El eventual triunfo del ex golpista y candidato a la presidencia Hugo Chávez conduciría a Venezuela al totalitarismo, alertó hoy el general retirado Fernando Ochoa, que como ministro de la Defensa enfrentó su alzamiento en 1992.
Ochoa, que acaba de renunciar a la embajada en México para participar en el proceso electoral, envió una carta abierta a Chávez en que lo emplaza a debatir sobre su asonada golpista y sus planes antidemocráticos si gana el poder por las urnas.
Chávez tiene la principal opción de triunfo en las elecciones del 6 de diciembre, según las encuestas, después que como teniente coronel lideró el 4 de febrero de 1992 una cruenta asonada contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993).
El candidato del Movimiento V República, conformado por antiguos alzados en armas y civiles, desplazó en marzo del primer lugar en las encuestas a la alcaldesa Irene Sáez, famosa internacionalmente por haber sido Miss Universo en 1981.
Ochoa dijo que considera su misión "desenmascarar a Chávez", quien fue liberado en abril de 1994, al serle sobreseída su causa por el actual presidente Rafael Caldera como al resto de los sublevados de 1992, y goza de su sueldo de comandante retirado.
El ex ministro de Defensa fue canciller entre junio de 1992 y febrero de 1994 -cuando Caldera asumió la presidencia-, dentro de los intentos de Pérez por dar estabilidad a su gobierno, que en noviembre de ese año sufrió otro cruento intento de golpe.
En esas dos asonadas, en la segunda de las cuales Chávez participó activamente desde la cárcel, murieron 200 personas entre militares y civiles.
Durante una rueda de prensa, Ochoa dijo este martes que fue un gran error el sobreseimiento de la causa al ahora candidato por el Movimiento V República y fuerzas que están en los extremos de la derecha y la izquierda local.
El general retirado cuestionó la candidatura de Chávez "porque su falta de ética el 4 de febrero le impide ser Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas", cargo que en este país ostenta el presidente.
Ochoa acusó a Chávez de haber conducido bajo engaño a un grupo de oficiales y soldados a la abortada insurrección, al asegurarles que se trataba un movimiento general de las Fuerzas Armadas y que lo dirigía el propio ministro de la Defensa.
Además, lo acusó de haber tenido un comportamiento cobarde al mantenerse pertrechado cerca de las oficinas presidenciales, mientras un grupo de alzados combatía por tomar esa posición y capturar a Pérez.
También lo acusó de comandar desde la cárcel el grupo que tomó en la rebelión del 27 de noviembre de 1992 el canal de televisión del Estado, asesinó a los custodios y puso un video de Chávez para llamar al saqueo y el levantamiento popular.
En la carta a Chávez, Ochoa le lanzó varias interrogantes para que aclare sus propuestas totalitarias, su plan de suspender al Congreso que salga electo en diciembre, sus contactos con el presidente cubano Fidel Castro y con la guerrilla de Colombia y sus ofertas económicas populistas e incumplibles.
También dijo que un objetivo de Chávez es denunciar fraude electoral, "cuando los venezolanos nos neguemos a acompañarlo en su aventura mediante las urnas".
El plan con esa denuncia sería "provocar disturbios que conduzcan a un golpe militar", con el apoyo de grupos conspirativos que se mantendrían dentro de los cuarteles.
Ochoa admitió que Chávez personifica, aunque a su juicio equivocadamente, "el profundo resentimiento" de los venezolanos ante el agudo deterioro socieconómico del país y las maniobras de una agotada clase política por seguir en el poder.
El embajador en México hasta junio próximo aseguró que el país se encamina "hacia una crisis de imponderables consecuencias" si en diciembre llegan a la presidencia Chávez o el candidato de Acción Democrática (AD), Luis Alfaro.
Para Ochoa, Alfaro, secretario general de AD, encarna el sector tradicional de la política venezolana que mediante el voto duro de su militancia y el clientelismo busca, al igual que Chávez, impedir que triunfe el movimiento modernizador del país.
El llamado movimiento modernizador está compuesto por Sáez y los otros dos aspirantes con figuración en las encuestas: el ex gobernador Henrique Salas y el ex alcalde Claudio Fermín. Ochoa llamó a estos tres candidatos a unirse electoralmente.
En conjunto, esos tres candidatos suman más de 40 por ciento según los sondeos, pero Sáez y Romer descartaron discutir un posible frente cuando el mes pasado les fue propuesto por Fermín.
Ochoa calificó como "folclóricas" otras candidaturas presidenciales, en lo que aludió sin nombrarlos a otros dos militares retirados adversos a Chávez que han anunciado sus postulaciones: el ex ministro de la Defensa y vicealmirante Radames Muños y el general Oswaldo Sujú. (FIN/IPS/eg/mj/ip/98