Más de 100 estadoundenses, entre ellos un ex fiscal de la Nación, partieron hoy hacia Iraq con ayuda en medicinas por valor de cuatro millones de dólares, tras denunciar el grave impacto de las sanciones internacionales sobre la población iraquí.
El grupo, dirigido por el ex fiscal Ramsey Clark y el obispo Thomas Gumbleton, aseguró que 1,5 millones de iraquíes han muerto a causa de las sanciones que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mantiene desde hace ocho años sobre ese país.
"Iraq sufre una muerte cada dos o tres minutos como resultado directo" del bloqueo, escribió Clark al Consejo de Seguridad de la ONU, en una carta que explica la misión del grupo que viaja a Bagdad, denominado Desafío a las Sanciones contra Iraq.
Clark acusó al Consejo de Seguridad de violar la Convención de Ginebra que prohibe provocar "la inanición de civiles como forma de guerra".
Los 15 países miembros del Consejo de Seguridad renovaron las sanciones sin emitir declaraciones la semana pasada y diplomáticos del foro mundial creen que el organismo no volverá a considerar el caso hasta que octubre, el momento previsto para revisar nuevamente la evolución del desarme iraquí.
Desafío a las Sanciones contra Iraq cree que el Consejo de Seguridad no tiene intención de retirar las "homicidas" sanciones promovidas "por Estados Unidos y Gran Bretaña", sin importar el grado de avance del desarme.
"Desde febrero, el gobierno iraquí habilitó muchos sitios delicados a la inspección de los equipos de la ONU", señaló el grupo.
"Esta semana, la Agencia Internacional de Energía Atómica declaró que no existe evidencia de ningún programa de armas nucleares en Iraq. Pero queda claro que ninguna acción del gobierno iraquí conformará" a Estados Unidos y Gran Bretaña, añadió la organización estadounidense.
La delegación, que incluye a integrantes de International Action Centre, de la organización de derechos humanos de Clark y a religiosos, como Pastores por la Paz, permanecerá una semana en Iraq para distribuir antibióticos, antiparasitarios y fármacos para el corazón y contra la malaria.
La sanciones del Consejo de Seguridad impiden el comercio con Iraq, pero admiten la entrega de alimentos y medicinas.
La iniciativa de Desafío a las Sanciones contra Iraq coincide con una creciente inquietud de funcionarios de la ONU y de varios gobiernos frente al costo humanitario del bloqueo.
Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) estima que 4.500 niños iraquíes mueren cada mes de hambre y enfermedades provocadas por las sanciones.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura denunció el año pasado que "el precio del producto más básico de la canasta familiar (iraquí), la harina de trigo, se multiplicó 11.667 veces desde julio de 1990", cuando Bagdad provocó las sanciones al invadir al vecino Kuwait.
Funcionarios de la ONU advierten que para los próximos meses se espera el agravamiento de las consecuencias de las sanciones, ya que la infraestructura iraquí se podría deteriorar rápidamente, debido a que Bagdad no puede desde hace varios años adquirir los repuestos necesarios.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, propuso ampliar el acuerdo de "petróleo por alimentos" que en la actualidad permite a Bagdad vender crudo por valor de 2.000 millones de dólares cada seis meses para comprar alimentos y medicinas.
Según el plan ampliado, Iraq podrá vender 5.200 millones de dólares en petróleo en períodos de seis meses, pero no sólo para adquirir alimentos y fármacos, sino también para comprar repuestos esenciales para las obras de infraestructura.
Para Clark, un abogado que integró el gabinete del presidente Lyndon Johnson (1963-1969) y representó al líder serbio de Bosnia Radovan Karadzic y al presidente de Liberia Charles Taylor, las propuestas de la ONU no bastan.
Clark denuncia desde hace años las sanciones contra Iraq como crímenes de guerra y asegura que el objetivo del embargo es "destruir a la población" iraquí.
El embajador de Estados Unidos ante la ONU, Bill Richardson, reiteró la semana pasada la preocupación de su país por las consecuencias humanitarias de las sanciones.
Pero Richardson añadió que las medidas seguirán en pie hasta que se verifique la destrucción de las armas químicas, biológicas y nucleares de Iraq, así como de sus misiles de largo alcance, y se aclaren interrogantes sobre prisioneros de guerra kuwaitíes y asuntos de derechos humanos. (FIN/IPS/tra-en/fah/aq-ff/ip/98