India y Pakistán recordaron hoy de modo dramático al mundo que la amenaza de destrucción nuclear todavía está presente, con tanta fuerza como en los tiempos de la guerra fría.
La respuesta que Pakistán dio este jueves a la serie de explosiones nucleares realizada hace dos semanas por India se basa en la vieja "teoría de la disuasión", utilizada durante 40 años por Estados Unidos y la Unión Soviética para mantener al mundo al borde del cataclismo nuclear.
"La seguridad de la destrucción recíproca" fue la estrategia manejada por las dos superpotencias para acumular armas nucleares desde 1945 hasta 1991, cuando desapareció la Unión Soviética.
Pakistán desafió este jueves la opinión pública internacional al realizar cinco pruebas atómicas y anunciar la instalación de cabezas nucleares en misiles de alcance mediano apuntados hacia India.
El primer ministro de India, Atal Bihary Vaypayee, replicó de inmediato que los ensayos de Pakistán "justificaron" la previa decisión del gobierno indio de unirse al club de las potencias nucleares.
India y Pakistán se sumaron ahora oficialmente a la liga de potencias nucleares, compuesta por China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, que en conjunto tienen unas 35.000 armas nucleares aún activas, según grupos antinucleares.
Israel es otro miembro no oficial del grupo.
Islamabad y Nueva Delhi subrayaron "el actual doble discurso del 'apartheid nuclear', en el cual los cinco países reclaman el derecho a poseer armas nucleares, pero se lo niegan a otros", destacó Dietrich Fischer, profesor de la Universidad Pace en White Plains, Nueva York, en una columna publicada este jueves por IPS.
Este doble discurso es "inaceptable", agregó Fisher, destacando que las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos primero contra India y ahora contra Pakistán sólo alimentarán sentimientos nacionalistas en ambos países.
Los movimientos antinucleares insisten desde 1995 en que, a pesar del colapso de la Unión Soviética en 1991 y el fin de la confrontación Este-Oeste, la existencia de un club nuclear mantiene viva la amenaza de la guerra.
"Lo que podríamos llamar primera era nuclear, desde 1945 a 1991, ha llegado a su fin, y una segunda era nuclear ha comenzado", sostuvo Jonathan Schell, autor y activista antinuclear, en un artículo publicado en febrero por la revista estadounidense The Nation.
"Su forma básica aún debe determinarse", agregó.
Desde 1995, cuando se lanzó el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas, Francia y China condujeron una serie de pruebas nucleares, recibiendo críticas pero no sanciones.
India y Pakistán no firmaron el Tratado, y por lo tanto no violaron la ley internacional al realizar sus pruebas, lo cual en ambos casos parece haber sido motivado por estrategias políticas internas.
Durante largo tiempo India mantuvo la demanda de un acuerdo general de desarme nuclear de todas las potencias atómicas, como condición para abandonar su propio programa y sumarse al Tratado de No Proliferación.
Las explosiones de India fueron condenadas por muchos países del mundo, y Estados Unidos impuso sanciones económicas contra Nueva Delhi.
Pero las sanciones tuvieron escaso impacto en India, representando cerca de uno por ciento de su producto interno bruto (PIB). Expertos locales las describieron más como un "inconveniente" que como una amenaza real para el país.
Ningún otro socio económico importante se sumó a Estados Unidos en las sanciones contra India.
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, anunció este jueves que las sanciones también serían adoptadas contra Pakistán, y declaró que "dos errores no hacen un acierto". Las medidas se sumarán a sanciones existentes debido a la colaboración chino- pakistaní en tecnología misilística.
China, otro rival de India, deploró la prueba pakistaní, pero anunció que no adoptará medidas contra Islamabad.
El primer ministro pakistaní Nawaz Sharif hizo un llamado a los pakistaníes a ajustar sus cinturones y prepararse para un "paquete de austeridad" que el gobierno deberá anunciar ante la nueva situación.
La posible congelación de los préstamos del Fondo Monetario Internacional a Pakistán podría ampliar su déficit comercial, elevar la deuda y disminuir las reservas de divisas. Islamabad tendrá que apelar a préstamos de alto interés de bancos comerciales.
India y Pakistán mantuvieron tres guerras en los últimos 50 años, desde su independencia de Gran Bretaña. Dos de ellas fueron causadas por disputas por la región fronteriza de Cachemira, dividida entre ambos países.
La semana pasada, en referencia a la disputa de Cachemira, el ministro del Interior indio, Lal Kishan Advani, advirtió a Islamabad que tuviera en cuenta los cambios de la situación geoestratégica de la región. El rival lo tuvo en cuenta. (FIN/IPS/tra-en/ak/ff-lp/ip/98