INDIA: Riñones de pobres para pacientes ricos

Ashok Gupta tuvo la sensación de renacer después de comprar un riñón que le fue trasplantado a comienzos de año, pero su nueva vida peligra tras la detención de su médico y la amenaza de cárcel para él mismo, resultado del complejo escenario del tráfico de órganos en India.

La policía detuvo al médico de Gupta, al cirujano que realizó el trasplante y a ocho directivos del Centro Médico Noida en el estado de Uttar Pradesh, después que el presunto donante del riñón, Shaukat Ali, denunció el robo de su órgano mientras estaba inconsciente, engañado por personal del hospital.

"Lo más probable es que el vendedor del riñón no haya conseguido el precio adecuado", comentó el secretario general de la Asociación Médica de India, Prem Aggarwal. Ese organismo salió en defensa de los médicos detenidos.

Aggarwal recordó que en la India el comercio de riñones es un secreto conocido por todo el mundo, y que son frecuentes las transacciones entre pacientes y gente sumamente pobre dispuesta a vender uno de sus órganos a cambio de algo de dinero.

"Si se mantiene el ritmo de extracción de riñones para venderlos, una gran cantidad de pobres de India corren el riesgo de seguir viviendo con uno sólo de esos órganos", advirtió el especialista en trasplantes del Instituto de Ciencias Médicas, Sandeep Guleria.

No es una exageración. Basta acercarse hasta un suburbio de la sureña ciudad de Chenai conocido como Kidneyvakkam (Barrio Riñón), debido a que la gran mayoría de sus habitantes ya vendió uno de sus dos riñones a cambio de un pago que ronda los 1.000 dólares.

El comercio no abastece solamente la demanda nacional. Llegan pacientes desde Japón, Alemania o Medio Oriente en busca del riñón salvador, y el paquete de atención que incluye el órgano, el trasplante y el cuidado médico les puede costar hasta 50.000 dólares.

Para tratar de contrarrestar esta situación, hace cuatro años se promulgó una Ley sobre Trasplantes de Organos Humanos. Esta legislación declara ilegal el comercio de riñones y establece penas de cárcel para los médicos y cirujanos involucrados en transacciones que incluyan a donantes vivos.

La ley dispone que los riñones deben proceder preferentemente de un donante fallecido. Pero se estima que apenas un millar de personas consiguen este tipo de órgano en un país donde cada año 100.000 personas se enferman de los riñones. Si lo pueden pagar, se hacen diálisis hasta que logran concretar un trasplante.

"La falta de infraestructura y el escaso conocimiento del público sobre este tema causan el desperdicio de órganos", comentó el nefrólogo Ramesh Kumar, quien dijo que con 100 muertes accidentales diarias solamente en Nueva Delhi, la disponibilidad de riñones debería ser mucho mayor.

Pero son pocos los doctores que se atreven a solicitar los riñones a los parientes de una persona fallecida. Y Kumar advierte que "el gobierno nunca ha lanzado una campaña para tratar de informar sobre la donación de órganos".

Son numerosas las disposiciones de la ley que no se pueden aplicar por la falta de recursos. Entre tanto, una de las consecuencias de su promulgación fue convertir el comercio de riñones en una actividad clandestina, mucho más costosa por el peligro que entraña para los médicos.

Aunque la ley aún no se aplica en Uttar Pradesh pues se trata de una ley federal que debe ser ratificada por cada estado, la denuncia del donante fue suficiente para colocar tras las rejas al médico de Gupta, un hecho que le causa numerosos problemas en la etapa posoperatoria.

Gupta necesita realizar un tratamiento combinado de drogas para prevenir el rechazo del nuevo órgano, antibióticos para evitar infecciones y sesiones de diálisis para aligerar la carga sobre el nuevo riñón.

Frente a esta realidad, Gupta sugiere que tal vez no sería malo ir a dar a la cárcel por la compra del riñón. "Al menos podría consultar a mi médico".

La Asociación Médica de India hizo un llamado a adoptar una estrategia más "realista" frente al tema de los trasplantes y las donaciones, en vista de que no se lograron resultados al tratar de establecer un sistema que permita usar órganos de personas fallecidas.

"Las donaciones comerciales se podrían reemplazar en forma más gradual, y sería bueno aumentar la compensación a los donantes", sugirió un miembro de la Asociación. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/lc-ml/he-hd/98

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