La construcción de un polo electoral reformista de centroizquierda, conformado por tres candidatos que reúnen 48 por ciento de la intención de voto, comenzó a plantearse en Venezuela como alternativa frente al bipartidismo tradicional y el ex golpista Hugo Chávez.
La propuesta de construir "el polo de los modernizadores" con vistas a los comicios presidenciales del 6 de diciembre es vista por los observadores como una iniciativa similar a la llamada "tercería" en Colombia, que aglutinó a aspirantes opuestos a las dos fuerzas tradicionales de ese país.
Los miembros potenciales de esta "tercería a la venezolana" son la alcaldesa Irene Sáez, Miss Universo 1980, el ex gobernador del estado Carababo, el empresario Henrique Salas, y el ex alcalde de Caracas, el socialdemócrata Claudio Fermín (1990-93), candidato de Acción Democrática en 1993.
La propuesta fue presentada formalmente por Fermín a los otros dos candidatos.
La última encuesta, difundida el último día de abril, indica que la primera opción de triunfo la tiene Hugo Chávez, con 27,2 por ciento, seguido de Sáez, con 22,2 por ciento, Salas, con 16,5 por ciento y Fermín con 8,7 por ciento.
Los dos partidos que han dominado la vida política venezolana durante los 40 años de democracia -el socialdemócrata Acción Democrática y el socialcristiano Copei- aún no han escogido a su candidato, aunque el segundo de ellos se decantaría el día 14 por respaldar a Sáez, en medio de traumas internos.
La totalidad de los sondeos muestra a siete meses de las elecciones que la mitad del electorado no ha dicidido aún por quien votará, pero al mismo tiempo revela que cerca de 60 por ciento está a decidido sufragar, un nivel muy superior al de los comicios presidenciales de 1993, a la misma altura del año.
Fermín, un sociólogo de raza negra de 47 años, convocó a Saéz (36) y Salas (62) a hacer un frente común ante la alianza de Acción Democrática y Copei para adelantar un mes las elecciones regionales y municipales, respecto de las presidenciales y legislativas.
Esa postura de las dos fuerzas que concentran el rechazo de los venezolanos a los partidos pero mantienen en conjunto una mínima mayoría en el Congreso, es contraria al planteo de los cuatro candidatos que agrupan casi 80 por ciento de los sondeos, las agrupaciones de electores y los demás grupos políticos.
Todos ellos coinciden en la necesidad de separar las eleciones regionales y municipales de las nacionales, pero mediante su postergación hasta junio de 1999, a fin de limitar la influencia de éstas sobre las primeras y dar espacio propio a los comicios de los que depende el proceso de descentralización.
Fermín dijo en un encuentro privado con el Press Club, que congrega figuras destacadas de la comunicación en el país, que el frente contra "la treta" de las cúpulas de Acción Democrática y Copei es sólo el primer paso hacia un polo electoral.
A su juicio, este año no se está sólo ante una justa comicial sino ante la elección del futuro del país, en lenta transición hacia un cambio de un modelo de democracia basado en el dominio de las cúpulas del bipartidismo a otro más participativo y descentralizado, y menos clientelar y paternalista.
Fermín, quien abandonó Acción Democrática para sumarse al cuarteto de aspirantes considerados independientes por no representar a ninguna fuerza tradicional, analizó que el electorado tiene ante sí tres opciones.
El polo de Acción Democrática -cuyo candidato sería Luis Alfaro, de 76 años- y Copei representa "el pasado" y sus vicios de clientelismo, estatismo y control de los poderes mediante componendas impropias de la democracia, que han hundido las condiciones de vida del país pese a sus abundantes ingresos.
Al otro lado se encuentra Chávez (43), quien protagonizó un cruento alzamiento militar en febrero de 1992 y ahora busca llegar al poder, al frente de una coalición de pequeñas fuerzas que están en el extremo de la derecha y la izquierda local.
Fermín aseguró que Chávez no representa un peligro por las 14 horas que irrumpió contra la democracia, sino porque su propuesta actual reivindica el Estado interventor, la autarquía y el nacionalismo trasnochado, y está plagada de contradicciones.
En el medio están los que forjaron su liderazgo en el poder regional o municipal, y postulan una reforma modernizadora, que concentre al Estado en las tareas que aseguren el bienestar de la población, profundice la democracia e impulse la economía.
Esa tercería, ubicada en el centroizquierda, "que quiere los cambios en un Estado de Derecho", según Fermín, podría comenzar por impulsar el apoyo conjunto a los liderazgos naturales que existen en las regiones y los municipios, ajenos a Acción Democrática y Copei.
Fermín, aspirante a gobernar el país como candidato de un partido llamado Renovación y quien fue el segundo con 20 puntos más de lo que anunciaban las encuestas en los comicios que ganó el presidente Rafael Caldera, de 82 años, no quisó adelantar la fórmula que permitiría concretar el "polo modernizador".
Pero aseguró que hará todo su esfuerzo para que ese polo cristalice para evitar que el país siga dominado por unas cúpulas partidarias mineralizadas y agotadas, o caiga en un populismo desorganizado y anacrónico.
Dejó abierto que la confluencia pueda darse por alguna especie de primarias, una consulta general, el sistema de encuestas o cualquier otra fórmula.
"Lo importante es que la democracia reformista, sensible en lo social, avanzada y de centroizquierda" no se inhiba de presentarse como opción ganadora ante un electorado confundido por un panorama electoral incierto y cambiante, donde las demás candidaturas siguen ofreciendo lo incumplible, insistió Fermín. (FIN/IPS/eg/ag/ip/98