PARAGUAY: Una oportunidad histórica para la oposición

La opositora Alianza Democrática desafía en Paraguay la hegemonía de 50 años del Partido Colorado, que se presentará a las elecciones del domingo debilitado por disputas internas y con el rechazo militar de su candidato, Raúl Cubas.

Los votantes inscriptos son dos millones y el Partido Colorado, cuyo nombre oficial es Asociación Nacional Republicana (ANR), tiene 950.000 afiliados. Esa cantidad de adherentes parece fuerza suficiente para vencer, pero las encuestas otorgan una ligera ventaja a Domingo Laíno, de la Alianza Democrática.

Uno y otro candidato a la Presidencia han logrado el apoyo de dirigentes sindicales, de asociaciones de empresarios y de trabajadores de la cultura, un hecho que sugiere para el domingo una alta participación electoral.

La ANR, fundada por Bernardino Caballero, héroe de la guerra de la Triple Alianza (1865-1870), un virtual genocidio perpetrado en Paraguay por Argentina, Brasil y Uruguay, no ha superado la crisis del caso Lino Oviedo.

Cubas no aceptó la compañía del presidente Juan Carlos Wasmosy en la campaña electoral, y éste no fue invitado a la demostración de fuerza final de su partido, el miércoles.

El candidato colorado responsabiliza a Wasmosy de la condena a 10 años de cárcel de Lino Oviedo por una tentativa de rebelión en abril de 1996, ordenada por un tribunal militar y refrendada en abril por la Corte Suprema de Justicia.

Oviedo se impuso en las elecciones internas de la ARN, realizadas en septiembre, pero quedó inhabilitado como candidato presidencial a causa de su condena, que también incluyó su baja deshonrosa del ejército y la pérdida de su grado de general.

El caso Oviedo acabó también con el tradicional respaldo de las Fuerzas Armadas al Partido Colorado. En efecto, los mandos militares comunicaron a Wasmosy que no aceptarán a Cubas en la Presidencia si éste mantiene su promesa de indultar a Oviedo y de incorporarlo a su eventual gobierno.

Los jefes de las Fuerzas Armadas temen que Oviedo tome represalias contra quienes lo condenaron y expulsaron del ejército.

Mientras, la Alianza Democrática, conformada por el Partido Liberal Radical Auténtico, de Laíno, y el Encuentro Nacional, de Carlos Filizzola, aspirante a la vicepresidencia, aseguró a los jefes de las Fuerzas Armadas que los confirmará en su cargo si triunfa en los comicios, según trascendió.

El Partido Colorado mantiene el poder hace más de 50 años ininterrumpidos, aunque cautivo de la omnímoda voluntad del general Alfredo Stroessner.

El dictador gobernó por sí y ante sí, pero en nombre de su partido, entre 1954 y 1989, cuando fue derrocado por un golpe de estado.

Cuando la comunidad internacional confiaba que la ciudadanía lo castigara con su voto por más de 35 años de dictadura, el Partido Colorado volvió a imponer su poderío en elecciones consideradas "lo más limpias posible" convocadas por el general que derrocó a Stroessner, Andrés Rodríguez.

Rodríguez triunfó y continuó al frente de la Presidencia (1989- 1993). En las siguientes elecciones ganó otra vez el candidato del Partido Colorado, esta vez Wasmosy, cuyo mandato concluirá el 15 de agosto.

Si la democracia paraguaya salva la prueba de este domingo, será la primera vez en 50 años que un gobernante civil entregue el poder a otro civil.

La turbulencia política paraguaya se remonta a 1870, cuando el entonces presidente Juan Bautista Rivarola duró apenas un día en el poder antes de ser derrocado.

Paraguay tuvo dos revoluciones fratricidas, la primera en 1922, cuando la sublevación del coronel Adolfo Chirife concluyó con un baño de sangre. Luego, en 1947, hubo otro alzamiento que originó una prolongada masacre y saqueos.

El Partido Colorado es considerado, por su caudal electoral y su trayectoria en el gobierno, uno de los últimos grandes movimientos populares, al estilo del Partido Justicialista (peronismo) en Argentina y el Revolucionario Institucional (PRI) en México.

Los paraguayos, sobre todo los jóvenes, demostrarán este domingo si ya recibieron la influencia de las nuevas corrientes políticas o prefieren el antiguo modelo, prácticamente de partido único, que ha dominado la escena política del país en el último medio siglo.

Los 2.046.000 ciudadanos habilitados elegirán este domingo presidente, vicepresidente, 80 diputados, 45 senadores, 15 gobernadores y 167 juntas locales en todo el país. La abstención en las últimas elecciones generales, celebradas en 1993, fue de 31 por ciento.

Las autoridades electorales adquirieron 25.000 sellos para marcar votos, 13.000 almohadillas, 25.000 frascos de tinta indeleble (para evitar el doble voto) y 12.000 servilletas de papel para limpiar el entintado de los dedos, luego del sufragio. (FIN/IPS/ct/ff-mj/ip/98

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