millones de dólares en una termoeléctrica en el condado de Manatee, cuyas calderas quemarían orimulsión, Bitor, en sociedad con Statoil (Noruega) y Conoco (Estados Unidos), se disponía a erigir una nueva planta manufacturera en la Faja.

La nueva planta de Bitor entregaría cuatro millones de toneladas anuales del nuevo producto a su cliente en Florida, obteniendo ingresos por 120 millones de dólares anuales.

A largo plazo (después del 2007), Bitor cree que sus contratos le permitirán manufacturar 30 millones de toneladas anuales de orimulsión.

Pero no desplazará al carbón, cuyo mercado mundial se cifra en 400 millones de toneladas por año, a pesar de que se presenta con un precio inferior, mayor rendimiento en las calderas y menor contaminación ambiental.

Los estrategas de PDVSA, sin embargo, admiten que en algunos países, dada la condición de la industria carbonífera como generadora de empleo, la orimulsión encontrará vallas políticas.

Pero en el caso de Florida, las esperanzas estaban cifradas en la oferta de controles para satisfacer las demandas de los ambientalistas. Bitor, por ejemplo, aceptó guiar por satélite el transporte marítimo de la orimulsión, para disminuir los riesgos de derrames en costas o puertos de destino.

El proyecto además ofrecía reducción de 65 por ciento de las emisiones de óxido de nitrógeno, un gas invernadero, de 50 por ciento en las de óxido sulfuroso y recolección con precipitadores electrostáticos de 94 por ciento de las cenizas.

Borregales dijo que el proyecto, en los 20 años para los que fue planificado, representaba para Florida un ahorro de 7.000 millones de dólares.

El 12 de enero el juez administrativo de audiencia pública de Florida, Lawrence Johnston, inició un proceso de audiencias sobre el proyecto luego de su rechazo por la gobernación del estado hace un año. Recibió a más de 100 testigos a favor y en contra.

El 17 de abril, Johnston falló a favor de la orimulsión y elevó un informe al gabinete de Florida, el cual, según Borregales, no sólo fue desechado sino ni siquiera discutido, aunque durante tres horas los comisionados escucharon a defensores y detractores.

Florida Power and Light invirtió en las últimas dos semanas 480.000 dólares en publicidad para defender su proyecto, pero ya era tarde. La campaña de los adversarios movió cartas y llamadas "en proporción de 100 a uno", según Mortham, y bajo ese influjo se decidieron los comisionados.

A Venezuela llega la noticia en un mal momento, porque el derrumbe de los precios internacionales del crudo le priva para este año de unos 5.000 millones de dólares en ingresos, un tercio de su "salario nacional" representado por el petróleo.

El gobierno central estadounidense deslindó responsabilidades recordando que la decisión sobre este caso es exclusiva del estado de Florida y, en un comunicado entregado por su embajada en Caracas, animó a Bitor a ensayar asociaciones con empresas de otras regiones. (FIN/IPS/jz/mj/en if/98

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