Instituciones financieras prometieron hoy a Sri Lanka 780 millones de dólares en ayuda externa para mantener sus reformas económicas y apoyar proyectos de rehabilitación en zonas afectadas por la guerra civil que azota a la isla de Asia meridional.
Colombo recibió 80 millones de dólares más de lo esperado tras dos días de negociaciones con los donantes que concluyeron este miércoles en París, en la sede europea del Banco Mundial.
Los gobiernos e instituciones donantes indicaron a los funcionarios de Sri Lanka que habrá más ayuda disponible para la reconstrucción del norte y el este del país en el caso de acordarse la paz entre el gobierno y las fuerzas insurgentes de los Tigres para la Liberación de Tamil-Elaam.
El ministro de Justicia y Asuntos Constitucionales y viceministro de Finanzas y Planeamiento de Sri Lanka, G.L. Peiris, se declaró "muy feliz con el resultado" de las negociaciones en París.
El monto prometido "indica la abrumadora confianza en la administración de la economía de Sri Lanka, en lo conseguido en 1997 y en las buenas perspectivas para" este año, sostuvo.
Colombo no esperaba recibir más de 700 millones de dólares en ayuda, dada la disminución generalizada de la ayuda oficial para el desarrollo.
Japón, el mayor donante de Sri Lanka, redujo su ayuda en 10 por ciento y la utilizó para asistir a sus vecinos del sudeste asiático, necesitados de urgente asistencia monetaria debido a la crisis financiera.
Los donantes se manifestaron "entusiastas" por el resultado de las reformas económicas en Sri Lanka, según Peiris, como el descenso del déficit presupuestal y el crecimiento de seis por ciento del producto interno bruto en 1997.
Informes preparados por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Asiático de Desarrollo revelaron la confianza en el manejo económico del gobierno, amparada en la mayor productividad y el crecimiento económico, dijo.
La economía creció a pesar de los intensos combates en el norte y el este de la isla. El año pasado, el crecimiento fue de 6,4 por ciento, más que en la mayoría de las economías "tigres" de Asia, comparado con el 3,8 por ciento de 1996, cuando se intensificaron la guerra y las huelgas del sector público.
Pero los donantes en París añadieron que Colombo debe emprender más reformas estructurales y señalaron que el buen gobierno es importante para atraer la inversión del sector privado.
Así mismo, los donantes expresaron su preocupación porque no parece próximo el fin del conflicto con los Tigres de Tamil, deploraron la gran cantidad de víctimas de la guerra civil y pidieron la unión de todos los dirigentes políticos del país en aras de la paz y la prosperidad.
En 1997, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional denunció las violaciones de los derechos humanos cometidas por ambos bandos en la guerra civil de Sri Lanka.
Miles de civiles tamiles fueron detenidos durante operaciones militares del gobierno en la isla. Muchos de ellos eran prisioneros de conciencia y unos 1.600 fueron arrestados sin cargos ni proceso, de los que 600 pasaron más de un año en la cárcel.
La tortura de los prisioneros era generalizada en 1997 y Amnistía recibió múltiples denuncias de detenidos que murieron en prisión. Las personas arrestadas por las fuerzas militares en el norte y el este del país, el centro del conflicto, eran especialmente vulnerables.
Los grupos tamiles que cooperan con las fuerzas de seguridad también fueron responsables de violaciones de los derechos humanos, sobre todo de la desaparición de personas.
Al menos 220 civiles tamiles desaparecieron y unos 50 más fueron ejecutados en forma extrajudicial. Unas 24 personas, entre ellas 13 mujeres y siete niños menores de 12 años, fueron asesinadas de esta manera en febrero por soldados, con la ayuda de grupos paramilitares.
Aunque Amnistía reconoció que el gobierno adoptó una serie de medidas para garantizar el respeto de los derechos humanos, la organización sigue preocupada por los reiterados abusos y la impunidad de los responsables. (FIN/IPS/tra-en/ao/rj/aq-ml/dv-ip/98