El presidente de Indonesia, Jusuf Habibie, tras una semana en su cargo, empieza a obtener aprobación popular por sus medidas hacia la democratización y la reforma política.
No obstante, Habibie, quien recibió la presidencia de Alí Suharto cuando este retiró bajo presión popular el 21 de este mes, no ha logrado recuperar la confianza internacional en la golpeada economía indonesia.
Pero sus decisiones anunciando nuevas elecciones, liberando prisioneros políticos y dialogando con líderes de la oposición produjeron cierto alivio a escépticos que subestimaban su compromiso con las reformas.
Confíen o no en la sinceridad de Habibie en relación a esos cambios, críticos com Amien Rais, líder de la organización musulmana Muhammadiyah que jugó un papel clave en las protestas contra Suharto, dijo que las acciones del nuevo presidente no han sido estimulantes.
Habibie "está abriendo canales políticos cerrados en el pasado", dijo Rais, y agregó que el nuevo presidente convocó a figuras clave excluidas por el régimen de Suharto. "Mis colegas y yo ya no tenemos una barrera con el gobierno. Un buen viento está soplando", observó.
Muchos de los pasos tomados por el gobierno eran impensables semanas atrás, y significan un cambio radical en los pilares del régimen autoritario de Suharto, quien estuvo 32 años en el poder.
El gobierno de Habibie también dio los primeros pasos hacia la investigación de intereses comerciales relacionados a la familia y allegados de Suharto, y la evasión de impuestos que obtenían.
El lunes, Habibie anunció clemencia para dos prisioneros políticos, Sri Bintang Pamungkas y el líder sindical independiente Mukhtar Pakpahan.
Pamungkas fue sentenciado a tres años de prisión por "difamar" a Suharto el año pasado. Pakpahan fue encarcelado por organizar a trabajadores y supuestamente instigar una manifestación que promovió distrubios en la región de Medan en 1996.
Otros cinco prisioneros políticos debían ser liberados este jueves.
"Esa es una decisión correcta y sabia del nuevo gobierno", dijo Ali Sadikin, presidente de la Fundación Ayuda Legal.
Simpatizantes de Habibie afirman que el presidente es consciente de las presiones que soporta, sin descartar el hecho de sus críticos recuerdan que fue escogido por Suharto como su sucesor debido a la amistad entre ambos.
El primer acto de Habibie como presidente fue nombrar un gabinete con miembros de la era de Suharto y figuras respetadas de la academia y otros grupos, el cual planteó pasos concretos para la reforma.
El gobierno también planifica revisar la ley antisubversiva, la cual ha sido utilizada para encarcelar a numerosos activistas políticos y críticos durante el régimen de Suharto.
Además, prometió revisar leyes que controlan la prensa, y eliminar un decreto ministerial que permite al estado revocar autorizaciones de publicación.
En una conferencia de prensa, el ministro de Información, Junus Jospiah, sugirió que el gobierno permitiría la reaparición de tres publicaciones prohibidas en 1994, Tempo, Editor y DeTik.
Además, esta semana Habibie visitó áreas de Yakarta saqueadas en los disturbios de este mes, en el intento de aliviar temores de indonesios de origen chino que fueron blanco de la furia popular.
Al prometer un esfuerzo por desmantelar la corrupción y el nepotismo, Habibie y altos militares fueron atacados por figuras de los negocios y en puestos gubernamentales.
Los cambios de esta semana permitieron que grupos marginados se apresuren a ocupar el nuevo escenario sociopolítico.
Horas después de su liberación de la prisión, Pamungkas dijo que su partido, la Unión Indonesia para la Democracia, se registrará en el ministerio de Interior para sumarse a la próxima contienda electoral. (FIN/IPS/tra-en/ky/js/lp/ip/98