La inflación aceleró en abril su ritmo ascendente en Venezuela, con una tasa de 3,4 por ciento, lo que evapora la posibilidad de que el país logre este año un incremento de precios inferior a 30 por ciento.
La desconfiada incertidumbre sobre el futuro del país tras las elecciones presidenciales de diciembre, el impacto del hundimiento de los precios del petróleo y la expectativa devaluacionista pesó más en los agentes económicos que los esfuerzos del gobierno por controlar los precios.
El ministro de Hacienda, Freddy Rojas, calificó la tendencia de los precios de "muy preocupante", ante la evidencia de que los empresarios no escucharon sus llamados a moderar las expectativas inflacionarias y trasladaron automática e incluso anticipadamente los mayores costos a los precios.
El indice de precios al consumidor al cierre del primer cuatrimestre se situó en 10,7 por ciento, cuando la meta inicial del gobierno era de seis por ciento, para lograr una inflación anual de 25 por ciento.
Venezuela, después de caracterizarse tradicionalmente por el lento movimiento de los precios, se convirtió esta década en un país de alta inflación, con un récord histórico de 103 por ciento en 1996, para bajar el año pasado a 37,8 por ciento.
La inflación acumulada en el año es superior en 1,6 puntos al resultado de los primeros cuatro meses de 1997, mientras que la tasa interanual se situó en 39,6 por ciento.
La inflación de abril es la más alta desde octubre de 1997 y representa un salto negativo frente a la tasa de 2,7 por ciento de marzo. En febrero, los precios se movieron 2,2 por ciento, y en enero, dos por ciento.
El ministro de Planificación, Teodoro Petkoff, dijo en Estocolmo, donde participa en un encuentro internacional, que el gobierno aspira ahora a que el incremento de precios no sobrepase el nivel de 30 por ciento.
El presidente de la Comisión de Finanzas de Diputados, el socialcristiano Gustavo Tarre, dijo que la aceleración del aumento de precios es "una inflación por expectativa", ante la creencia de que el gobierno terminará por incrementar los impuestos, aumentarán los salarios y se depreciará la moneda.
Tarre, opositor al gobierno del independiente democristiano Rafael Caldera, consideró que es insólito que la inflación se acelere con una paridad cambiaría casi congelada y con el gasto público recortado en dos ocasiones este año.
El mayor incremento de precios, al igual que aconteció en marzo, se produjo en el sector de los alimentos y las bebidas, donde fue de 5,7 por ciento, según las cifras del Banco Central.
Algunos bienes agrícolas llegaron a subir 20,8 por ciento por la larga sequía que soportan los estados productores de alimentos, precisó el instituto emisor.
La mayoría de los analistas financieros privados se mostraron extrañados por el auge inflacionario de abril, registrado pese a la contracción de la oferta monetaria por la caída de las reservas internacionales y la restricción del gasto público.
Pero coincidieron en que los empresarios trasladaron anticipadamente a los precios desde marzo el incremento de 33 por ciento que tendrá desde este mes el salario mínimo, que en este país corresponde a cerca de 70 por ciento de la población, según los sindicatos.
Además, hubo una acentuación del deslizamiento controlado del bolívar frente al dólar, que si bien sólo provocó una depreciación cercana a tres por ciento durante abril, creó la negada expectativa de que el gobierno terminará por devaluar para equilibrar sus cuentas, ante la merma de ingresos petroleros.
Mientras, el incremento de las tasas de interés llevó a los agentes económicos a trasladar a los precios el mayor costo de los créditos.
El economista Domingo Fontiveros resumió la situación al indicar que "las fuerzas inflacionarias son muy superiores a los esfuerzos del gobierno" para controlar el movimiento de precios.
Otro economista independiente, Guillermo Ortega, anticipó que la inflación podrá trepar a 40 por ciento en el último año de Caldera y que existe la percepción de que la tasa de cambio está sobrevaluada en 35 por ciento y de que es inevitable un tercer ajuste fiscal este mismo año o el próximo.
El ministro Rojas contrastó esos pronósticos con la reafirmación de que este mes se acentuarán las medidas del Banco Central para drenar liquidez del mercado y que en mayo los precios "entrarán por un cauce más razonable".
Pero Rojas reconoció que el gobierno no podrá abatir la inflación si no cuenta con los agentes económicos del poderoso sector público y del privado. (FIN/IPS/eg/ff/if/98