Uno de los reactores de la malograda central nuclear de Chernobyl continúa funcionando y no se apagará hasta que los países industrializados aporten a Ucrania 1.200 millones de dólares para amortiguar las consecuencias de su paralización.
"Sin ese dinero no vamos a cerrar Chernobyl", confirmó el jefe de seguridad de Ucrania, Volodymyr Gorbulin, a los delegados del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (EBRD) con los que se reunió este mes en Kíev.
Los recursos se destinarían a financiar fuentes de energía alternativas y a reducir el impacto del cierre sobre los trabajadores de la central, famosa en todo el mundo desde 1986, cuando protagonizó el peor accidente nuclear registrado por la historia.
El ERBD ha sugerido que estaría dispuesto a asignar 800 millones de dólares para mitigar los efectos del cierre de Chernobyl, pero la decisión fue postergada y el asunto no se debatió en Kiev.
Ambientalistas críticos del funcionamiento de la central energética aseguran que Ucrania pretende "chantajear" a los países industrializados para obtener los recursos.
Pero por ahora la estrategia no dio resultados pues el ERBD aprobó sólo 120 millones de dólares, mientras el Grupo de los Siete países más industrializados acordó entregar otros 300 millones. En ambos casos, son recursos para reparar el sarcófago donde se produjo la explosión hace 12 años.
Mientras, la administración de Chernobyl estuvo sumida en un caos a causa de demandas por parte de los trabajadores, conflictos administrativos y disputas entre la dirigencia que culminaron con el despido del director de la planta, Sergei Parashin.
El director de la empresa de energía nuclear ucraniana Energoatom, Nur Nigmatullin, decidió destituir a Parashin, lo que generó molestia entre los habitantes de los alrededores de Chernobyl, los más ardientes partidarios de la planta y enemigos de todos aquellos que apoyan su cierre.
Los habitantes de Slavutich, el pueblo donde viven los trabajadores de Chernobyl y sus familias, apoyaron a Parashin en su oposición al cierre de la planta, que dejaría sin trabajo a 7.500 personas y causaría escasez de energía eléctrica en Ucrania.
Por este motivo, la salida de Parashin entusiasmó a quienes se oponen al funcionamiento de Chernobyl. Pero apenas unos días después Nigmatullin ordenó encender de nuevo el único reactor en capacidad de funcionar de los cuatro que tiene la planta.
El organizador de la reunión del ERBD en Kiev, Oleg Taranov, comentó que la reactivación del reactor sólo había sido retrasada "para no preocupar a nuestros invitados" del Banco.
"Esta es propaganda pura", denunció el director de Greenpeace Ucrania, Andrei Kodinenco, quien consideró que la operación solo tiene por objeto "confirmar la amenaza de que Chernobyl no será cerrado en el 2000 si el gobierno no consigue dinero de Occidente".
El Reactor III logró alcanzar su capacidad plena de 3.200 megavatios en apenas 48 horas.
Pero por ahora los recursos obtenidos de 420 millones obtenidos del ERBD y el Grupo de los Siete, que deberán ser complementados con 50 millones de dólares de Ucrania, serán destinados a conjurar el peligro de filtraciones en el Reactor IV.
El primer sarcófago construido para sellar este reactor y evitar fugas nucleares empleó 400.000 toneladas métricas de concreto y 7.000 toneladas de acero. Sin embargo, ya comenzó a presentar grietas mientras los expertos advierten que su colapso sería desastroso.
La falta de tiempo y de dinero obligó a los constructores del sarcófago a usar partes del muro del reactor para construir el sellado, y los expertos creen que esa es la razón de su debilidad.
En este momento se desarrolla un proyecto de la Academia Ucraniana de Ciencias, la Universidad Carnegie Mellon y la Redzone Robotics de Estados Unidos con la finalidad de enviar robots hacia el interior del sarcófago para comprobar los daños.
En 1986 se liberaron solo 10 toneladas de combustible nuclear del Reactor IV, que tenía almacenadas 200 toneladas. El resto aún se encuentra allí adentro.
El experto nuclear ruso Alexander Boroyov sostiene que aún existe la posibilidad de una reacción nuclear imprevista en el Reactor IV. Aunque descarta la posibilidad de una explosión, considera que sí existe el peligro de liberar radiación.
Con respecto al Reactor III, el Ministerio de Energía Atómica ruso se sumó a quienes acusan a Ucrania de pretender un "chantaje nuclear", asegurando que en realidad este generador de energía no es más peligroso que otras instalaciones similares en funcionamiento en la Comunidad de Estados Independientes.
Pero la Asociación Mundial de Operadores Nucleares tiene una opinión muy distinta. En septiembre ya había denunciado que el Reactor III está en "muy malas condiciones" y que fue el peor de los 50 revisados por esa institución el año pasado.
El Reactor III fue reactivado este mes después que lo cerraran el año pasado para sellar algunas grietas en las tuberías del sistema de enfriamiento.
Es el único sobreviviente de Chernobyl, pues el accidente de 1986 destruyó el Reactor IV, otro quedó seriamente dañado en 1991 y un tercero terminó su vida útil.
El informe oficial del accidente de 1986 dice que fue provocado por serias infracciones a las reglas de seguridad y fallas técnicas en el funcionamiento del reactor.
Sin embargo, un experto ruso sugirió que la verdadera causa fue un pequeño temblor registrado entre 10 y 20 segundos antes de la explosión del Reactor IV en 1986. Organismos especializados han confirmado que hubo un movimiento telúrico de 2,4 a 2,6 grados en la escala de Richter. (FIN/IPS/tra-en/sb/ai/jmp/rj/lc mj/en/98