El desempleo es el gran combustible para programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas (PYME), principal fuente de nuevos puestos de trabajo en América Latina.
Ese fue el tema del seminario de dos dias sobre "Las PYME en una economía de mercado", que concluyó este viernes en la sede del Parlamento Latinoamericano (Parlatino) en Sao Paulo, con la presentación de varias experiencias nacionales.
Argentina, el único país de la región que cuenta con una Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa (Sepyme) con rango de ministerio, desarrolla desde 1994 el programa de Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), para fortalecer el sector con acceso a crédito más barato y orientación técnica y gerencial.
Las SGR, formadas por una gran empresa o banco como "socio protector" y las PYME, constituyen un fondo de riesgo que facilitan la obtención de créditos, por adicionar garantía, reducir tasas de interés y asegurar mejoras en la gestión, técnica y calidad de las empresas.
Ya hay dos sociedades en operación, la Garantizar SGR, que tiene al Banco de la Nación Argentina como "protector", y la Compañia Afianzadora de Empresas Siderúrgicas (CAES), formadas por la Siderar, industria de acero.
La primera ya cuenta con unas 500 empresas y la segunda con unas 300, según Maria Cecilia Mondolo, subsecretaria de Políticas y Programas de la Sepyme. Pese al nombre, la CAES no se limita al sector siderúrgico, ya que en ella participan también empresas de servicios y agrícolas, observó.
Las SGR se basan en un modelo español y en experiencias exitosas en Europa, señaló Mondolo. Permiten a las pequeñas empresas contar con apoyo financiero en condiciones ventajosas, por las garantías que representan el fondo y la asistencia del socio protector.
Además, el gobierno argentino aporta 5.000 millones de dólares anuales a programas de las PYME, informó la subsecretaria.
"Capacitacin, financiación y asistencia técnica son los ejes" del apoyo oficial a las PYME, definió Ruben Rojo, subsecretario de Asistencia Técnica y Financiera de la Sepyme.
El sector puede disfrutar de reducción o exención tributaria y flexibilidad en la aplicación de las leyes laborales, como la posibilidad de dividir las vacaciones y el pago del aguinaldo, según las necesidades de la empresa, indicó.
En Brasil, las micro y pequeñas empresas cuentan con un servicio de apoyo (Sebrae) de actuación nacional, contando con recursos oficiales y contribuciones empresariales. Cada año se constituyen cerca de 400.000 de esas empresas, pero 80 por ciento de ellas mueren en el primer año.
Aun así, responden por casi mitad de la produccin nacional, 60 por ciento del empleo privado y 42 por ciento de los salarios pagados, destacó el diputado Franco Montoro, presidente del Consejo Consultivo del Parlatino.
Pedro Paulo Medeiros Beck, un dirigente de Sebrae, relató la experiencia del Programa para el Desarrollo de Emprendedores (Empretec), que promueve cursos de capacitación y asesoramiento para aprovechar mejor los talentos del pequeño empresario.
Entre los 6.000 empresarios que pasaron por Empretec, la desaparición de empresas cayó a 0,3 por ciento, destacó Beck.
El programa, ejecutado por el Sebrae, cuenta con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. La capacitación cuesta 500 dólares a cada empresario y la meta es alcanzar 20.000 empresas hasta el año 2000, con un presupuesto de cinco millones de dólares previsto para 1999.
Además de las pequeñas empresas, que mantienen siete millones de empleos formales y 20 millones de informales en Brasil, la agricultura familiar, las cooperativas, la construcción y el turismo son otras formas importantes de combatir el desempleo, señaló Montoro. (FIN/IPS/mo/ag/if/98