La tensión disminuyó hoy en Israel cuando colonos radicales judíos aceptaron derribar siete galpones de metal que habían erigido en el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén, lo que desató violentas protestas palestinas.
Miembros de Ateret Cohanim, una organización radical dedicada a comprar propiedades árabes en la Ciudad Vieja y el este de Jerusalén, se mudaron al sitio improvisado durante la noche del lunes para protestar por el asesinato de dos de sus integrantes en diciembre y abril, supuestamente por nacionalistas árabes.
"La única manera que quedaba para demostrar la forma en que luchamos por Jerusalén y su unidad era construyendo y es por ello que ingresamos a esta zona", dijo Klila Harnoy, la portavoz del grupo.
El martes, el alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert, había dado al grupo un plazo de 24 horas para derribar las estructuras. En su lugar, el terreno se convertirá en un sitio de excavaciones arqueológicas y los colonos sólo mantendrán una presencia "simbólica".
El acuerdo tuvo lugar un día después de violentos enfrentamientos entre policías israelíes y palestinos que protestaban contra los galpones, y el mismo día en que el Departamento de Estado de Estados Unidos consideró "provocativa" la construcción de las viviendas.
Legisladores palestinos concluyeron una sesión parlamentaria en Ramallah cuando se enteraron de los galpones, construidos por miembros de Ateret Cohanim entre la noche del lunes y la madrugada del martes, y se dirigieron a Jerusalén para protestar.
Durante la disputa, legisladores y decenas de manifestantes palestinos demolieron un galpón. Dos líderes palestinos, un concejal y un miembro del gabinete resultaron heridos cuando la policía los golpeó con sus bastones y arrastró a uno de ellos por una escalera.
"Están creando un ambiente de violencia para el futuro", advirtió Faisal Husseini, el miembro del gabinete y representante de la Autoridad Nacional Palestina en Jerusalén, que resultó herido y sangraba de un brazo.
"¡Detengan a los colonos! ¡Detengan a los terroristas!", rezaban pancartas que portaban izquierdistas israelíes en el lugar.
Es probable que el acuerdo de último momento haya evitado más violencia. Poco antes de la transacción, izquierdistas israelíes y algunos palestinos se habían congregado por segundo día para protestar.
Hanan Porat, político del Partido Nacional Religioso, que integra el gobierno de coalición del primer ministro Binyamin Netanyahu y está a favor de la colonización judía, pasó la mayor parte de este miércoles negociando con Olmert para permitir la permanencia de algunos de los miembros de Ateret Cohanim en el lugar.
Al final, la Autoridad de las Antigüedades de Israel, que reclama el terreno y obtuvo una orden judicial para impedir las construcciones de los colonos judíos, retuvo los derechos sobre el lugar.
La transacción fue similar a otra alcanzada por el grupo y el gobierno israelí el año pasado, cuando colonos judíos se apropiaron de una casa en el barrio palestino de Ras el-Amud, en el este de Jerusalén.
Tras días de negociaciones, el gobierno permitió que 10 estudiantes y un grupo de guardaespaldas permanecieran en el lugar.
El grupo Ateret Cohanim, financiado en gran parte por el millonario estadounidense Irving Moskovitz, ya ocupó unas 60 casas en los barrios musulmán y cristiano de la Ciudad Vieja y una docena de terrenos en el este de Jerusalén.
Los palestinos se quejan de que el grupo con frecuencia utiliza métodos poco éticos para apropiarse de las viviendas y de aprovechar la confusión existente en torno a los títulos de propiedad heredados de la época cuando Jordania y Turquía gobernaban en Palestina.
El martes, miembros del Ateret Cohanim, acompañados por guardias de frontera israelíes, policías y perros, ocuparon una vivienda palestina en el barrio musulmán y desalojaron a una mujer, Naila Zaru, y su hijo de 20 años, Mawi, cuyas pertenencias terminaron en la calle.
Muebles y prendas de vestir de la familia se encuentran apilados en la sala de estar de un vecino. "Nací en esta casa. Ayer de mañana, los soldados y los colonos me despertaron, vinieron por la fuerza y arrojaron mis cosas a la calle", relató Zaru.
Los colonos aseguran que son propietarios de la casa de Zaru y de tres viviendas vecinas en un conjunto que denominaron Beit Diskin. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/aq-ml/ip/98