La creación de una Organización Mundial de Ambiente y Desarrollo, integrando programas e instituciones existentes en la ONU, ayudaría a resolver problemas urgentes en el planeta.
La recomendación fue hecha en un estudio de la Fundación para el Desarrollo y la Paz (SEF), presentado en una conferencia conjunta con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en Bad Honnef, cerca de Bonn.
Aunque evitó un comentario directo sobre la propuesta, el director general del PNUD, James Gustav Speth, dijo que el organismo mundial ya lanzó un programa para hacer más eficaces y coordinadas las políticas internacionales de desarrollo y ambiente.
Como resultado de reformas de largo alcance anunciadas el año pasado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, se estableció un Grupo de Desarrollo de las Naciones Unidas (GDNU).
El GDNU comprende a los directores ejecutivos de las agencias, fondos y otras entidades de desarrollo de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), bajo la conducción del director general del PNUD.
El objetivo del Grupo, dijo Speth, es lograr una mayor coordinación y coherencia política entre esos organismos, mientras se mantienen sus identidades distintivas.
A la vez, un grupo de trabajo encabezado por el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Klaus Toepfer, considera formas de fortalecer la política y los programas ambientales mundiales.
El documento de SEF fue escrito por Frank Biermann, de la secretaría del Consejo Asesor sobre Cambio Climático, en Alemania, y Udo Simonis, profesor especializado en políticas ambientales en el Centro de Ciencia de Berlín.
El SEF fue creado hace 12 años por el ex jefe de gobierno de Alemania Occidental Willy Brandt, conocido por su liderazgo de la Comisión Norte-Sur y su trabajo histórico en la promoción de la comprensión internacional y la necesidad de igualdad y justicia en las relaciones entre países industrializados y en desarrollo.
El viceministro alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, Wighard Haerdtl, también evitó comentarios sobre las conclusiones del informe.
No obstante, destacó que desde la Cumbre de la Tierra celebrada en junio de 1992 en Rio de Janeiro, Brasil, el ambiente y el desarrollo se consideran dos caras de la misma moneda. El desarollo sostenible implica tener en consideración cuestiones ambientales.
Haerdtl lamentó el lento ritmo que lleva el proceso de reformas en la ONU, pero celebró los esfuerzos hechos por el GDNU.
Sin embargo, la realidad indica que no hay una alternativa para la política mundial de desarrollo y ambiente que haga del planeta un lugar más seguro para la humanidad.
Con ese fin se aprobó la iniciativa 20:20, acordada por la comunidad internacional en 1995 en Copenhague, Dinamarca, recordó Erfried Adam, coordinador del Foro de ONG Alemanas Cumbre Social Mundial, y alto funcionario de la Fundación Friedrich Ebert.
La iniciativa 20:20 propone que 20 por ciento de la ayuda de los donantes y 20 por ciento del gasto estatal en las naciones beneficiarias se gaste en sectores como educación primaria, atención primaria de la salud, agua potable, alimentación adecuada y métodos modernos de planificación familiar.
Los autores del documento de SEF alegan que, dada la reducción de la asistencia oficial al desarrollo (AOD) entre los países industrializados, es esencial una nueva agencia especializada para trabajar por un ambiente mejor y el desarrollo sustentable. (FIN/IPS/tra-en/raj/rj/lp/en dv/98