El presidente de Perú, Alberto Fujimori, defendió a su asesor Vladimiro Montesinos, acusado por un funcionario de Estados Unidos de vinculaciones con violaciones de derechos humanos, y para replicar mencionó a su vez violaciones atribuidas a Washington.
"Considero que las expresiones del jefe de la oficina antidrogas de (la Presidencia de) Estados Unidos, Barry McCaffrey, son personales y no corresponden a su gobierno, porque no admito intromisiones de ningún país en nuestros asuntos", comentó Fujimori.
"Si así fuera, yo podría decir, por ejemplo, que en Perú no se aplica la pena de muerte a menores de edad, como sí ocurre en algunos estados norteamericanos, lo que es una violación de derechos humanos… Pero ese es un asunto que no me compete como jefe de Estado de otro país", añadió.
Luego, Fujimori afirmó que las violaciones de derechos humanos denunciadas por la prensa y que fueron recogidas por McCaffrey en sus comentarios contra Montesinos fueron hechos aislados cometidos por algunos jefes militares contra sus subalternos, "que son investigados y serán sancionados".
Las declaraciones de McCaffrey, formuladas la semana pasada en una conferencia de prensa en Washington a su retorno de una gira que incluyó a Perú, fueron aprovechadas por la oposición para pedir la exclusión de Montesinos de la dirección del Servicio de Inteligencia Nacional.
La oposición acusa a Montesinos de encabezar un plan para aprovechar las facultades legislativas extraordinarias concedidas a Fujimori para propiciar la creación de un Estado policial en Perú e imponer su reelección en los comicios del 2000.
Las facultades fueron solicitadas al Congreso por Fujimori para enfrentar la explosiva expansión de la delincuencia, que se ha convertido en la principal preocupación ciudadana, según encuestas.
El presidente anticipó que entre las medidas que se preparan figura la centralización del aparato policial bajo el comando del SIN, entidad que hasta ahora sólo se ocupaba de los enemigos externos del país y del terrorismo interno, y que ahora asumiría una función represiva más amplia.
Las críticas se refieren al aumento del poder de Montesinos, asesor presidencial en materia de inteligencia y uno de los tres personajes más influyentes en el actual régimen, junto con Fujimori y con el Comandante General de la Fuerza Armada, general Nicolás Hermoza.
"Se están creando las condiciones para convertir a Perú en un Estado policíaco, manejado por un SIN que quiere ejercer control político sobre la ciudadanía", sostuvo el jurista Víctor Andrés García Belaunde.
"El creciente pero disimulado control del sistema judicial que ya realizan los aparatos de inteligencia aumentarña y se hará desembozado. No se respetarán los derechos de las personas ni de las instituciones", afirmó.
Por su parte, el ex ministro de Justicia Valentín Paniagua opinó que "las facultades extraordinarias otorgadas al Poder Ejecutivo son imprecisas y permiten hacer modificaciones legislativas sin límites en cualquier asunto que el gobierno vincule con la seguridad nacional".
"Esa medida es una nueva manifestación del proceso de desconstitucionalización progresiva que está poniendo en práctica el régimen de Fujimori', concluyó Paniagua.
"Montesinos es el manipulador del régimen. Participa en la preparación de las maniobras destinadas a desmontar las trabas jurídicas que se oponen a la ilegal segunda reelección que procura Fujimori", afirmó Carlos Tapia, analista y ex parlamentario de izquierda.
Tapia coincidió con la mayoría de los adversarios de Fujimori que consideran que, sin el respaldo de la actual cúpula de las fuerzas armadas, el presidente no podría forzar el marco jurídico para posibilitar su postulación a una segunda reelección presidencial consecutiva, que la Constitución prohíbe.
"Progresivamente, con el apoyo de la mayoría parlamentaria, y el respaldo silencioso de la cúpula militar, Fujimori ha ido dando los pasos para quebrar o controlar a las instituciones, como el tribunal de garantías constitucionales o la Corte Suprema, que podrían obstaculizar su postulación", afirma.
Desde hace dos años, cuando resultó evidente que Fujimori prepara reformas legales para posibilitar su reelección, la oposición trata de separarlo de Montesinos en la convicción de que él es una pieza clave en su esquema autoritario de poder.
"La estrategia de la oposición es clara. Primero, sacar a Montesinos, para abrir paso a las fuerzas que se oponen en el interior de las fuerzas armadas a su actual cúpula, y luego propiciar el paso a retiro del general Hermoza", comentó el analista Flavio Lopez.
El incidente se produjo cuando McCaffrey, que estuvo a comienzos de mes en Lima, expresó en Washington, el día 14, su desagrado por la presunta manipulación de un video difundido en Perú sobre su visita, en el que Montesinos aparece como su principal interlocutor peruano.
McCaffrey considera que el mencionado video fue difundido para limpiar la imagen de Montesinos, acusado por varios organismos internacionales de propiciar violaciones de derechos humanos en este país.
Como Montesinos no tiene cargo oficial pues es sólo asesor ad honoren del presidente en materia de Inteligencia, la oposición parlamentaria no puede interpelarlo ni exigir su presencia ante alguna comisión, como tendría que hacerlo si fuera ministro o funcionario público.
Los parlamentarios Lourdes Flores, de la Democracia Cristiana, Jorge del Castillo, del socialdemócrata Partido Aprista, y Fernando Olivera, del Frente Independiente Moralizador, sostienen que Montesinos debe alejarse del gobierno para no convertirse en un obstáculo en las relaciones entre Lima y Washington. (FIN/IPS/al/mj/hd ip/98