Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay se disponen a buscar a partir de junio en el Mercosur acuerdos macroeconómicos mediante negociaciones de los economistas jefes de los bancos centrales.
El ingreso "de lleno" a este debate tendrá siete años después de que en marzo de 1991 ese punto fue uno de elementos centrales del acuerdo entre los cuatro países para conformar el Mercado Común del Sur (Mercosur), señalaron a IPS fuentes de la secretaría administrativa del bloque sudamericano.
Con una política comercial en franco desarrollo, aunque aún sin consolidar y profundizar según algunos expertos, los países del Mercosur, que se convirtió en la cuarta potencia comercial del mundo, se disponen a un nuevo debate interno.
Esta nueva búsqueda tuvo su impulso en la iniciativa del presidente argentino Carlos Menem, quien propuso crear una moneda común para el Mercosur y originó reacciones opuestas desde los otros tres países.
"Es lógico mantener un compás de espera" hasta que "se coordine macroeconómicamente lo indispensable" para que la cuestión monetaria "no ocasione problemas adicionales", dijo el ministro de Economía de Uruguay, Luis Mosca.
Los informantes destacaron que "el punto de encuentro" para llegar a un acuerdo en la nueva etapa de discusión, "será complejo" y señalaron que una solución que conforme a todos sólo se vislumbra a largo plazo.
Las mayores dificultades tienen su eje en la coordinación de las políticas cambiaria, tributaria y de contribución a los organismos de seguridad social, elementos todos que tienen una incidencia en el costo de los productos.
Las primeras reuniones de expertos tendrán lugar en Buenos Aires, la capital de Argentina, que actualmente tiene la presidencia temporal del Mercosur.
Los cuatro países intentarán llegar a la próxima cumbre del Mercosur, que se realizará en julio en la ciudad argentina de Usuahia, en el extremo sur de ese país, con "algún borrador" que muestre un avance en las negociaciones.
Lo primero que debe solucionarse es la estabilidad en el tipo de cambio, porque "basta una devaluación en cualquiera de los cuatro países, en particular en Argentina o Brasil para que se distorsione el comercio", dijo a IPS un vocero del Banco Central del Uruguay.
El panorama regional actualmente está "bastante estabilizado", afirmó, aunque "algunos sostienen que el peso argentino estaría sobrevalorado, que existe atraso cambiario en Uruguay o que la posición del real está favoreciendo los intereses comerciales de Brasil".
"El tema tributario no es menos importante que el cambiario por su gran incidencia sobre la producción de bienes y servicios", dijo a IPS el ex canciller Sergio Abreu, uno de los gestores del Mercosur.
Abreu destacó que dentro de coordinación tributaria se deben considerar los sistemas y la estructura impositiva que son diferentes en los cuatro países.
En Uruguay, se pagan impuestos indirectos nacionales a través del consumo, En Brasil, existe una estructura federal que difiere con las de Uruguay, pero también con las de Argentina y Paraguay, en materia de aportes al Estado, señaló Abreu.
Precisó que "filosóficamente hay que definir si el Mercosur quiere una estructura tributaria finalista o no" e indicó que en la región "hay quienes utilizan el impuesto a la renta para efectuar una mejor distribución del ingreso y hay quienes se oponen y dicen que esa no es la mejor manera de ser justo".
En la Unión Europea no existen esas divergencias "por lo que coincido con quienes sostienen la invonveniencia de crar ahora una moneda única. No hay que poner la carrera delante de los bueyes", dijo Abreu.
Las dificultades para llegar a acuerdos macroeconómicos surgen de la realidad de cada país. Pese a que en 1991 esa era una de las metas aún no se han concretado acuerdos, aunque los cuatro países han avanzado el estudio de esos temas.
Pero Abreu cree que antes de llegar al fin de la coordinación macroeconómica, considerando la actual etapa del proceso de integración, es necesario "profundizar y consolidar" la unión aduanera incompleta mediante la discusión de temas comerciales aún por definir.
En este sentido, mencionó como ejemplos la distorsión de la competitivad por el sector público, los códigos de competencia y del consumidor y el desmantelamiento de las restricciones no arancelarias.
"Lo que debe hacerse es cumplir primero con los compromisos asumidos", sostuvo Abreu. (FIN/IPS/rr/ag/if/98