La primera reunión anunciada hoy para este viernes entre el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, y el líder de la mayoría albanesa de la rebelde provincia de Kosovo, Ibrahim Rugova, solo servirá para que ambos reiteren sus irreconciliables exigencias, según observadores.
Los combates en Kosovo se intensificaron y el martes se extendieron a Pristina, la capital provincial. Gran cantidad de armas saturaron la zona y se encuentran en poder de ambos bandos.
Pero aunque las negociaciones previstas representan un gran avance, el mediador de Estados Unidos Richard Holbrooke dijo el martes que los dos bandos estaban "lejos de llegar a una transacción".
Holbrooke, que se encuentra en la zona desde el sábado, anunció este miércoles el encuentro entre Milosevic y Rugova en Belgrado, luego de una serie de contactos entre la capital yugoslava y Pristina, capital provincial de Kosovo.
La reunión "tendrá lugar sin condiciones previas" con "el propósito de comenzar un diálogo", declaró Holbrooke en conferencia de prensa. La ocasión será la primera vez que Milosevic y Rugova estén frente a frente.
Ambos líderes acordaron que tras el encuentro del viernes sus delegaciones realizarán reuniones semanales, explicó Holbrooke.
El martes se denunciaron enfrentamientos por primera vez en la propia Pristina. Al menos un albanés fue muerto y un policía serbio resultó herido en lo que ambos bandos consideran una grave escalada de la violencia. Los combates obligaron a clausurar el aeropuerto de la ciudad el lunes.
Milosevic, el hombre fuerte de Serbia, revocó la autonomía de Kosovo en 1989 y se opone a la mediación extranjera en el conflicto. La población de origen albanés constituye 90 por ciento de los dos millones de habitantes de la provincia y apoya con vigor la autonomía o la independencia de Serbia.
"El panorama es sombrío. El ejército yugoslavo y la policía cuentan con gran cantidad de armamentos y tienen todo lo que necesitan. A la vez, la permeable frontera entre Yugoslavia y Albania permitió que los albaneses de Kosovo" se armen también, dijo el analista Dejan Djordjevic.
La policía calcula que unas 300.000 de las cerca de 1,5 millones de armas saqueadas durante los períodos de crisis en Albania, el año pasado, ya fueron entregadas a Kosovo.
"A los albaneses de Albania no les importan, en el sentido nacionalista, sus compatriotas de Kosovo. Les vendieron armas a los albaneses de Kosovo el año pasado y aún lo hacen, lisa y llanamente por el dinero", sostuvo Milos Vasic, analista de Vreme, semanario independiente de Belgrado.
Estos contrabandistas tienen gran experiencia en atravesar los difíciles caminos fronterizos y, durante años, violaron las sanciones que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aplicó a Serbia entre mayo de 1992 y octubre de 1996, en castigo por la participación de Belgrado en la guerra de Bosnia.
"Los contrabandistas se aprendieron de memoria las rutas de contrabando tras años de convivir con las sanciones de la ONU. A esta altura, hasta las mulas las conocen", comentó Vasic.
El contrabando de armas se financia en gran medida con un "impuesto" de tres por ciento aplicado a los albaneses, entre 300.000 y 400.000, que trabajan fuera de Kosovo.
El sistema se creó en principio para financiar otro sistema paralelo de enseñanza, atención médica y gobierno establecido en Kosovo como alternativa a los servicios estatales dirigidos por Serbia.
Pero los fondos se incrementaron drásticamente cuando las fuerzas serbias mataron al menos a 80 personas en febrero durante un operativo de seguridad en Kosovo y se intensificaron los operativos contra el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK).
"Queremos igualar el poder bélico de los serbios", expresó Bardil Mahmuti, albanés residente en Arau, Suiza y supuesto administrador de los armamentos de Kosovo.
"No planeamos comprar tanques, pero necesitamos misiles antitanque", declaró a la prensa de Belgrado. "No tenemos aviones, pero necesitamos armas antiaéreas. Cuando las consigamos, Serbia pedirá el cese de fuego".
"El ejército yugoslavo en Pristina tiene unos 10.000 soldados", informó el analista militar Bojan Dimitrijevic, del Instituto de Historia Moderna de Belgrado.
"Cuatro brigadas están estacionadas en las localidades de Urosevac, Kosovska Mitrovica, Pec y Djakovica, y el aeropuerto de Pristina cuenta con dos escuadrones de aviones caza MiG-21", añadió.
"Pero la tarea principal en Kosovo le corresponde a la policía serbia. El ejército yugoslavo tiene la responsabilidad de vigilar la frontera con Albania", explicó Dimitrijevic.
"Los policías son blancos fijos para el Ejército de Liberación de Kosovo. La policía contraataca y trata de hallar a quienes los atacaron y la lucha sigue y sigue en círculos", opinó un diplomático de un país industrializado.
"Controlamos las calles y lugares fijos durante el día. Pero por la noche nos rodean miles de enemigos", reconoció a IPS una alta fuente de la policía serbia.
Holbrooke fue el ideólogo del acuerdo de paz de Dayton que puso fin a los combates en la vecina Bosnia-Herzegovina, pero el enviado asegura que el conflicto en Kosovo es mucho más complejo, y más que la crisis en Croacia.
Ambas regiones se separaron de la federación yugoslava en 1991, pero las grandes minorías serbias las llevaron a la guerra.
La minoría serbia de Kosovo es mucho más pequeña. "Kosovo no es ni Bosnia ni Croacia. No hay suficientes serbios en Kosovo, es así de sencillo. Noventa por ciento de la población es de origen albanés", explicó el analista militar Dejan Anastasijevic.
Ahora toda la atención se dirigirá a la reunión del viernes. "Hasta el momento, las dos partes se retiraron a sus esquinas y el bando que ceda primero se arriesgará a recibir una reacción adversa de sus partidarios. Ahora vamos a ver cuáles serán las reacciones de serbios y albaneses", opinó un diplomático.
"Estamos en estado de guerra. Invitamos a los políticos albaneses a que revisen su actitud hacia nuestra situación. Apelamos a las fuerzas de liberación para que combatan con nosotros contra el enemigo", declaró el Ejército de Liberación de Kosovo en el diario Bujku, de Pristina.
El Ejército de Liberación de Kosovo advirtió que no reconocerá acuerdo alguno que no cuente con su participación.
Mientras Estados Unidos solo pide una "autonomía significativa" para Kosovo, Rugova insiste en la independencia de la provincia, algo que resulta imposible para Belgrado.
"Por otra parte, Belgrado no ofrece casi nada a los albaneses. Quiere que se conviertan prácticamente en serbios o se vayan. Resulta muy difícil hallar un punto en el que ambas partes estén de acuerdo. Los dos bandos jugaron el juego de la parálisis política por demasiado tiempo", afirmó Vasic. (FIN/IPS/tra- en/vpz/rj/aq/ip/98