Hezbollah, el movimiento político islámico conocido por su guerrilla contra la ocupación de Israel en el sur del Líbano, logró una asombrosa victoria en las elecciones locales en los barrios pobres del sur de esta capital.
Según resultados preliminares, el ala política de Hezbollah (Partido de Dios) logró el liderazgo en dos distritos claves del sur de Beirut, derrotando a una alianza entre el primer ministro, Rafik Hariri y el influyente presidente del parlamento, Nabih Berri.
Más de 9.000 candidatos compitieron el domingo por unos 3.000 escaños del concejo municipal en las regiones de Monte Líbano, Jounieh y Beirut Sur. El resto de Beirut y otras partes del país votarán en próximos comicios este mes y el próximo.
Las elecciones municipales anteriores se realizaron en Líbano en 1963, ya que las siguientes fueron impedidas por la crisis política y una guerra civil que lleva 15 años.
El domingo también se eligieron 600 empleos de "mojtar", oficiales que llevan el registro de los nacimientos, matrimonios y decesos.
La victoria de Hezbollah en los distritos del sur de la ciudad es un golpe final contra Elyssar, la empresa pública instalada para supervisar un plan de desarrollo del área de medio millón de dólares.
Además, restaura las perspectivas domésticas de Hezbollah, reforzado por las victorias militares sobre las fuerzas de ocupación israelíes en el sur, pero, hasta ahora, menos seguro en su relación con las redes que tradicionalmente dominan la política libanesa.
La semana pasada Hariri rompió un cuidadoso acuerdo pre- electoral entre su pueblo y Hezbollah, y se unió a Berri, en un intento de congelar a Hezbollah de una vez para siempre.
Aunque el acuerdo no fue exitoso en el sur de Beirut, en otras áreas los votantes parecen haber respaldado las listas de la coalición de gobierno, elaboradas para garantizar la representación cristiana en la mayoría de los concejos.
A diferencia de las elecciones nacionales, las municipales no utilizan cuotas para distribuir escaños entre las 19 comunidades religiosas de Líbano.
Sin embargo, la oposición a Hariri, magnate de la construcción, se hace oír en Beirut. El ex primer ministro sunita Salim Hoss es uno entre muchos que objetan la forma en que Hariri dio la luz verde a empresas de la construcción de su propiedad o en las que tiene sustanciales acciones.
Hoss hizo un llamado a los concejos electos a recuperar el control del proceso de planificación urbana.
Los fuertes vínculos de Hezbollah en los barrios pobres del sur, basados en sus redes de clínicas de salud y escuelas, se mantuvo en una fuerte posición ante Hariri el domingo.
Parte de su éxito en el sur parece deberse a las relaciones que logró con familias que quedaron fuera del acuerdo de último minuto Hariri-Berri, muchas de las cuales no tienen relación con el islamismo fundamentalista chiíta.
Aún está por verse la forma en que se manejará el proyecto Elyssar, esquema gemelo al conglomerado gigante Solidere en el centro de Beirut.
Elyssar debió comenzar la construcción en 1996, pero luchas y dificultades políticas en la financiación retardaron el comienzo, y en marzo canceló las licitaciones.
El proyecto ha estado empantanado por problemas financieros y políticos, entre ellos el problema de los miles de chiítas musulmanes pobres, en su mayoría refugiados llegados del sur del líbano durante la guerra civil. (FIN/IPS/tra-en/faa/rj/lp/ip/98
