/BOLETIN-AMBIENTE/

Las tribus indígenas que habitan en las montañas en esta región al norte de Tailandia son blanco de protestas de ambientalistas que las acusan de practicar una agricultura que destruye las fuentes de agua.

"Las tribus montañesas de la selva de Ithanon deben ser reubicadas para restaurar las condiciones de la naturaleza en ese parque nacional", demandó el líder del Grupo de Conservación Chom Thong, Praphat Ruenkhamfu, que acusa a los indígenas de deforestación.

La disputa se desató en medio de una escasez de agua causada por un duro verano, y logró dividir a los grupos ambientalistas entre quienes acusan a los indígenas y quienes defienden su derecho a continuar viviendo donde siempre lo han hecho.

El problema fue planteado hace pocas semanas por 4.000 enfurecidos residentes de las tierras bajas de esta zona, que tomaron una autopista durante varios días para exigir la expulsión de los indígenas de las montañas.

El Grupo de Conservación Chom Thong denunció la práctica de una agricultura que recurre a las talas y quemas, lo cual habría causado la destrucción de 3.000 hectáreas de selvas en las montañas, donde se ubican las principales fuentes de agua que abastecen a las tierras bajas.

Los ambientalistas agrupados alrededor de esta tesis dijeron que 72 de las 76 provincias de Tailandia sufren a causa del escaso caudal de los arroyos, mientras la erosión provoca inundaciones que afectaron la cría de ganado y la agricultura de 62 estados.

Praphat advirtió que la disputa entre las tribus montañesas y los habitantes de las tierras bajas por el uso de los recursos naturales es de alta peligrosidad y podría desencadenar un conflicto más violento en cualquier momento.

Los ambientalistas que protestan contra las tribus montañesas proponen eliminar toda actividad humana de las selvas de altura para prevenir el daño a los frágiles ecosistemas donde nacen los ríos de este país.

Por lo tanto, piden derogar tres resoluciones gubernamentales de 1997 en las cuales se reconocen los derechos de ocupación ancestrales de tribus como los hmong y los karen en el territorio del parque nacional Doi Inthanon.

Los defensores de las tribus montañesas argumentan que su sabiduría y tradición alimentada durante siglos es suficiente para justificar la permanencia de los indígenas en esta área, donde contribuyen al manejo sustentable de los recursos.

La disputa entre los ambientalistas ya llegó a la red de redes informáticas Internet, donde ambos bandos figuran tratando de ganar respaldo internacional para sus respectivas posiciones.

La en la Red por el Movimiento Mundial por la Selva Tropical (WRM) sostuvo en una declaración que las tribus son acusadas porque viven en las únicas zonas sobrevivientes a "una mala gestión ambiental".

También denuncian como equivocada la estrategia ambiental inspirada "en conceptos occidentales de conservación", según los cuales la naturaleza debería mantenerse para "excursiones de ricos".

Estos grupos aseguran que las verdaderas causas de la deforestación en las selvas son las concesiones forestales y mineras.

La agricultura y la tala ilegal acabaron con unas 8,8 hectáreas de selvas tailandesas, según cálculos extraoficiales. La selva cubría 42 por ciento de la superficie del país en 1973, porcentaje que se redujo a 26 por ciento en la actualidad.

En 1992 el gobierno tailandés lanzó un programa de control territorial con la declaración de áreas de conservación cuyos habitantes debían ser relocalizados. Pero grupos defensores de los indígenas reaccionaron en defensa de su derecho a manejar el territorio en torno a sus aldeas.

Ese movimiento logró la aprobación de las resoluciones de 1997, que garantizan el derecho a permanecer en áreas protegidas a quienes puedan demostrar que las habitaban antes de 1993.

El Grupo de Conservación Chom Thong, sin embargo, cuestionó la idea de indígenas que practican en forma inocente su agricultura de subsistencia, y argumentó que "ningún grupo puede permanecer aislado y sin cambios en una sociedad que cambia a tan alta velocidad".

El ambientalista Smansid Svasti añadió que no tienen ningún problema con tribus que pongan en práctica técnicas tradicionales de manejo del ecosistema en zonas bajas de la selva, pero muchas pasan de la agricultura de subsistencia a la agricultura como negocio en respuesta a presiones de mercado, advirtió.

"Todas las decisiones sobre asentamientos humanos en la selva deberían basarse en su sustentabilidad ecológica", dijo Smansid.

Mientras tanto, el Grupo de Conservación Chom Thong anunció que las protestas continuarán hasta que el gobierno precise condiciones para la permanencia de los indígenas en las montañas, u ordene su expulsión. (FIN/IPS/tra-en/ss/cb/lc-mj/en/98

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