La crisis económica puede desencadenar en Asia sudoriental un incremento brusco del número de trabajadores extranjeros irregulares y del tráfico de migrantes, advirtió una agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) expresó preocupación por la perspectiva de que la deteriorada situación económica en Asia sudoriental incite a las personas sometidas a privaciones a abandonar su hogar para buscar trabajo en el exterior.
Los países de Asia del sudeste ya acogen en la actualidad a por lo menos dos millones de trabajadores migrantes irregulares, que en su mayoría se encuentran en Malasia y Tailandia, calculó la OIM.
Esa masa de inmigrantes soporta presiones para que abandone los países de acogida. Con la llegada del nuevo flujo de obreros pronosticada por la OIM, se volcarán tensiones adicionales sobre la capacidad de absorción de las maltrechas economías.
En un estudio presentado en la reunión de consulta de la región Asia-Pacífico, realizada esta semana en Bangkok, la OIM consignó su preocupación por la carencia de mecanismos efectivos de gestión de las migraciones.
Los gobiernos del sudeste Asiático deben trabajar unidos para reducir los perjuicios potenciales de los movimientos masivos de trabajadores migrantes, reclamó la OIM.
"Lo evidente es que el movimiento intrarregional de población seguirá creciendo", aseguró Yorio Tanimura, un experto de la OIM en temas asiáticos.
El movimiento de migrantes tendrá efectos "desestabilizadores" en la región, "a menos que se efectúe de manera regulada y ordenada", advirtió Tanimura en una exposición ante la conferencia realizada en Bangkok del lunes al miércoles.
En un informe de la reunión en la capital tailandesa, la OIM resaltó el riesgo de un aumento del contrabando de inmigrantes.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que el número de indonesios aprehendidos en los estrechos de Malaca bajo sospecha de intentar el ingreso ilegal en Malasia se duplicó en los dos primeros meses de 1998 en relación a 1997.
La OIM alertó el probable aumento de la explotación de los inmigrantes en toda la región, debido a que los empleadores procuran obtener beneficios de la situación irregular de los obreros extranjeros para protegerse del retroceso económico.
En Tailandia, un importador neto de migrantes, los obreros extranjerosa en situación irregular suman unos 943.000, alrededor del triple de los inmigrantes radicados legalmente.
Las autoridades de Bangkok se proponen apresurar el retorno de 300.000 obreros irregulares, que se sumarán a los 100.000 también ilegales apresados y expulsados entre enero y octubre de 1997.
Hasta la crisis de 1997, la oferta de mano de obra en Tailandia no alcanzaba a cubrir el rápido aumento de la demanda.
Ahora, en cambio, las autoridades vaticinan un desempleo de 86 por ciento del casi medio millón de universitarios que se gradúan este año.
La mayoría de los inmigrantes en Tailandia proceden de la vecina Birmania. La agricultura tailandesa sufrirá escasez de fuerza de trabajo debido a la deportación de inmigrantes, pronosticó un estudio citado por la OIM.
Los filipinos amenazados de expulsión en la región suman unos 100.000, un alto porcentaje de los cuales se encuentran en la provincia malasia de Sabah.
La mayoría de los filipinos se desempeñan en trabjos domésticos. El resto son profesionales y personal de hoteles y restaurantes.
En Indonesia, la sobreabundancia de mano de obra no cualificada creó una presión emigratoria que fue agudizada por la crisis económica.
La situación en Indonesia preocupa a sus vecinos, en especial a Malasia, Singapur y aún a la lejana Australia, onservó el estudio de la OIM.
En Australia se asistió a un aumento del ingreso de empresarios indonesios de origen chino. Las autoridades migratorias australianas informaron de un incremento de 60 por ciento de solicitudes desde Indonesia registrado entre diciembre y febrero.
A fines de 1997 había 375.317 trabajadores indonesios en el exterior. Más de 317.000 se encontraban en Malasia y 31.000 en Singapur.
Pero el número de emigrantes indonesios irregulares puede ser muy superior al de los legales, dijo la OIM.
A su vez, en Indonesia hay 35.000 trabajadores extranjeros, de los cuales 6.000 son surcoreanos y 5.500, japoneses.
El Banco central de Malasia estimó que para una fuerza de trabajo total de 8,6 millones de personas, a fines de 1997 había en el país 1,7 millones de trabajadores extranjeros, de los cuales 1,14 millones poseían documentos.
Las autoridades malasias adelantaron que denegarán la renovación de unos 700.000 permisos de trabajo para inmigrantes ocupados en la construcción y en el sector de servicios, que en su mayoría tienen nacionalidad indonesia. (FIN/IPS/pc/ff/lb pr/98