El presidente de Indonesia, Alí Suharto, interrumpió hoy su visita oficial a Egipto, mientras 15.000 soldados de este país asiático fueron enviados a reprimir masivas protestas en lo que analistas consideran el comienzo del fin de un régimen de 32 años.
La muerte en Indonesia el martes de seis estudiantes universitarios baleados por la policía agravó las demostraciones contra el régimen de Suharto y la crisis económica. Este jueves los manifestantes incendiaron automóviles y destrozaron semáforos.
Los pedidos de renuncia de Suharto se multiplicaron en las últimas semanas debido a la crisis económica que sufre el país, y la muerte el martes de los seis manifestantes en el campus de una universidad de Yakarta constituye una presión adicional para que el hombre fuerte de Indonesia se retire, según analistas.
Uno de los asesores económicos de Suharto, el profesor estadounidense Steve Hanke, de la Universidad John Hopkins, de Baltimore, describió un panorama sombrío y atemorizante en Indonesia.
Las medidas de austeridad prescritas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) no funcionan y el intento de imponer las reformas podría desatar mayor descontento popular, dijo Hanke el martes en Ginebra. "La situación va a explotar. Yo pensé que iba a demorar tres o cuatro meses, pero será antes", advirtió.
"Suharto se tiene que alejar del cargo primero, por cualquier medio aceptable, para que la nación pueda desmantelar el poder que ha estado demasiado centralizado y corporizado en el presidente", opinó Marsilam Simanjuntak, fundador de la organización no gubernamental Foro por la Democracia.
Suharto, quien ignoró en gran parte los pedidos de mayor libertad política, se encontraba en Egipto para una cumbre del Grupo de los 15 cuando se desató la violencia el martes y policías antimotines mataron a los seis estudiantes en la universidad de Trisakti.
La violencia se desató de nuevo el miércoles cuando la policía se enfrentó a estudiantes y otros manifestantes que asistían al funeral de los seis muertos.
Una docena de personas resultaron heridas y varias están desaparecidas tras masivas manifestaciones en Yakarta en las que se quemaron vehículos y una estación de servicio.
"¡Cuelguen a Shuharto! ¡Cuelguen a Suharto y su familia!", gritaban los manifestantes el miércoles en Bandung, Java Occidental. "¡Seguiremos luchando hasta que se vaya!"
Las seis víctimas participaban en una manifestación contra el aumento de los precios de la gasolina y la electricidad.
El recorte de los subsidios de algunos productos y otras reformas económicas se hallan entre las condiciones estipuladas por el FMI, que organizó un paquete de rescate financiero de miles de millones de dólares para estimular a la economía indonesia.
Las muertes de los estudiantes son "una afrenta a la dignidad humana. Me encolerizan", exclamó Adi Andojo Soetjipto, ex juez de la Corte Suprema y decano de la facultad de derecho de Trisakti.
Soetjipto conjetura que "los estudiantes fueron baleados mientras estaban dentro del recinto universitario", debido a las manchas de sangre encontradas en un edificio dentro del campus.
Las manifestaciones estudiantiles comenzaron hace tres meses y al principio se limitaron a las universidades del país, pero lentamente se extendieron a las calles de los centros urbanos.
Las cruentas manifestaciones de esta semana de nuevo causaron nerviosismo en los mercados financieros de Indonesia y países vecinos y generaron preocupación sobre la estabilidad en el archipiélago, que tiene una historia de violencia.
La rupia cayó a 11.700 frente al dólar este jueves, frente a 10.400 el día anterior y 9.300 al principio de la semana.
El ministro de defensa Wiranto ordenó la investigación de las seis muertes, que provocaron temor e incertidumbre, pero también reforzaron la oposición política.
Wiranto, antes de las muertes, había dicho que comprendía las aspiraciones de los estudiantes universitarios, pero les pidió paciencia ya que "las reformas políticas llevan tiempo".
Destacadas personalidades políticas se reunieron el miércoles para analizar la gravedad de la situación, entre ellos el legislador Adnan Buyung Nasution, el líder musulmán Amien Rais, el economista Kwik Kian Gie, el ex ministro de ambiente Sarwono Kusumaatmadja y el poeta Rendra.
El legislador Nasution dijo que las muertes hacen inevitables las reformas y exigió una profunda investigación. "Las disculpas y las condolencias no bastan. Se debe castigar legalmente a los responsables del tiroteo", afirmó.
Analistas creen que las muertes representan el comienzo de la caída de Suharto. "Ahora no son sólo los estudiantes los que desafían al gobierno. Ahora es la nación entera", aseguró Mochtar Prabotinggi, profesor de la Universidad de Hasanudin.
Simanjuntak considera que la renuncia de Suharto es inevitable y señaló que a la medida se le deberán añadir otras para crear un nuevo sistema de gobierno, por el cual los ciudadanos tengan soberanía y poder.
No puede haber acuerdo entre los estudiantes y el gobierno porque las reformas que planea Suharto son muy distintas a las que exigen los universitarios, sostuvo.
Los estudiantes exigen que la Asamblea Consultiva Popular (parlamento) convoque a una sesión extraordinaria para que Suharto se retire de inmediato, junto con su gabinete de allegados.
Suharto, antes de partir para El Cairo el fin de semana, ordenó la revisión de las normas electorales y políticas para considerar la posibilidad de incorporar reformas.
"Suharto ofrece reformas para mantenerse en el poder", manifestó Simanjuntak.
Los intentos de Suharto de continuar con un proyecto automovilístico nacional y con prácticas de monopolio en la comercialización de las especias, a pesar de los acuerdos existentes con el FMI, demuestran que es un hombre inflexible, según Simanjuntak.
"Nunca hemos visto que Suharto conceda algo sin tratar de obtener algo a cambio", dijo.
Observadores políticos señalan que vale la pena tener en cuenta lo que harán en los próximos días los militares, que tienen un papel importante en la política indonesia. (FIN/IPS/tra-en/ky/ral/aq-lp/ip hd/98