El primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, declaró que Nueva Delhi necesitó el disuasivo nuclear ante la amenaza del programa atómico de Pakistán, que sólo salió a la luz con las pruebas realizadas hoy por Islamabad.
El nacionalista Vajpayee justificó las cinco explosiones experimentales realizadas por Nueva Delhi hace dos semanas y el ingreso de este paías por la vía de los hechos al club nuclear mundial.
Pakistán realizó este jueves cinco pruebas atómicas, después que la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) anunciara el miércoles que Islamabad tenía la capacidad para hacerlo.
El primer ministro pakistaní, Nawaz Sharif, explicó este jueves la decisión de realizar las pruebas nucleares como reacción a la amenaza planteada por India, y agregó que su país intentó llamar la atención de la comunidad internacional ante la potencia nuclear de India, "pero nadie nos escuchó".
El 21 de este mes, India había anunciado una moratoria de las pruebas nucleares. Pero el día 25 se retractó, condicionándola a las negociaciones con "países clave".
La posición actual del gobierno de Nueva Delhi no está originada en una amenaza de seguridad. La bomba nuclear india es producto de una obsesión política, ya que se convirtió en una cuestión de fe para el Partido Bharatiya Janata (BJP, Partido Nacionalista Hindú), que lidera la coalición de gobierno.
Esta corriente hinduista de extrema derecha promueve la bomba atómica desde 1951, independientemente de las amenazas de China o Pakistán, y del estado de las relaciones exteriores de India.
La agenda de los ideólogos del BJP fue "hundir y militarizar a los hindúes", y no es accidental que la bomba india se haya convertido en el símbolo de la prepotencia.
Los miembros del BJP han festejado con banderas y estandartes la bomba "hindú". Un grupo asociado del BJP, Vishwa Hindu Parishad, reclama ahora que la constitución declare a India como "estado hindú".
La política del gobierno en relación al territorio disputado de Cachemira también se endureció. El ministro de Interior, Lal Kishan Advani, amenazó con una política "pro-activa" en Cachemira, en el contexto del nuevo escenario entre ambos países.
El mes pasado, soldados indios entraron en la parte pakistaní del territorio, e informaciones indicaron que mataron a 26 civiles, en venganza por una masacre cometida por militantes respaldados por Pakistán.
En este sentido, la nuclearización de India es el triunfo de un nacionalismo beligerante y sectario representado por el BJP, que ha avanzado desde el año pasado.
Mientras, los partidos de oposición manifestaron en el parlamento que las sanciones diplomáticas y económicas impuestas a India tras las pruebas atómicas superan los beneficios obtenidos por Islamabad con la nuclearización.
Pero los partidarios del desarrollo nuclear indio esperaban con ansia las pruebas pakistaníes, ya que estas alejarían la atención del detrioro económico, y fomentarían la propia nuclearización india.
Mientras India se interna en la producción nuclear, y quizás el despliege, crecen las preocupaciones por los costos económicos y de seguridad. La nuclearización india desestabilizará las ecuaciones de seguridad en Asia y podría provocar una carrera bélica atómica.
Según estimaciones conservadoras, incluso un disuasivo "mínimo" costará a India unos 5.000 millones de dólares, aumentando 50 por ciento sus gastos militares.
Mantener un arsenal pequeño le costaría a India entre 0,5 y uno por ciento de su producto interno bruto (PIB), incrementando el presupuesto de defensa entre 25 y 40 por ciento. Nueva Delhi ya gasta el doble en el sector militar que en salud, educación y bienestar social. (FIN/IPS/tra-en/pb/an/lp/ip/98