El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) iniciará este viernes su II Congreso mientras el fantasma de la división interna se cierne sobre el principal partido de oposición nicaragüense debido a discrepancias ideológicas internas y desacuerdos entre sus líderes.
"En el Frente hay tendencias conservadoras y reaccionarias no sólo a nivel de dirigentes que se han corrompido y que sólo se preocupan de sus negocios, sino también a nivel de las bases", afirmó a IPS Orlando Núñez, asesor ideológico del sandinismo.
"Son tendencias conservadoras que piensan que entre más nos cerremos, más puros somos y más cerca estamos de llegar al cielo. Sin embargo, no es posible reactivar al Frente Sandinista si no hay cambios en lo interno y en lo externo", agregó.
En este II Congreso, a celebrarse el 22 y 23 de mayo, el sandinismo tiene en agenda la discusión de asuntos programáticos vitales como los métodos de lucha como partido de oposición, su vocación ideológica y su posición oficial frente a Estados Unidos y la propiedad privada.
Además, los 600 congresistas tendrán que elegir a través del voto secreto a sus líderes nacionales e intermedios, que conducirán al sandinismo en los próximos cuatro años y enfrentarán dos retos importantes: las próximas elecciones municipales y generales.
Hasta el momento se perfilan dos posiciones encontradas, la que enarbola el sector "ortodoxo" o "populista", y la que defiende el sector "modernizante", integrado en su mayoría por empresarios y profesionales sandinistas.
La primera, de tendencia mayoritaria, pugna por enfrentar al gobierno del derechista Arnoldo Alemán sin descartar ningún método de lucha, por declarar su tendencia "socialista" y "anti- imperialista" y por respaldar la propiedad colectiva.
La segunda, en cambio, defiende la necesidad de mejorar las relaciones con el gobierno de Estados Unidos, descartar completamente la "vocación socialista" del sandinismo y abandonar por completo los métodos de lucha violentos.
No obstante, según el comandante Víctor Tirado López, miembro de la Dirección Nacional Histórica, en el seno del Congreso prevalecerá la tesis del llamado sector "ortodoxo".
"Hay sectores que no han dejando de ser populistas. Hay gente que piensa como en el 80 todavía, creen que el Estado populista resuelve todo y se enmarcan en esa concepción estratégica del Estado", comentó a IPS Tirado López.
"No sé hasta dónde esta fuerza puede controlar la futura Dirección Nacional y los otros organismos decisorios, pero como está la cosa, puede triunfar la línea del 80", opinó.
Tirado López, de origen mexicano, se incorporó a la lucha guerrillera en los años 60, hasta llegar a ser uno de los tres principales dirigentes de la desaparecida tendencia "tercerista" del FSLN, junto a los hermanos Daniel y Humberto Ortega.
Hoy es diputado sandinista ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen) y uno de los directivos más críticos de su partido con relación al rumbo que debe seguir el FSLN y el papel de sus líderes.
"Si no se logra definir qué son el antimperialismo y el socialismo en los actuales momentos, se va a perder tiempo en el Congreso, porque esos dogmas ya no se pueden discutir más; hay que rechazarlos", comentó a IPS.
"Para mí, el socialismo consiste en algunos valores, como la distribución equitativa de la riqueza y la solidaridad, pero ya no el socialismo clásico, referido a un solo partido. Creo que tampoco tenemos que repetir el dogma del antimperialismo", añadió.
A su juicio, el FSLN comete un error al rechazar de forma principista los programas de ajustes económicos así como las privatizaciones, sin presentar ninguna alternativa programática en el área económica.
"El Frente está disgregado, dividido, y tendrá que hacerse un esfuerzo muy grande para que se divida más aún después del Congreso, ya que eso ocurrió en el último Congreso, y ha sido la norma de todos los partidos de izquierda", añadió Tirado López.
En el primer congreso, en efecto, el llamado sector "renovador" que encabeza Sergio Ramírez fue virtualmente excluido de los órganos de decisión y obligado a conformar un nuevo partido político.
No obstante, dirigentes tradicionales como Tomás Borge, el único fundador sobreviviente del FSLN, afirma que no hay divisiones internas y que el partido saldrá más fortalecido del Congreso.
"El Frente Sandinista es uno de los partidos más poderosos, con mayor respaldo y más cohesión de América Latina", afirmó Borge, ex director del desaparecido diario Barricada.
"El FSLN ha logrado sobrevivir a las peores tormentas y mantenerse como una fuerza con influencia decisiva en los destinos de este país", añadió.
No obstante, desde 1990, el FSLN perdió una elección general y dos comicios regionales en la Costa Atlántica. Además, disminuyó su número de alcaldías y de diputados.
También, según cálculos extraoficiales, más de 70 por ciento de sus miembros están alejados de las estructuras y de la vida partidaria. (FIN/IPS/rf/ml/ip/98
