ALEMANIA: Nuevas oportunidades para niños inmigrantes en Berlín

La segunda generación de inmigrantes turcos se enfrenta a una situación que amenaza con hundirlos aún más en la pobreza: viven en Alemania pero no logran dominar el idioma ni aprovechar las oportunidades de educación, lo cual limita sus opciones de empleo.

Las autoridades de Berlín realizaron esta semana una Feria de Educación Turca con el fin de familiarizar a los padres de familias inmigrantes con el sistema educativo alemán y estimularlos a preocuparse más por la formación de sus hijos.

La enseñanza del idioma se considera prioritaria para evitar que los jóvenes turcos enfrenten trabas insalvables en una Alemania donde aumenta el desempleo y también la xenofobia.

Hace 35 años llegaron los primeros turcos para contribuir con la construcción del milagro económico alemán. La educación de los inmigrantes fue abordada en una conferencia realizada en abril, donde las autoridades de Berlín se propusieron "rescatar" a la tercera generación de turcos.

La Feria fue un primer paso, y tuvo tanto éxito que ahora será realizada anualmente. "Se demostró que a los padres turcos les interesa la educación de sus hijos", afirmó la portavoz de asuntos multiculturales del Sindicato de Profesores, Sanem Kleff.

Pero también hay un desafío para las autoridades alemanas, que admiten su retraso en materia de integración de las minorías. Las aulas escolares de Berlín albergan a unos 27.000 niños turcos, pero las clases de alemán como segunda lengua son eventuales y no cuentan con financiación suficiente.

"Este sistema escolar no se preocupa por las necesidades y los problemas de niños con características especiales. Deberíamos resolver los problemas de los niños inmigrantes tal y como lo hacemos cuando afrontamos otros desafíos pedagógicos", afirmó Kleff.

Las cifras son reveladoras sobre las diferencias. La cuarta parte de los niños turcos abandonan la escuela, un fenómeno que afecta a sólo 10 por ciento de sus compañeros alemanes.

A la inversa, apenas 10 por ciento de todos los estudiantes turcos rinden el "abitur", el examen al finalizar la escuela secundaria cuyo resultado define el ingreso en las universidades. Entre los alemanes, 30 por ciento rinde esa prueba.

Los profesores estiman que la situación empeora. En los años 60 y 70 los jóvenes turcos llegaban a este país para trabajar, pero solían venir sin sus familias. Había menos niños turcos en las escuelas y ellos tenían mucho más contacto con la cultura y el idioma alemanes, incluso a través de la televisión.

Pero en los años 90, sus padres usan la televisión para reproducir videos de programas turcos. Además la comunidad inmigrante se consolidó y las familias crecieron, por lo tanto los niños no entran en contacto con el idioma alemán hasta que comienzan a ir a la escuela.

En los barrios obreros berlineses de Kreuzberg y Wedding, 80 por ciento de los escolares no hablan bien el alemán.

El permanente descenso en la tasa de natalidad de los alemanes, combinado con un índice constante entre la población inmigrante ha provocado que en algunas escuelas los primeros grados estén formados exclusivamente por inmigrantes, cuyo idioma natal suele ser el turco.

Sin embargo, no se adoptó ninguna medida especial para brindar una enseñanza especial a estos niños. "A veces no me explico cómo podemos continuar con esto", comentó el maestro Lutz Redlich, de la escuela primaria "Elbe", en Berlín.

En ese establecimiento, 77 por ciento de los alumnos son de origen extranjero, pero no existe ni la infraestructura ni los recursos para brindarles una educación especial. "Nuestro único maestro turco decidió irse debido a la sobrecarga de trabajo", contó Redlich.

La conferencia que se realizó en abril representó el inicio de una nueva era en esta materia. Fueron aprobadas numerosas medidas para intensificar la enseñanza del alemán como segunda lengua, con clases especiales para los niños más pequeños que lo requieran al comenzar la escuela.

El alcalde de Berlín, Eberhardt Deipgen, dijo que la meta a corto plazo es reducir a 25 o 30 por ciento el número de niños que empiezan el colegio con alemán deficiente. Y en el tercer grado todos los alumnos deberían estar capacitados para usar este idioma en sus clases.

Sin embargo, la senadora berlinesa para la Educación, Ingrid Stahmer, dijo que también será necesario un cambio en los hogares de esos niños.

Muchos padres turcos, cuyos hijos forman la mitad de los 55.000 niños extranjeros de Berlín, no llevan a pequeños a jardines infantiles y esperan hasta los seis años, cuando la escuela es obligatoria.

Los padres evaden los jardines infantiles porque no están familiarizados con ellos, y también por su costo. Pero como consecuencia de esta actitud, sus hijos llegan a la escuela sin haber tenido contacto previo con el idioma alemán.

Organizaciones de la comunidad turca se comprometieron a colaborar en la promoción de los jardines infantiles. Las autoridades de Berlín dijeron que se darán clases de alemán en esos establecimientos, así como en los centros sociales de los barrios donde se concentran los inmigrantes.

Stahmer dijo que los 730 profesores de alemán como segundo idioma serán reforzados con otros 50 docentes en el marco de un programa que demandará una inversión de 50 millones de dólares, lo que implica cuadruplicar el presupuesto disponible hasta el momento.

Este aumento presupuestario es importante en el caso de Berlín, una ciudad donde los recortes en educación eran constantes hasta que la nueva capital alemana pasó la vergüenza de aparecer en un estudio con un gasto por estudiante 400 dólares menor al de otras ciudades grandes con inmigración, como Hamburgo o Bremen.

El plan para incorporar a los inmigrantes también considera enseñar el idioma a las madres. "La mitad de los hombres turcos se casan con mujeres de Turquía, y es necesario que nos preocupemos de capacitarlas", dijo la responsable de extranjeros del gobierno metropolitano, Barbara John.

Los inmigrantes esperan que esta estrategia logre contrarrestar las propuestas de políticos conservadores para prohibir la instalación de inmigrantes en el centro de la ciudad y restablecer las cuotas de estudiantes extranjeros en las escuelas, vigentes hasta hace tres años.

Las nuevas medidas anunciadas por las autoridades municipales implican una nueva aproximación al fenómeno de la inmigración y demuestran la determinación de evitar que surjan ghettos en el centro de Berlín, justo cuando esta ciudad está en proceso de reemplazar a Bonn como capital de Alemania.

"Siempre supimos lo que debíamos hacer, pero hasta ahora casi no nos preocupamos", admitió Barbara John. (FIN/IPS/tra-en/ys/rj/lc-ml/ed-pr/98

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