América Latina tendrá este año, tal vez por primera vez en la historia, una tasa regional de inflación de un dígito, según prevé el colombiano José Antonio Ocampo, secretario ejecutivo de la Cepal.
Los últimos informes por países de la evolución de los índices de precios al consumidor (IPC), recogidos por los corresponsales de IPS, tienden a confirmar la previsión del máximo directivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Con la excepción de Paraguay, los comportamientos inflacionarios de mayo mostraron mejoramientos para casi todos los países, incluyendo algunos, como Ecuador, que finalizaron abril con un diagnóstico más bien crítico.
En una conversación con corresponsales de prensa extranjera en Santiago, Ocampo dijo el día 10 que la virtual consolidación del proceso antinflacionario será uno de los signos más positivos de la economía latinoamericana en 1998.
La crisis asiática tendrá efectos en la región, que se traducirán en un menor crecimiento del producto, pero no habrá recesión, ni menos la llamada estanflación, o sea la combinación de estancamiento con desbordes inflacionarios.
América Latina y el Caribe tuvieron el último año una tasa ponderada de inflación de 11 por ciento, la cual se calcula sobre la base de los índices de precios por países y su relación con el número de habitantes de la región.
En esta medición tienen un papel definitorio países como Brasil, México y Argentina, que no sólo son las mayores economías latinoamericanas, sino que además concentran en conjunto alrededor de 60 por ciento de la población regional.
Bajo ese prisma, las inflaciones anualizadas que muestran Ecuador, de 33 por ciento, o Venezuela, de 39 por ciento, tendrán una influencia muy relativa en la tasa regional y serán contrarrestadas por el buen desempeño de los países más poblados.
Brasil sigue, "sin prisa y sin pausa", con una inflación declinante. Ya se hicieron habituales cada mes los índices inferiores a 0,5 por ciento e incluso consigna tasas mensuales de deflación desde fines de 1997.
El índice de precios de Brasil, que el último año fue de 7,9 por ciento, disminuirá en 1998, de acuerdo a la tendencia del período enero-mayo, a 4,5 por ciento y será un aporte sustantivo para la tasa ponderada regional de menos de 10 por ciento.
México, a su vez, se encamina a una baja moderada del IPC, que en 1997 marcó un alza de 15,7 por ciento y que este año se sitúa en una tendencia anualizada de 14,9 por ciento, de acuerdo al desempeño registrado al final de mayo.
En Argentina la inflación muestra un control que se ha hecho rutinario, con tasas permanentemente bajas. La tendencia anual a mayo marcó 1,2 por ciento, por encima de la inflación de 0,3 por ciento de 1997, pero sin connotaciones preocupantes.
En el otro extremo, Venezuela tuvo en mayo la tasa mensual más alta, de 3,2 por ciento, pero a modo de consuelo ésta fue inferior al índice de 3,4 por ciento de abril, aunque la tendencia anual marca un preocupante 39,7 por ciento.
Ecuador, que en abril tuvo una tasa desbordada de 4,4 por ciento, logró reducirla en mayo a 1,8 por ciento, para situar la tendencia anualizada en 33,9 por ciento, en lo que es la segunda inflación regional más alta, detrás de Venezuela.
Otro de los países con comportamiento crítico este año es Paraguay, que en mayo tuvo una inflación de 2,7 por ciento, para completar una tasa anual de 11,7 por ciento, que casi duplica el bajo IPC de 6,2 por ciento que registró el país en 1997.
En 1997, Paraguay tuvo tres meses consecutivos de deflación, lo cual hizo surgir temores de recesión que se han renovado ahora, en un escenario en que los precios tienden a desbordarse como consecuencia del impacto del fenómeno de El Niño en la agricultura.
La economía de Paraguay registró en el último año una tasa de crecimiento de 2,5 por ciento, y este año debería disminuir, como se prevé que ocurrirá en toda América Latina y el Caribe a raíz de la crisis asiática.
El producto interno bruto regional (PIB) creció en 1997 en 5,3 por ciento, en lo que fue el segundo año más productivo de la década tras la tasa de 5,4 por ciento de 1994, y se prevé que en 1998 el crecimiento estará entre tres y cuatro por ciento.
Ocampo anticipa que en ningún caso la crisis asiática tendrá un impacto similar al de la crisis mexicana de fines de 1994, que en 1995 arrastró a casi toda la región con un crecimiento del PIB de apenas 0,2 por ciento.
Este año habrá fortalezas para impedir que la "fiebre amarilla" se traduzca en un contagio recesivo en América Latina y uno de los buenos síntomas al respecto, según la Cepal, es la evolución de las políticas antiinflacionarias. (FIN/IPS/ggr/ag/if/98