El desarrollo rural en la lucha contra la pobreza, la reforma del comercio agrícola internacional y la seguridad alimentaria fueron adoptadas como prioridades para América Latina y el Caribe en la conferencia regional de FAO que concluyó hoy en la capital de Bahamas.
Ministros de los 33 países de la región asistieron a esta reunión bianual, inaugurada en su fase política el jueves y en la cual participó el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el senegalés Jacques Diouf.
La conferencia, que fue presidida por el ministro de Agricultura y Pesca de Bahamas, Earl D. Deveaux, acordó realizar la próxima reunión regional de FAO el 2000 en México.
Tanto Diouf como el primer ministro de Bahamas, Hubert D. Ingraham, subrayaron la importancia de la seguridad alimentaria cuando se consolida un nuevo estilo de desarrollo en la región en un marco de estabilidad democrática.
Desde ese ángulo, los países latinoamericanos y caribeños se plantearon también en esta conferencia la búsqueda de una mejor inserción en la economía internacional y particularmente en el complejo ámbito del comercio agrícola.
La oficina regional de FAO con sede en Santiago de Chile, que dirige el mexicano Gustavo Gordillo, presentó recomendaciones para fortalecer la capacidad negociadora de América Latina y el Caribe en las discusiones multilaterales sobre la reforma del comercio agrícola.
Junto con acoger el documento de FAO, esta conferencia ministerial número 25 hizo un llamado a todos los países de la región a prepararse para las discusiones que tendrán lugar el año próximo en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
También se solicitó a la FAO que establezca un programa regional de asistencia técnica a los países, que incluya la formación de negociadores, para la preparación y seguimiento de la ronda de negociaciones de la OMC.
FAO promoverá en ese ámbito la cooperación internacional en oordinación con otros organismos especializados que trabajan en la región y también organizará reuniones de preparación técnica de apoyo a los países para definir sus posiciones negociadoras.
En cuanto a las estrategias de desarrollo rural para combatir la extrema pobreza, se instó a los gobiernos latinoamericanos y caribeños a incluir este tema como prioritario en sus agendas políticas.
Se acordó que FAO realizará, en conjunto con otras organizaciones internacionales, un estudio sobre el impacto de las migraciones en la economía rural, atendiendo así un fenómeno que cobra creciente magnitud en la mayoría de los países.
La conferencia recomendó a los gobiernos fortalecer la cooperación bilateral entre los países de la región para aprovechar la capacidad existente, a fin de cumplir con el Plan de Acción adoptado por la Cumbre Mundial sobre la Alimentación.
El plan, aprobado en la cumbre que se realizó en noviembre de 1996 en Roma, pretende reducir significativamente el número de personas afectadas gravemente por el hambre, calculadas en unos 800 millones en todo el mundo.
El apoyo de los países industrializados donantes fue considerado por los ministros otro de los factores fundamentales para la promoción del desarrollo rural y el combate a la extrema pobreza y la desnutrición.
Los temas del comercio internacional, la pobreza rural y la seguridad alimentaria están directamente relacionados, según se recalcó en esta cita ministerial en Nassau.
No puede pensarse en superar el problema del hambre y mejorar la seguridad alimentaria, si paralelamente no se están dando los pasos para lograr una mayor justicia en el comercio internacional de los productos agrícolas, se señaló.
Pero al mismo tiempo se requiere una definición de estrategias claras que permitan erradicar la pobreza del continente y posibiliten el manejo sustentable de los recursos naturales, según los acuerdos de esta reunión ministerial.
Para el trabajo futuro de la FAO, la conferencia definió las cuatro áreas prioritarias que guiarán la marcha de la oficina regional para América Latina y el Caribe.
Esas áreas son la seguridad alimentaria, la inserción dinámica en el comercio exterior, la gestión sustentable de los recursos naturales y la reforma de las instituciones agrarias.
En otra resolución, la conferencia eligió por unanimidad a Compton Laurence Paul, de Dominica, como representante de la región en el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional para el período 1999-2002.
Los ministros destacaron también la importancia de la aplicación del Código de Conducta para la Pesca Responsable en la región, para lograr la sustentabilidad de los recursos pesqueros y alentó a los gobiernos a incorporar este código en sus legislaciones nacionales. (FIN/IPS/ggr/mj/dv/98