Un marido mata a golpes a su esposa y uno de los amantes de ésta, dos elegantes señoras exhiben su lesbianismo y narcotraficantes invaden una mansión ametrallando todo en busca del hijo drogadicto del magnate.
La violencia y la polémica irrumpieron así en los hogares brasileños hace dos semanas, a través de los capítulos iniciales de "Torre de Babel", la nueva "novela de las ocho", la más importante en audiencia, que produce la red televisiva Globo.
En general, las telenovelas brasileñas, que conquistaron un amplio mercado internacional, empiezan a un ritmo alucinante para seducir los televidentes y definir con fuertes colores los personajes y la estructura narrativa con los que se procura captar la atención del público a lo largo de ocho meses.
Escenas de sexo adúltero, un adicto cometiendo un asalto para comprar droga y luego asesinando a un narcotraficante, la tensión en una la cárcel y en una familia muy pobre completaron el cuadro que despertó las protestas del cardenal Eugenio Sales, arzobispo de Rio de Janeiro.
Novelas así "destruyen valores morales", acusó el conservador jerarca de la iglesia católica, amenazador. "Los responsables prestarán cuentas a Dios", agregó.
La violencia tuvo mayor impacto porque se eligió como uno de sus ejecutores al actor Tony Ramos, a quien el público se acostumbró a ver en la piel de típicos personajes de bien, dignos, pacíficos y generosos.
Pero es él el obrero que mata a golpes de pala y luego soporta 20 años de cárcel con el deseo de vengarse del empresario que atestiguó en su contra en el juicio. Cumplida la pena, pone en marcha su plan de destruir con una bomba el gran centro comercial del que es dueño su enemigo.
La telenovela dividió opiniones. Mientras algunos sicólogos criticaron el hecho de que se exponga a niños a escenas de mucha agresividad y cuestiones sobre drogas y sexo que ellos no pueden comprender, otros creen que se trata de exhibir la realidad actual y ponerlos en debate público.
Expertos en tratamiento de drogadictos elogiaron la forma cruda en que se retrata al cocainómano. El adicto vive un infierno, asalta y es amenazado de muerte por traficantes a causa de deudas no pagadas. Sus padres, aunque ricos, son impotentes para salvarlo y sufren también la violencia del narcotráfico.
La polémica se produce cuando el Senado discute la creación de un consejo para controlar la programación televisiva, ante quejas de la sociedad y estudios que atribuyen efectos negativos al exceso de sexo y violencia, en especial en niños y niñas.
La telenovela solo "refleja la realidad" y alerta a las autoridades sobre la necesidad de medidas, sostuvo Carlos Manga, director del Núcleo de Creación de la Red Globo y responsable de los programas de ficción.
"Es realista, una síntesis de la sociedad contemporánea", argumentó el autor de la historia y del guión, Silvio de Abreu. Después de los capítulos iniciales viene el clima romántico, anunció Manga.
Pero el recurso de la violencia y el trato de temas polémicos, considerados una forma de atraer audiencia, tuvo, al parecer, un efecto opuesto.
"Torre de Babel" es sintonizado por 40 por ciento de los televisores encendidos, uno de los porcentajes más bajos en la historia de las "novelas de las ocho" que exhibe la TV Globo a partir de 20.30 horas, el llamado "horario noble" (central).
La telenovela tiene menos audiencia que el noticiero que la antecede, una situación sin precedentes que obliga a la dirección de la emisora y al autor de la telenovela a discutir cambios para recuperar el público habitual del principal programa de la Globo.
"Torre de Babel" es la producción más cara de la poderosa red televisiva y sus autores tenían la ambición de innovar con formas más cinematográficas de filmar. Se construyó un gran edificio, el lujoso centro comercial en torno al cual se desenvuelve la historia. Y que será destruido con una explosión.
La pareja de lesbianas es señalada como factor de pérdida de audiencia, por el hecho de que es representada por actrices de prestigio, Christiane Torloni y Silvia Pfeifer. Esto es claro entre televidentes de clase alta, porque los personajes son elegantes empresarias, dueñas de una tienda de ropa de lujo.
No es una novedad para Abreu. En una obra anterior, el escritor ya había tratado el tema, uniendo a dos adolescentes varones en duda sobre sus inclinaciones sexuales y bajo presión familiar. Organizaciones de homosexuales aplaudieron la forma como el autor desarrolló el caso.
El tratamiento actual es similar, pero las reacciones indican que la homosexualidad sigue siendo una cuestión que incomoda a la sociedad o que es menos aceptable cuando se trata de lesbianismo. (FIN/IPS/mo/mj/cr/98